Carlos Ratti, de carnicero en Ituzaingó a intendente de Morón
Santiago Menu
Hombre de trabajo, inició su actividad comercial en Ituzaingó con una carnicería en 1890 y luego incursionó en la compraventa de hacienda

En febrero de 1932, Carlos J. Ratti asumió como intendente del Partido de Morón, por entonces denominado Partido de 6 de Septiembre, tras ser electo por el Concejo Deliberante, de acuerdo con la legislación vigente en aquellos años. Su llegada al poder fue recibida con entusiasmo, sobre todo por el ambicioso plan de obras públicas que proyectaba llevar adelante. Sin embargo, su gestión fue tan breve como intensa: en septiembre de ese mismo año, una repentina muerte lo sorprendió, truncando una administración que prometía marcar un antes y un después en el desarrollo del distrito.
Carlos Ratti había nacido en la Ciudad de Buenos Aires en 1874. Desde pequeño se radicó en Merlo y, hacia 1885, se instaló definitivamente en Ituzaingó, localidad que adoptó como propio hogar y donde desplegó buena parte de su vida laboral y social. Hombre de trabajo, inició su actividad comercial con una carnicería en 1890 y luego incursionó en la compraventa de hacienda. Su espíritu emprendedor lo llevó incluso a establecer una estancia de 80 mil hectáreas en San Rafael, Mendoza, que transformó con esfuerzo en una explotación ganadera modelo, hasta su venta en 1926.
Más allá de sus logros económicos, Carlos Ratti se destacó por su compromiso social y su vocación de servicio. Así lo retrata los diarios de la época, como La Tribuna, que lo describen como un ciudadano “excepcional, generoso y bueno, ejemplo de rectitud” y de espíritu profundamente solidario. Su mirada sobre Morón e Ituzaingó era la de un territorio lleno de posibilidades, siempre que sus vecin@s trabajaran juntos por el bien común.

Durante su breve paso por la Intendencia, Ratti planteó un plan de acción edilicia ambicioso, que no llegó a ejecutar por completo debido a su fallecimiento. Pese a ello, dejó una imagen pública impecable, con amplio reconocimiento por parte de los sectores sociales, políticos y económicos del distrito. Su muerte generó un impacto profundo: el comercio de Ituzaingó cerró sus puertas como muestra de duelo y más de 160 carruajes participaron del cortejo fúnebre hasta el cementerio de Merlo.
Diversas instituciones como el Concejo Deliberante, el Consejo Escolar y el Comité del Partido Demócrata Nacional rindieron honores al dirigente, dictando resoluciones y participando con oradores en su sepelio. La Municipalidad de Morón, que quedó momentáneamente en manos del presidente del Concejo, también emitió un decreto especial en reconocimiento a su figura.
Hoy, una importante avenida en Ituzaingó lleva el nombre de Carlos J. Ratti, en homenaje a un hombre que no sólo dejó huella por su actividad política, sino por su ejemplo de vida comprometida, honesta y cercana a la comunidad. Su historia es, en definitiva, parte de la identidad de un Ituzaingó que creció al calor de vecin@s como él, cuya huella sigue viva en la memoria colectiva.

