Los 150 años de nuestra ciudad: la otra teoría sobre el significado de la palabra Ituzaingó
Diario La Ciudad
Se puede leer en el sitio oficial de la Municipalidad de Ituzaingó la siguientes frases: “La palabra ltuzaingó es de origen guaraní; lleva puntuación en la ó final, y está conformada por los vocablos ´I`, ´Tu`, ´Zaingó`. ´I` significa cascada o catarata de agua , ´Tu`, abundante, mucho. ´Zaingo`, colgante, que cae.
“Con ese nombre, utilizado por sus habitantes autóctonos, se designa un arroyo del Río Santa Marta, en territorio brasileño, en cuyas inmediaciones tuvo lugar el 20 de febrero de 1827 la batalla que enfrentó favorablemente para nosotros a las fuerzas de las Provincias Unidas del Río de la Plata con las tropas del imperio del Brasil”.
Estas frases componen la historia oficial aceptada por todos, hasta hoy. De acuerdo a nuestra investigación, La palabra Ituzaingó (definitivamente guaraní), tendría otro significado y dos antecedentes históricos lo avalan. En ninguno de los dos casos significa “cascada o catarata de agua“. Pero vamos por partes:
El origen de nuestra ciudad y del nombre
La ciudad de Ituzaingó no siempre se llamó así; de hecho, recién en 1964 se oficializó su nombre a partir de una ordenanza del viejo Municipio de Morón. Lo cierto es que desde su fundación en 1872 hasta 1964 (92 años), nuestra ciudad, oficialmente se llamaba Santa Rosa.
Fue precisamente en 1872 cuando Mariano Acosta, entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, aprobó por decreto el proyecto presentado por Manuel Rodríguez Fragio, vecino de Merlo y dueño de gran extensión de tierras en la zona, para la traza de un pueblo que llevaría el nombre de Santa Rosa.
El 24 de octubre de 1872 entonces, quedó fundado oficialmente el pueblo de Santa Rosa y, en diciembre de ese año se inauguró la estación ferroviaria a la que las autoridades de la empresa llamaron Ytuzaingó . (con Y griega)
El porqué de Santa Rosa
En este tema hay versiones encontradas: El año pasado, La Ciudad publicaba un artículo titulado Las tres Rosas (La otra historia sobre la fundación de Ituzaingó) en donde se explica el origen del nombre: ”En el año 1870 sobre el camino Morón- Luján, a la altura de la barrera 78 del ferrocarril que correspondía a la calle Santa Rosa, se levantó una casa de material con balcón al frente, mirador, reja, ramada, palenque y demás comodidades para los viajeros. El primitivo dueño del boliche fue el español Juan Arnaldo, que designó al comercio con el nombre de su esposa: Rosa. Más tarde fue trasladada a una casa de madera sobre el mismo camino Morón-Luján (Avenida Rivadavia), cerca de la barrera 80 del ferrocarril, a la altura de la Avenida Ratti. Contaba con una reja ubicada en su interior por donde se despachaban las bebidas. Tiempo después, el negocio fue adquirido por Antonio Ferrando. Sus esposas, en primeras nupcias Rosa Melogna y en segundas nupcias Rosa Messeta, le dieron continuidad al nombre del establecimiento y por ende al lugar”. (Raúl Goyaud, periódico Ituzaingó, de 1932).
El Dr Alberto Guercio, uno de los referentes de la historia de Ituzaingo, disiente con esta teoría: “El nombre de Santa Rosa se supuso, erróneamente, que era por una pulpería, pero en realidad era el paraje el que se llamaba Santa Rosa, no era un nombre oficial, era un paraje al que se conocía como Santa Rosa. En aquel entonces los barrios no tenían nombre, era todo campo, no tenían casi población, ¿para qué le iban a poner un nombre? No eran nombres oficiales, eran nombres que les daba la gente que vivía ahí, más que nada como referencia”.
Que significa realmente la palabra Ituzaingó
Más allá de los datos históricos, hay una pregunta que queda en el tintero y tiene que ver con la etimología del nombre: ¿Qué significa Ituzaingó o Ytuzaingó?
Segun el Dr Guercio “La palabra Ituzaingo es el nombre de un pequeño arroyo, afluente del rio Santa Marta, que está en Rio Grande do Sul, Brasil. Los brasileros le pusieron ese nombre al arroyo porque, probablemente, la primera población aborigen de esa zona era de origen guaraní. La batalla de Ituzaingó lleva el nombre de ese pequeño arroyo, que es un arroyito que no tiene mucha significación, ni topográfica, ni nada, por eso no tiene mucho sentido esa versión de que el significado es salto o caída de agua caudalosa, porque es un arroyito tipo llanura.
Ramón Ayala, un misionero cantor, guitarrista y lingüista guaraní, tradujo distinto la palabra Ituzaingó. Para él, la palabra significa “bruma que flota sobre el agua en los ríos y en los arroyos”. No habla de salto ni de cascada y eso coincidiría un poco más con lo del arroyito, que es muy probable que a la mañana, como todos los ríos y los arroyos, tenga una bruma encima”.
En Ituzaingó, Corrientes, tienen otra explicación al significado de la palabra Ituzaingó. Segun afirman los historiadores de esa localidad, el origen tiene que ver con una leyenda guaraní que dice así:
“El cacique Itu, que era considerado valeroso y de alma noble y pura, se enamoró perdidamente de la hija del cacique de una tribu enemiga, con quien soñaba fundar su descendencia. A este romance, el padre de ella se opuso, por lo que la mujer decidió terminar la relación con Itu, que desilusionado y sin ánimo, abandonó a su tribu silenciosamente. Así fue que faltó por varias lunas y al no regresar, salieron distintas partidas para buscarlo. Navegando por el río Paraná, a la altura de donde actualmente se halla el Anfiteatro Salvador Sena, sobre el enorme árbol timbó que había hasta hace poco sobre la barranca,, lo vieron y el primero que lo diviso exclamó “Pemaé, Itu osaingó!” que significa “¡Miren, Itu colgado!“.
El relato termina con el suicidio de Itu, ahorcado sobre dicho árbol. Así desde entonces se conoce a este lugar con el nombre que en el tiempo el pueblo recogió como ITUZAINGÓ”.
Que dicen los expertos linguistas del guaraní
La Ciudad consultó a varias personas conocedoras de la lengua guaraní, todas dieron la misma explicación: “Itu no significa nada específico, zaingó, en cambio, es colgado”. Según ellos, el significado de la palabra Ituzaingó, esta más ligada a la leyenda que a la versión oficial que hace referencia a “cascada o catarata de agua“. Probablemente, como toda leyenda, quedó dormida hasta que una lengua tan ancestral y mágica como el guaraní la despertó en palabras.
Por Daniela Yacub y Sebastián Sanguinetti