El abuelo de Villa Raffo que se tatuó por sus nietos
En los últimos tiempos, los tatuajes se han convertido en un rango distintivo de las nuevas generaciones. Es usual caminar por la calle y ver dibujos, inscripciones y símbolos en las pieles de las personas. Lo que no es tan común es observar a personas mayores con tinta en su cuerpo. Sin embargo, un abuelo que reside en el partido de Tres de Febrero salió de los paradigmas tradicionales que imponen las sociedades contemporáneas y se animó a probar suerte en este rubro a partir de un pedido expreso de sus niet@s. En esta oportunidad, desde Diario La Ciudad, relataremos algunos detalles de la historia de Daniel Massera y las razones por las cuales tomó esta fabulosa decisión que sorprendió por completo al interior del universo de las plataformas digitales.
Todo comenzó cuando este hombre cumplió 86 años. Mariel, Melina, Tomás, Cecilia y Lucía, sus cinco niet@s, se acercaron y le realizaron un pedido que lo sacó de su eje: realizarse un tatuaje en conjunto. Más allá de que nunca pensó en realizarse este tipo de inscripción, no dudó ni un solo segundo en aceptar ya que consideró que era una forma de inmortalizar su amor.
Respecto del símbolo elegido, este hombre señaló que puso la condición a l@s jóvenes de seleccionar el diseño final. Fue así que optó por una especie de cerámica azteca, en forma de un caracol marino. Al parecer, esta tribu lo utilizaba para comunicarse entre sí, para llamarse y reunirse, por lo que representa la unión. Sus niet@s lo apoyaron en esta decisión.
El tatuaje se lo realizaron en conjunto en un local ubicado en el barrio de Villa Ballester, en el partido de General San Martín, y la sesión duró alrededor de cinco horas. Una vez que cada un@ de los integrantes de la familia terminó con su dibujo, posaron para las cámaras y registraron este momento que, sin lugar a dudas, quedará en la memoria de l@s Massera para siempre.
Es importante mencionar que Daniel nació en Buenos Aires en 1935 y buena parte de su vida transcurrió en el emblemático barrio de Villa Raffo, en el municipio de Tres de Febrero. Pese a haber tenido una infancia muy tranquila, a los 14 años perdió a sus dos padres y se vio en la necesidad de salir adelante para sostener a su tío. En su juventud, conoció a la que posteriormente fue esposa en uno de los tradicionales asaltos que se realizaban en la época y, apenas la vio, se dio cuenta que sería la persona con la que compartiría el resto de sus días.
Hace más de 10 años que este abuelo perdió a su compañera, aunque la recuerda con una sonrisa en su rostro. Este hombre se considera de otra época, aunque de a poco y con ayuda de sus niet@s apunta a modernizarse. ¿Quién dijo que existe una edad para tatuarse? Daniel Massera escapa a todo tipo de prejuicios y espera brindarles muchas más alegrías a toda su familia.
