Con la alegría del Renacimiento
“La historia de la casa empezó con mi abuelo que la construyó en el 56, en el 76 mis papás tienen que exiliarse y se van a España”, así arranca su relato Hernán, uno de los integrantes del Colectivo de docentes que decidió emprender la tarea/sueño/proyecto de una Escuela Integral.
Verborrágico, pasaron horas charlando con naturalidad y no le preocupa que llega tarde a otra reunión, no quiere que se pierdan detalles, se nota que ama lo que hace y sobre todo lo que proyecta. También sus colegas -algunos– de entre un nutrido colectivo que sobre todas las cosas acciona, el proyecto se sabe integral desde cualquier parte que se vea.
“Yo estuve como 3 años viajando y volví con la idea de hacer un proyecto cultural, algo de intercambio y se dio la situación de que esta casa –por diferentes situaciones familiares- quedó disponible y con la necesidad de hacerle arreglos, alquilarla, hacer algo”, continua Hernán.
-¿Cómo surge el proyecto?
Somos todos una gran familia que laburamos en el Ministerio de Educación de Nación – ahora estamos conformados como un colectivo de educadores que integramos Maru, Pablo, Juanma, Marcos, Nico, Rocío, Iván y yo – que veníamos laburando de distintas maneras pero que veníamos con ganas de hacer un taller, construcciones, algo que refiriera a lo ambiental y decidimos hacer la Escuela Cultural El Renacimiento, porque renacer es algo que vuelve a nacer.
Se prendieron mis viejos también para colaborar. Nosotros tenemos una característica común que es que trabajamos en un Programa en la Dirección de Políticas Socio Educativas que es un Programa Federal, y eso hace que tengamos que viajar, vamos a las provincias y depende que proyecto sea vamos a un lado o vamos a otro. Somos de viajar mucho. A raíz de esto, algunos empezamos a viajar menos y para algunos es más complejo, porque es su laburo. Entonces eso habla de que, a veces, los tiempos sean más lentos en la construcción.
La idea es generar un espacio abierto a la comunidad, retomando los viejos valores comunitarios, nuestro laburo es en comunidad y así llevamos nuestra forma de vida. Pero, en paralelo, estamos con la parte más administrativa de la conformación como Asociación Civil y la construcción del aula taller.
-¿Dónde se enmarcarían? ¿Dentro de una educación formal o informal?
(Acá Maru toma la palabra) Si me preguntas a mi, me gusta hablar de educación y no meterme a hablar de formal o no formal, el laburo nuestro si nos tenemos que enmarcar en algún lugar es bastante no formal y cercano a la educación popular. Sin embargo, estamos dentro del Ministerio de Educación de Nación.
A veces hablar de Educación formal o no formal hace entrar en un camino de contradicciones. Entendemos la educación desde un lugar integral, desde un taller que puede ser de guitarra o de carpintería o de herramientas educativas, pedagógicas. Todos son actos políticos y educativos porque uno impone “una forma de…” y un gran objetivo dentro de la educación es ser conscientes de ese rol, de las instancias educativas permanentes, que requieren también el educarnos como sociedad.
La idea es en este “juntarnos”, generar algo nosotros y confluimos en esa intención como colectivo independiente y autogestivo. Tenemos coincidencias en la mirada política aun cuando no todos estamos parados en el mismo lugar. Pero sí en el “querer hacer y poner en marcha” cuestiones al interior de un barrio, en este caso, con un proyecto común.
-¿Cuál es la relación con el barrio?
Este es un barrio de gente más bien grande, ahora de a poco está habiendo gente un poco mas joven. Con los vecinos hay buena comunicación pero no los invitamos hasta ahora, tenemos ganas de invitarlos para la próxima. Incluso le compramos al vecino de enfrente una puerta balcón para el aula taller, tenemos comunicación aún cuando no hemos hecho actividades a puertas abiertas. Resguardamos por ahora, de alguna manera, el espacio.
Si nos preguntás, a nosotros nos gustaría el día de mañana retomar las viejas practicas de salir a la vereda y tomar mate con el vecino y poder decir un domingo que se haga una mateada en toda la cuadra, porque eso responde a otras practicas que tienen que ver con conocer a quien tenés al lado tuyo, todos valores que se fueron perdiendo. Pero entendemos que los procesos llevan tiempo y que cada momento tienen su lugar.
De hecho, sembramos adelante algunas verduras pensando “a ver si pasa algún vecino”, el otro día finalmente paso una vecina que nos dijo “¡ah tienen perejil!” pero que no quiso llevarlo. Ya llegará el momento.
-¿Por qué surgió la idea de hacer cons- trucción natural?
Porque nosotros de alguna manera estamos en toda nuestra práctica atravesados por una cuestión natural y fuimos adquiriendo esos valores que se retoman y resignifican. Es central el concepto de ambiente, y éste a su vez como una cuestión integral en donde conviven lo natural, lo social, la cultura, incluso la industria. El ambiente es uno y todo lo que nos rodea.
-¿Necesitaron una capacitación o eran contenidos que ya tenían?
La fuimos aprendiendo y nos fuimos encontrando con las personas. Nos encontramos con Viviana Camos, quien se capacitó con un referente nacional de la construcción natural como lo es Jorge Belanko y ahí arrancamos. Antes nos encontramos con Eugenio, un educador ambiental que vive en Tandil y él nos fue tirando unas primeras líneas.
Utilizamos pallets, una técnica de adobe, ecoladrillos (que son botellas con residuos no renovables como el plástico), estamos haciendo el techo vivo.
Creemos en las conexiones y las sintonías y nos vamos encontrando con las cosas. También creemos que todo está en la calle: con la tierra nos pasaron un dato por Morón que estaban haciendo las obras del Procrear pero nos encontramos antes con una obra que estaban haciendo subterránea, fuimos, les contamos lo que estamos haciendo y queremos hacer y nos dieron el ok y nos trajeron con su conteiner y camión la tierra hasta la puerta. Hay una concepción en este tipo de construcciones que es “todo sirve”, así llegaron las latas de pintura que nos permitieron hacer el mural que hicimos en una Minga de trabajo. Sí tuvimos que cubrir unos gastos, quizás más técnicos, como un albañil que hizo las primeras bases pero que generó un tema económico, y ahí salen rifas, bailes, forma de cubrir los gastos, recuperar el dinero prestado. El fin es encontrarnos y celebrar, hay un ambiente muy lindo, es muy bueno que se pueda dar todo esto. Hay una sintonía de la cual nosotros somos conscientes y queremos seguir por ese lado.
La movida continua, sigue el trabajo de construcción en forma natural del aula taller, siguen las Mingas y en paralelo la búsqueda de concreción de la parte más burocrática que requiere la conformación de la Asociación Civil. En el mientras tanto, siguen las Mingas, se hizo taller de armado de cajón peruano, se planifica un taller de hornos solares, la propia construcción fue un taller abierto, se busca el retorno a los oficios que los años 90 se encargaron de enterrar pero con un tinte artístico que tiene que ver con desarrollar la creatividad sobre todas las cosas.
“Lo elegimos como un modo de vida”, dicen en referencia la concreción del Aula Taller y con ella esa construcción colectiva que ya están implementando. “Y después, la idea es generar redes, porque es fundamental, uno no es uno sin el otro”. Desde una visión muy personal te diría que “mi abuelo nos dejo una gran casa y nuestro legado es también dejar algo a la generación que nos continúe”
Más info en: https://www.facebook.com/escuela.renacimiento.75?fref=ts
Por Ludmila Báez