“TRANSformar el chamamé”: La historia de Demir Hannah

“TRANSformar el chamamé”: La historia de Demir Hannah
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Claudia Ada Falcon , artísticamente Demir Hannah, nace un 17 de febrero de 1978 en Buenos Aires. Tras la separación de sus padres, Sara C. Haedo y Resty Falcón, Corrientes Capital la ve crecer, junto a su madre y su abuela materna, Fidelina Haedo.

Hoy, es una artista de renombre, reconocida internacionalmente por haberse convertido en la primera cantante trans que participó de la Fiesta Nacional del Chamamé. Pero su historia es mucho más que eso: Una lucha por perseguir sus sueños, crear una identidad y abrir camino para todes.

Charlamos con Demir acerca de sus comienzos en su carrera musical, las idas y venidas entre Corrientes y Buenos Aires, su trabajo en la organización Unides por la música, y la transformación del chamamé en un ambiente inclusivo que, según Hannah, ya es un hecho.

¿Cómo llegó la música a tu vida?

Mi relación con la música fue desde muy temprana edad. Mi madre siempre decía que cuando era bebé, ella siempre ponía una radio a pilas y sintonizaba emisoras exclusivamente de música para calmar mis llantos y que yo, automáticamente, dejaba de llorar.

La música siempre estuvo presente en mí. También la heredé de la prima hermana de mi abuelo paterno, Ada Falcón, la emperatriz del tango, muy famosa en la década del 30. Incluso mi padre, Resty Falcón, se dedicó a la música en los sesenta y los setenta como compositor.

Naciste en Buenos Aires, pero siempre decís que tu corazón está en Corrientes. ¿Cómo inició tu vida allí?

Cuando mis padres se separaron, mi mamá y yo nos radicamos en Corrientes Capital. En los noventa, yo ya estaba en mi adolescencia y fue entonces cuando empezó mi cambio: Fui Claudia.

Todo el apoyo de mi familia estuvo presente. Me siento privilegiada por eso, porque no para todas las identidades trans eso sucede.

Estudié Bellas Artes, Canto y Vocalización, participé en diversos coros y también estudié folclore.

A partir de 1994 empecé a trabajar en radio. Eran tiempos difíciles, pero yo tuve mucha suerte. Hubo gente muy buena que me brindó el espacio y el lugar para que pudiera desarrollarme dentro de los medios.

También mi relación con el carnaval fue muy importante para mí. Desde 1995 a 1997 fui la primera mujer trans en el Carnaval Nacional de Corrientes, como pasista y diseñadora y confeccionista de vestuario para la agrupación musical Ritmo Show.

Trabajar en los medios y en el ámbito del carnaval como Claudia Falcón me brindó mucha seguridad. No sufrí hostigamiento social y siempre fui muy bien recibida, lo cual era una rareza en aquellas épocas.

Demir Hannah en su presentación en el Espacio Cultural Mariño “Che amoa meme” Bailando bajo la enrramada – Primer Festival de Chamame para la Diversidad LGBTQ+

¿Cómo fue el pasaje de Claudia Falcón a Demir Hannah?

En 1999 decidí ir a Buenos Aires buscando crecer con la música, ya que Corrientes, por aquel entonces, no ofrecía muchas posibilidades para que me desarrollara en ese ámbito. El mercado musical estaba muy asociado al chamamé y no había forma de acceso para mí en esa época.

Mi llegada a Buenos Aires no fue fácil, pero conocí a muchas personas que me ayudaron y logré transformarme en Demir Hannah y comenzar un nuevo camino.

En el 2004 estaba más establecida en Buenos Aires y, durante el verano, volví a Corrientes con mis primeras canciones, logré notoriedad en mi provincia y empezaron a sonar mis canciones como Demir Hannah en las radios.

En el 2009 salió mi primer álbum autofinanciado, “La Intuición”. Es un disco que lo añoro mucho porque fue mi primera exposición como cantante y compositora, un material electro pop.

Empecé a buscar mis formas de trascender. Y, en ese entonces, para una artista trans como yo y con un disco como el mío, no había mucha cabida en el ambiente LGBT+, ya que no apoyaban demasiado a las trans, aunque logré estar en el escenario mayor de la Marcha del Orgullo del 2009 como soporte de Leo García. Pero no trascendió mucho mi carrera en ese ámbito, más allá de mis fechas en Niceto Club, Pinar de Rocha y demás discotecas emblemáticas de Buenos Aires.

Me quedé muy enojada con el colectivo LGBT+ en aquel entonces. Pasé por un estado de depresión y no quise hacer más música durante un tiempo. Me llamé al silencio, me salí del circuito de artistas del colectivo y busqué otros caminos.

¿Cómo fue esa expedición en otros caminos en Buenos Aires?

Yo pensé: Si en el pasado, en mi Corrientes, tan conservadora y católica, pude lograr subsistir dentro de un ámbito laboral heterosexual y patriarcal, ¿por qué no intentarlo en Buenos Aires a través de la música?

Formé una banda y, junto con el grupo de músicos, nos dedicamos al blues, rock y jazz durante tres años. Tocamos en muchos bares del conurbano y, cuando pudimos llegar a lugares de Capital, los músicos desistieron porque no se sentían seguros con una cantante mujer trans. Nuevamente, dejé la música por unos cuantos años.

