Abrazo de rocanrol

Noche de emociones fuertes en Tandil. El Indio Solari volvió a subirse a un escenario e hizo vibrar, llorar y disfrutar a casi 160.000 personas  tras un año y cuatro meses sin tocar. Pasadas las 21:30 el ex líder de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota se poso ante su público para decir las palabras que nadie que ría oír: “Míster Parkinson me está pisando los talones” dijo con un nudo en su garganta pero con la lucidez de un padre charlando con sus hijos, luego de la dolorosa noticia el show continúo a la altura de lo que se esperaba.

Fue raro verlo salir sin sus músicos y posarse mediante el micrófono al imponente marco que lucía la ciudad, que tantas veces lo vio brillar. El cantautor reveló la enfermedad malvada con la que está peleando hace casi dos años, Mal de Parkinson. Sus palabras fueron simples, claras y dolorosas. Para todos los que se hicieron presentes en Tandil fue un baldazo de agua fría. El abrazo del pueblo ricotero con su ídolo se hizo sentir entre lágrimas y el apoyo incondicional. La velada arrancó con un golpe bajo, pero se recupero rápido a fuerza de rocanrol.

Un poderoso clima se poso sobre el Hipódromo cuando los acordes de Nuestro amo juega al esclavo arrancaron la noche de emociones musicales. Luego Solari prosiguió de muy buen humor durante todo el recital, con un listado de grandes temas ricoteros que jamás había tocado con Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado como Gran Lady, La parabellum del buen psicópata y Es hora de levantarse querido ¿Dormiste bien? “. Solari también mostro parte de su repertorio solista con grandes canciones como Flight 956, Todos a los botes y Había una vez. En ese sentido, pese a no haber tocado en emblemático Juguetes perdidos, no defraudó a los que viajaron cientos de kilómetros para estar allí, en “El pogo más grande el universo”.

La producción se encargo de montar un gran sonido con 9 torres y pantallas led, para evitar que el viento sea un protagonista indeseado. Un espectáculo que estuvo a la altura en todo sentido y que se desarrollo con la normalidad que las misas indias tienen acostumbrados a sus fans.

El Indio también aprovecho su show para presentar a los nuevos integrantes de su banda: Martín Carrizo, batero que ya participo en el disco Porco Rex como invitado y al cual Solari definió como uno de los mejores del país. También en el bajo tiene una gran incorporación: Fernando Nalé, ex integrante de la etapa solista de Gustavo Cerati. Ambos tuvieron una gran noche y le dieron solidez a la banda que sonó como hacía mucho no lo hacía en vivo.

Fue una noche plagada de emociones, de las buenas y de las tristes. Sin dudas sigue reafirmando en cada misa que es el máximo exponente del rock nacional, el Indio es parte de la vieja guardia del rock, la que lleva consigo la voz de los que no tienen o tuvieron una que los represente. Ahora lo que interesa es su salud, pero como dijo “No le va ser fácil bajarlo de los escenarios”. Por lo pronto Tandil deja un abrazo eterno, ese que te dan cuando estás triste, cuando estás feliz, cuando lo necesitas, ese abrazo de rocanrol que solo el Indio Solari puede generar.

Mauro Pare. Enviado especial

Diario La Ciudad

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