Días de frío: ¿Cómo aprovecharlos para nuestra salud?

Aunque aún no ha iniciado el otoño, ya se asoman algunos días de frío y comenzamos a tomar algunas precauciones para evitar gripes, dolencias respiratorias y repercusiones en la salud, sin embargo, el frío también produce beneficios si lo afrontas con precaución y responsabilidad, llevando a cabo algunas actividades que además combaten el sedentarismo.
Algunas medidas preventivas para el cuidado de la salud durante los días fríos son el uso de ropa adecuada, prendas sueltas, ligeras, calientes e impermeables, se aconseja llevar varias “capas de ropa” y no prendas apretadas, para facilitar la circulación periférica.
Durante los días fríos realizar salidas breves a la calle, evitando los cambios bruscos de temperatura de forma continua.
La temperatura ideal para una casa es la de 21ºC, las temperaturas superiores no nos aportan más beneficios y sí producen un derroche excesivo de energía. Ventilar las habitaciones diariamente durante unos diez minutos, cerrando después las ventanas para evitar pérdidas de calor.

Mención especial tiene el ejercicio físico y la alimentación. Se recomienda realizar comidas frecuentes y de pequeña cantidad, variadas y de alto poder energético. El tomar bebidas templadas de forma regular. No es cierto que el alcohol y bebidas con cafeína son las que más facilitan el aporte de calor, su uso inadecuado aumenta nuestro metabolismo produciendo perdida rápida de calor.
En cuanto a beneficios para la salud de las bajas temperaturas, tomando las medidas preventivas antes mencionadas, podemos mencionar:
El frío ayuda a fortalecer las defensas ¿Cómo? La exposición controlada al frío activa el sistema nervioso simpático, regulando la respuesta inmunitaria y reduciendo la inflamación.
Mejora la tersura de la piel ¿Cómo? Cuando bajan las temperaturas, los vasos sanguíneos se contraen. Esto hace que llegue menos sangre a la piel y disminuya el aporte de nutrientes y oxígeno, lo que produce una sensación de tirantez o tersura.
Aumenta la energía y los nutrientes ¿Cómo? Gracias a la contracción de los vasos sanguíneos que se produce en la piel, especialmente en brazos y piernas, la sangre, con su calor, se dirige a los órganos internos, aportando una mayor cantidad de nutrientes y oxígeno.
Quemas más calorías ¿Cómo? En nuestro cuerpo tenemos mecanismos muy efectivos para calentarnos. Cuando tenemos frío se activa la termogénesis no tiritante, un mecanismo donde entra en escena la grasa parda, una parte de nuestro tejido adiposo que tiene como misión calentarnos, lo que puede incluso que la haga aumentar, lo cual podría ayudar a tratar la obesidad.
Ayuda a mantener una mente sana ¿Cómo? El frío también afecta al cerebro, para bien. Una ducha fresca (no helada) de 20 grados durante 3 minutos cada día puede ayudar a mejorar los síntomas de la depresión y la ansiedad. Según diversos estudios, 17º C es la temperatura ideal para el trabajo intelectual, y es que las temperaturas cálidas tienden a agotar recursos necesarios para el cerebro como la glucosa, por lo que pensamos y razonamos mejor con un poco de frío.
Respiras aire limpio ¿Cómo? La nítida calidad y limpieza del aire frío hacen de esta época del año un buen momento para estar en la naturaleza, haciendo largos paseos y respiraciones profundas de aire fresco (en su justa medida, por supuesto).
Tonifica más tus músculos ¿Cómo? Tomadas todas las precauciones, la práctica de deporte con frío mejorará nuestro estado físico. La razón: Para tolerar la falta de calor y el ejercicio nuestro organismo tiene que adaptarse. Estas adaptaciones lo hacen más fuerte y mejoran su condición en muchos aspectos: aumenta la capacidad cardiaca, se incrementan los litros totales de sangre y los litros de aire por minuto que somos capaces de respirar a alta intensidad de ejercicio, además de que crecen las células musculares.
Dormís mejor ¿Cómo? A diferencia de los días de calor, en invierno las temperaturas son mucho más estables a lo largo de la jornada y nuestro abrigo de cama no debe variar mientras dormimos. Por lo tanto, si estamos en una cama cómoda y abrigada nos aseguramos una noche completa de sueño de calidad sin interrupciones.
Fuentes: zonahospitalaria.com/mdzol.com