Más allá de las frustraciones y este tipo de situaciones, todo artista persigue un poco la fama en sus comienzos. He dicho que no a muchas cosas porque no iban con mis principios y he vuelto a empezar, lo cual se retornaba cada vez más pesado.

En el 2018 recibí un mensaje de Norberto Vogel, músico, compositor, arreglador de tango, muy reconocido en ese ambiente, que escuchó una versión mía de la canción “Cry me a river”, un clásico del jazz. Me preguntó si alguna vez había cantado tango, a lo que yo le respondo que sí…pero en la ducha. Charlando con él, le cuento que Ada Falcón era pariente mía, y nos reunimos con él en su estudio.

Norberto me tomó unas pruebas y grabamos “No mientas”, una canción que había sido grabada por “la emperatriz del tango”, y la subimos a las redes. Me entusiasmó tanto el ambiente del tango que comencé a trabajar con Norberto en su música, junto a su cuarteto. Íbamos a grabar un disco y llegó el 2020 con la pandemia y todo cambió.

Demir Hannah junto a los músicos que la acompañan. De izquierda a derecha: Matias Melgarejo en percusión, Gustavo Soto en guitarra, Demir Hannah en voz, Cesar Romero en bajo y Octavio Rosa en acordeón.

¿Cómo afectó la pandemia tu trabajo como artista?

Durante el 2020, el mundo del arte sufrió un “parate” terrible. Fue un momento económico muy difícil, con muchas pérdidas. Y yo no estuve exenta a padecer necesidades.

Entonces me comuniqué con el director de la Mocha Celis, desde donde me han brindado todo lo que estuvo a su alcance y más. Retomé mis estudios secundarios allí, donde se empezó a correr la voz de que yo, Claudia Falcón, era Demir Hannah, y todos comenzaron a brindarme la fuerza para que lograra creer de que podía volver a la música. Pero, la gran incógnita era ¿cómo? Estábamos en cuarentena estricta y no había muchas salidas.

Y así nació Unides por la música, una agrupación de artistas transgénero y no binaries de la República Argentina, apoyada por la Mocha Celis, en la cual soy productora. Es una organización federal en la que cada artista representa a su provincia, localidad, lugar natal con una canción, que luego se sube a Youtube en nuestras plataformas.

¿Cómo fue el trabajo de Unides en ese contexto? ¿Qué aprendizajes trajo para vos?

Nos manejamos de manera enteramente virtual durante todo el 2020 y el 2021, con un grupo reducido de personas que trabajó un montón, con mucha ayuda de la Mocha Celis y sin financiación de ningún lugar.

Me di cuenta, trabajando en Unides por la música como productora, que yo también sufría la misma invisibilización que mis pares. La mayoría sufrimos una falta de acceso al escenario y una falta de interés por parte de los pequeños y grandes sellos discográficos y productoras. Tenemos muchas leyes, pero aún existe el prejuicio. Falta muchísima construcción del sector sociocultural para con nosotres.

Demir Hannah representó a Corrientes en Unides por la música y volvió a los escenarios.

Así fue como decidí, a través de Unides por la música, representar a mi Corrientes con el chamamé “Yo que te quiero tanto”, de Mario Bofill.

Volví a Corrientes con aquella canción y la prensa de mi provincia me abrió muchas puertas: notas en televisión, medios locales, diarios, noticieros… Fue todo muy rápido. A las dos semanas de mi llegada a Corrientes, el proyecto Unides por la música se presenta para declararlo de Interés Cultural y Corrientes fue la primera provincia en firmar a favor.

Actualmente, el proyecto sigue en pie, luchando para que cada artista llegue a la visibilidad que todes se merecen. Si yo hoy llegué a donde estoy, fue a través de Unides por la música. Mi deseo es, para cualquier artista disidente, que luchen por sus sueños, porque siempre habrá alguna puerta que se nos va a abrir.

Luego volviste a Buenos Aires y comenzaste a preparar tu disco, “Ayer y hoy”, que te abrió muchas puertas en Corrientes también. ¿Cómo fue esa experiencia?

Tras comenzar con mi disco “Ayer y hoy”, me salen muchas fechas en Corrientes durante el verano: El 15 de enero en el Festival Nacional del Chamamé, al día siguiente doy un recital acústico en el primer festival para disidencias, en el marco del chamamé. El miércoles 19 de enero me presenté en mi propio recital con mi banda de músicos, en el Museo de Ciencias Naturales de la costanera de Corrientes.

La aceptación del público fue magnífica. En mi recital presenté las canciones de mi álbum en proceso, y el colectivo LGBT+ estuvo presente. “TRANSformar el chamamé” se convirtió en una frase muy emblemática que me llenó de gozo que estuviera presente en mi presentación, sobre todo porque estaba en el cartel de Lucas Collantes, un compañero gay y poeta muy importante, un talento muy joven y gran amigo de Corrientes.

Fue un espectáculo hermoso que pude compartir con mi familia, donde mi madre, mi gran mentora que siempre me dijo que la perseverancia hace al triunfo, pudo asistir.

¿Cómo ves, hoy por hoy, al ambiente del chamamé?

Ya podemos decir que el chamamé es inclusivo, que dentro del género del folclore, en Corrientes, el chamamé está abriendo sus puertas a la pluralidad y que el talento es valorado. El chamamé también es nuestro. La igualdad ya es un hecho.

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