Argentina con mayor porcentaje de obesidad infantil en Latinoamérica

La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS), pues, aunque se presenta en todo el mundo, “está afectando progresivamente a muchos países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano”, aumentando a un ritmo alarmante.
Argentina no escapa a esta realidad y así lo expresó el ministro de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein, quien señaló que la obesidad infantil es uno de los temas más importantes en la agenda de salud pública, pues “en el país representa a más del 40% de chicos y adolescentes“.
“La Argentina lidera el ranking en Latinoamérica y la problemática amenaza a las próximas generaciones, con lo cual las ganancias en expectativa de vida logradas en los últimos años podrían perderse”, acotó el titular de la cartera sanitaria, en una entrevista que dio a Infobae en el marco su discurso en el encuentro de autoridades sanitarias de Naciones Unidas y OMS.
La OMS informa que se calcula que, en 2016, más de 41 millones de niños menores de cinco años en todo el mundo tenían sobrepeso o eran obesos. Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades conexas son en gran medida prevenibles. Por consiguiente, hay que dar una gran prioridad a la prevención de la obesidad infantil, apuntó el organismo internacional.
Se debe aclarar que una cosa es el sobrepeso y otra obesidad, pues se habla de sobrepeso cuando el peso está por encima del aconsejado en relación con la talla, y esto se calcula con el IMC o índice de masa corporal. Se considera que existe sobrepeso cuando el IMC se encuentra entre 25 y 29,9, mientras que a partir de un IMC 30 se considera que la persona es obesa.
Sin embargo, hay especialistas que señalan que no se debe hablar de obesidad infantil, sino de obesidad en general, pues hay que incluir a los padres, porque los niños no tienen la capacidad de regulación sino hasta los 14 o 15 años.