9 de julio: ¿Quiénes fueron las mujeres de la independencia argentina?
Melina Alderete
Durante muchas décadas, la historia ocultó la participación de las mujeres en la gesta independentista argentina. En la actualidad, con los aportes de los estudios feministas, sus nombres, profesiones y el gran rol que desempeñaron continúan saliendo a la luz.
El 9 de julio de 1816, las Provincias Unidas del Río de la Plata declararon su Independencia de la corona española, permitiendo sembrar el terreno para la formación del Estado Nacional Argentino. Los nombres de los signatarios del acta de la independencia, reunidos en el Congreso de Tucumán que se realizó en la histórica casa de dicha provincia, pasaron a la historia de nuestro país con honores.
Entre ellos, se destacan Manuel Belgrano, Juan José Paso, Mariano Boedo, Francisco Narciso de Laprida, Antonio Sáenz, y muchos otros hombres que marcaron huella en la conformación de la Patria argentina. Pero, ¿qué pasó con las mujeres durante los tiempos de la gesta independentista?
A raíz de las corrientes de estudios feministas, en los últimos tiempos comenzaron a salir a la luz los nombres de las mujeres de la Patria que han participado, cada una en diferentes roles, en la independencia nacional. Aquellas argentinas no solo eran esposas y madres al cuidado del hogar, sino que, a lo largo y a lo ancho de las Provincias Unidas del Río de la Plata, estuvieron en el frente de batalla durante numerosos combates o se desempeñaron en otras funciones del Ejército.
El rol de las mujeres en la independencia argentina
Cuando el pueblo entero alzó la voz aquel 9 de julio de 1816, todos y todas querían hacerse oír y formar parte de aquel grito de independencia. En esos ecos, miles de mujeres provenientes de distintos sectores de la sociedad asumieron diferentes roles para defender el sueño de una Argentina libre y soberana.
Una de ellas fue Juana Azurduy, patriota nacida en 1780 en Toroca y cuya gesta tardó más de 150 años en obtener su merecido reconocimiento. Basta con mencionar que, recién en 2009, fue ascendida a Tenienta Coronel del Ejército Argentino.
Sin embargo, hoy en día se la reconoce como una representante de la lucha armada de la población indígena y mestiza. Entre sus proezas, se destaca la creación del batallón “Los Leales”, fundado junto a su esposo, Miguel Asencio Padilla, una fuerza que peleó contra las tropas realistas en el Alto Perú.
La valentía de Azurduy fue tan inmensa que Belgrano le regaló su sable y exigió que fuera nombrada “teniente coronel”. A partir de 1816 se unió a las fuerzas de Martín Miguel de Güemes para defender la tierra durante seis invasiones realistas.
Otra de las grandes mujeres de la gesta independentista fue María Magdalena Dámasa de Güemes de Tejada, conocida como “Macacha Güemes”, una patriota cuyo rol estuvo basado en trabajos de espionaje y logística. Hermana del General Martín Miguel de Güemes, comandó junto a él a “Los Infernales”, un ejército de gauchos que combatió en el norte del país a las tropas españolas.
Dotada de una inconmensurable habilidad política, en marzo de 1816, Macacha fue esencial para la firma de la Paz de los Cerillos, en el marco de un conflicto entre Martín Miguel y el general Rondeau al mando de las fuerzas de Buenos Aires. Aquel hecho fue indispensable para la firma de la independencia.
En el sector más adinerado de la sociedad argentina, María Sánchez de Thompson, más conocida como “Mariquita” se convirtió en una referenta de las mujeres de la elite rioplatense, organizando numerosos encuentros en su casa, junto a su marido, en donde se discutía sobre política y cultura nacional. Además, Mariquita Sánchez de Thompson impulsó la educación femenina y colaboró financieramente con la revolución. También presidió la Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires, la cual administraba orfanatos, hospitales y escuelas de mujeres.
Por otra parte, el nombre de María Remedios del Valle es uno de los más exitosamente recuperados del borramiento de la historia nacional. La “Madre de la Patria” fue una mujer afrodescendiente argentina que actuó como auxiliar en las invasiones inglesas y, tras la Revolución de Mayo, acompañó como auxiliar y combatiente al Ejército del Norte durante toda la guerra de Independencia de la Argentina. Este último accionar le valió el tratamiento de “capitana” y, hacia el final de sus días, el reconocimiento como Sargento Mayor.
Por último, cabe mencionar a “la mujer de la bandera argentina”, María Catalina Echeverría, quien pasó a la historia por haber confeccionado la bandera argentina que se enarboló por primera vez el 27 de febrero de 1812. Supervisada por Manuel Belgrano, compró telas, unió los retazos celestes y blancos y agrego hilos dorados a la terminación, creando el gran símbolo nacional de patriotismo que hoy nos distingue en todo el mundo.