
Ejercitar la mente es tan importante como hacer actividad física, sobre todo a medida que se aumenta en edad. Por eso, el Taller de Memoria Ituzaingó ofrece un espacio para trabajar tanto la comprensión y el lenguaje, como la motricidad fina, la estimulación y la percepción; además de ser un lugar de socialización.
En este marco, este viernes 19 de noviembre de 18 a 20 horas se realizará una tarde de juegos abierta a quien quiera participar. La cita es en La Casa Azul de Padua (Las Acacias 369, San Antonio de Padua) y la entrada tiene un valor de $700.
Una de las profesoras del Taller de Memoria, Silvia D’Agostino, contó a La Ciudad que “es un encuentro lúdico para los adultos mayores, donde queremos mostrar la importancia del juego para nuestra salud física y mental”.
“Cómo el juego nos enseña a conectarnos con nuestras emociones, alivia nuestro estrés, nos conecta con el mundo que nos rodea”, expresó D’Agostino; y agregó la importancia de “seguir jugando” y no “perder ese niño que llevamos dentro”.
La profesora aclaró: “Obviamente que vamos a trabajar la atención y la concentración, pero esta vez la metodología va a ser una tarde lúdica. De juegos, de competencia, de risas, pasar una tarde agradable donde vamos a compartir una merienda”.
En este sentido, invitó a “todos los que tengan ganas de sumarse” a la jornada del viernes, que “es nuestro primer encuentro lúdico después de la pandemia”. Cabe mencionar que los cupos son limitados porque “nos seguimos cuidando y respetamos un protocolo”.
Sobre el Taller de Memoria de Ituzaingó
Silvia D’Agostino contó que trabaja junto a otra profesora, que es Mónica Di Battista. En este sentido, explicó que “el taller surgió hace aproximadamente hace tres años, donde teníamos la necesidad de llevar nuestro trabajo a la población de adultos mayores”.
La motivación para comenzar el taller fue ofrecer “un espacio en el que no sólo se trabajara la memoria, la concentración, los olvidos cotidianos, la atención”. Las profesoras también buscaron dar lugar para que “ellos pudieran expresar sus sentimientos, sus emociones, pudieran hablar, pudieran ser escuchados, y sintieran que a su alrededor tenían otros pares que les pasaban las mismas cosas”.

Con respecto a la importancia de ejercitar la memoria, la profesora explicó: “A medida que vamos aumentando en edad cronológica, necesitamos ocuparnos no sólo de la parte física, sino también de la parte mental; necesitamos estimularla, necesitamos ejercitarla, para poder seguir poniendo nuestras neuronas en acción”.
“Nuestro lema del taller es que no importa la edad cronológica que tengamos, sino lo importante es lo que hacemos. Mantenernos activos, ocuparnos de la parte física, pero también de la parte mental”, remarcó.
Además, explicó que la socialización “en los adultos mayores es fundamental porque el estar con el otro, el escucharlo, los vínculos, hacen crecer su autoestima, se sienten bien, se sienten integrados, se sienten activos”.
El taller comenzó en el domicilio de Silvia “con unos pocos alumnos”. Luego crecieron y comenzaron a reunirse en el Almazen del Arte, en Ituzaingó Norte. Sin embargo, con la pandemia tuvieron que adaptarse a la modalidad virtual y aún no volvieron a la presencialidad. En la actualidad, cuenta con alumnos y alumnas que de entre 55 y 92 años; y el costo es de $1000 mensuales, una vez a la semana.
“El Almazen del Arte ya no está alquilando el lugar, así que ya estamos en marcha de encontrar un nuevo espacio para poder comenzar con la presencialidad en marzo, viendo obviamente cómo va evolucionando el tema de la pandemia”, contó D’Agostino.
De Ituzaingó al resto del país
En medio de la etapa más dura de la pandemia, el Taller de Memoria virtual fue un sostén y un acompañamiento para las y los alumnos. Más aún si se tiene en cuenta que forma parte de “esa población de riesgo que iba a ser la última en reincorporarse a lo que era la vida cotidiana”.
“Tuvimos que adaptar nuestros objetivos, nuestra estrategia, nuestra forma de dar las clases, la dinámica, los ejercicios, la motivación, la planificación de las clases, de los encuentros, para poder hacerlo mucho más agradable y mucho más ameno, para trabajar de esta forma”, contó D’Agostino.

Ahora dan talleres “dos veces en el día, a la mañana y a la tarde, y estamos más que felices”. En este sentido, contó una grata sorpresa que les dio la virtualidad: llegar a otras provincias de la Argentina. “Tenemos alumnos que son del Chaco, de Formosa, Salta, de Tucumán, de Neuquén, de Pinamar, de Bariloche, gente de Luján, de Capital Federal, del Tigre, de Merlo; así que formamos un grupo hermoso de distintas partes del país, y que son parte de este Taller de Memoria de Ituzaingó”, detalló.
La función del taller en pandemia: una compañía virtual
A través de la modalidad virtual, el taller pudo “contener a estos adultos mayores; que se encontraban privados de sus vínculos, que no podían abrazar a sus nietos, a sus familiares, que estaban tristes, que estaban solos”.
“Esperaban esta hora del taller para poder reírse, para poder pasar un momento agradable, para poder hablar con sus otros compañeros”, aseguró Silvia; y remarcó la importancia de los vínculos: “Ver que al otro le está pasando lo mismo los ayudaba. Y entonces quizás dejábamos de focalizarnos en la actividad que habíamos planeado para esa clase, porque necesitábamos ocuparnos de lo afectivo, de la emoción, de lo que les estaba pasando”.
De esta forma, no sólo realizaron actividades propias del taller sino también aquellas que tienen que ver con la socialización. “Festejamos cumpleaños, festejamos 80, 90, tuvimos casamientos, nacimientos de nietos, festejamos día de la madre, del padre, la primavera, fin de año; nos acompañamos en todos los momentos importantes de cada uno de ellos, que querían compartir”, contó D’Agostino.
Para finalizar, reflexionó: “Somos una gran familia. Así que esto es algo muy lindo que nos deja el Taller de Memoria, que nos sentimos como una gran familia”.
Contacto
Facebook: Taller de Memoria Ituzaingó
Instagram: @tallerdememoriaituzaingo
Correo electrónico: silviadagostino@hotmail.com.