Se estrena el documental "Los pibes de mi barrio" (Buen Ayre, al oeste del corazón)
La Cooperativa de trabajo para medios de comunicación La Qilqa, Cinco Esquinas contenidos audiovisuales, CEDESNI (Centro de desarrollo de negocios inclusivos) y el Diario La Ciudad invitan a la comunidad a la presentación del documental “LOS PIBES DE MI BARRIO (Buen Ayre, al oeste del corazón)”, el sábado 5 de diciembre a las 19 horas en Brandsen 517, Ituzaingó.
A principios del año 2015, la Cooperativa de Trabajo para Medios de Comunicación LA QILQA Ltda., firmó un convenio de colaboración con el Ministerio de Desarrollo Social de la Pcia de Buenos Aires y con el programa de Unidades de Desarrollo Infantil para abrir dos centros juveniles en el municipio de Ituzaingó. El objetivo era contener a jóvenes en situación de vulnerabilidad social en el asentamiento Buen Ayre, uno de los barrios más humildes del distrito. La tarea comenzó en abril de ese año junto a un grupo de profesionales y dirigentes barriales que culminó con la puesta en marcha del Centro Juvenil Barrio Buen Ayre y el Centro Juvenil Nunca Menos.
El documental narra esta maravillosa experiencia desde sus comienzos. Historias de vida, de momentos compartidos, de carencias y de sacrificio. “Los pibes de mi barrio” nos interpela a tener una mirada histórica sobre el futuro de los jóvenes y la necesidad de buscar en todo momento respuestas que los contenga y los proteja.
Historias de vidas, vidas que fueron golpeadas duramente en la década del ’90 y también en el 2001. Vidas de personas que a pesar de los golpes siguen levantándose y buscando nuevas formas de ganarse la vida y, al mismo tiempo, ayudar a los que tienen al lado.
El documental se encarga de mostrar cómo fue la creación del primer Centro Juvenil, quiénes estuvieron involucrados, qué es lo que hacen, cómo beneficia a los chicos, y cuáles son las vivencias de los habitantes del asentamiento Buen Ayre. Son muchas las escenas que muestran al barrio, a los chicos jugando y participando de los distintos talleres, la inauguración del Centro y la felicidad y orgullo de tanto los chicos y las chicas que asisten a las actividades del Centro, como el de aquellos que enseñan y ayudan a que siga y cada vez crezca más.
Una historia inspiradora que muestra cómo los mismos habitantes del asentamiento hacen todo lo posible para darles a los chicos las herramientas necesarias para construir un futuro mejor. Crear talleres atractivos para ellos así no terminan en la calle. Cambiar peligros y callejones sin salida por oportunidades y fuentes de trabajo, cambiar deserción de colegios por estudio y, lentamente, ir construyendo más Centros Juveniles para una mayor cantidad de chicos.