Escritorxs del Conurbano: Hoy, Elizabeth Molver

Escritorxs del Conurbano: Hoy, Elizabeth Molver
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“El mundo de la escritura me resulta fascinante. Ir por la calle, ver algo y empezar a escribirlo con el pensamiento… Creo que lxs poetas pensamos en poesía”, afirma la escritora matancera Elizabeth Molver, quien desde la infancia se dedica al arte en versos y lleva publicados cinco poemarios desde el 2004 hasta la actualidad.

La Ciudad charló con la autora de “Según los ojos”, “Postales personales”, “Mujeres en un cuaderno borrador”, entre otros, acerca del pinkwashing en la literatura de escritoras, las experiencias pasadas a papel, el compartir con otrxs escritorxs y la importancia de leer y escuchar otras voces.

¿De dónde sos? ¿Cuándo empezaste a escribir? ¿Cómo fue ese inicio de relación con el mundo de la escritura?

Nací en La Tablada, partido de La Matanza. Viví allí hasta los 15 años. Después de algunas mudanzas: Haedo, Ramos Mejía, Liniers, vivo en Ramos Mejía sur desde hace 28 años. Aquí crecieron mis hijxs.

Siempre me gustó escribir. Desde niña escribía tarjetitas, cartas, cuadernos, canciones. En la adolescencia, escribí algunos poemas, algún cuento, pero todo quedó allí guardado hasta que, a los veintilargos, participé de un taller de docentes donde la profesora Lidia Blanco nos leyó unos poemas de Gioconda Belli y de Juan Gelman y me dije: “¡Eso es! Ese lenguaje me encanta”.

Comencé a leer, a buscar libros, a participar de talleres literarios y nunca más dejé de escribir.

El mundo de la escritura me resulta fascinante. Ir por la calle, ver algo y empezar a escribirlo con el pensamiento… Creo que lxs poetas pensamos en poesía, estamos en poesía, como dice la gran Laura Devetach.

¿A quiénes consideras tus “referentes” en lo literario? ¿Cuáles son tus influencias?

Mis referentes son esxs grandes que me llegan de una manera especial, que me conmueven: Gelman, Neruda, Girondo, Idea Vilariño, Pizarnik, Irene Gruss, Eduardo Galeano, Roberto Juarroz, María Elena Walsh, Cortázar, Graciela Cabal, María Teresa Andruetto…en fin, un lindo popurrí.

También, son mis referentes mis contemporánexs, poetas que admiro y quiero, porque muchxs son amigxs. A lxs que me gusta leer y me gusta que me lean, porque me aportan su visión desde su quehacer poético. Entre ellxs: Alba Murúa, María Sueldo Müller, Patricia Verón, Anahí Cao, Carlos Dariel, Valeria Zurano, Gino Bencivenga, Omar Cao, Jorge Figueroa y lxs más jóvenes: Melisa Papillo, Pamela Neme Scheij, Damián Lamanna.

¿Qué pensas del ambiente literario del conurbano? ¿Crees que, en el mercado editorial, lxs escritorxs del conurbano están ganando terreno?

Creo que el ambiente literario del conurbano viene creciendo desde hace unos cuantos años. Siempre se escribió mucho, pero ahora hay más posibilidades de comunicarse: las redes, los libros que se pueden editar más fácilmente. Entonces, circula más. Lo que también se puede volver un arma de doble filo: todxs publican y no todxs tienen calidad ni solidez literaria.

Ahora, que de a poco se está volviendo a la presencialidad, vuelven a emerger los ciclos literarios, las lecturas, las presentaciones de libros y es una buena manera de relacionarnos, conocernos, explorarnos.

“El camino está empezando, estamos en el medio, hay que seguir. Todavía hay mitos, puertas cerradas para mujeres y disidencias. El patriarcado está muy presente en estas cuestiones”, comenta Elizabeth Molver respecto del ambiente literario. Fotografía de Paulo Barros.

¿Cómo ves el ambiente literario, del conurbano y en general, para las mujeres escritoras y para las disidencias?

Veo una explosión de escritoras mujeres y también, últimamente, de disidencias. Lo cual me alegra, me interpela, me hace repreguntarme todo el tiempo, tirar abajo prejuicios y aprender cada día. Las nuevas generaciones tienen mucho que ver con esto. Son nuestras maestras. Como siempre, después veremos quienes quedan, quienes se sostienen en el tiempo. Ojalá las que tengan calidad literaria.

Igual, el camino está empezando, estamos en el medio, hay que seguir. Todavía hay mitos, puertas cerradas para mujeres y disidencias. Todavía hay “pasá, te estabámos esperando…” pero, en realidad, a muchos no les gusta perder el protagonismo. El patriarcado está muy presente en estas cuestiones.

¿Cómo ves la literatura escrita por mujeres? ¿Crees que el pinkwashing influye en el mercado a la hora de vender libros de autoras? 

Hay un crecimiento avasallante en la literatura escrita por mujeres hace, aproximadamente, unos 10 años. Al igual que las personas de la comunidad LGBTIQ+ surgió una catarata de libros de novelas, poesías y ensayos sobre el tema. Lo cual me parece fantástico. Era hora de que despertasen y despertásemos a otras letras, a otras historias, a descubrir lo que tienen para expresar, lo que tenían reprimido o tenían que guardar y hacer circular en forma clandestina.

En cuanto al pinkwashing, creo que, aunque una editorial promocione o diga que tal libro es una genialidad, aunque al principio se venda por modas, porque se convirtió en best seller, realmente el tiempo, la crítica especializada, el crecimiento de quien escribe dirán si en verdad era buena literatura o algo solo pasajero.

De tu propio material, ¿cuáles son tus escritos favoritos y por qué? ¿Cuál es tu último trabajo?

Tengo publicados cinco libros propios de poesía.  Todos tienen un significado especial. “Según los ojos” (2004) de la editorial La carta de Oliver fue el primero, el que abrió las puertas de este camino y lo quiero mucho por eso.

“Postales personales” (2008) de Macedonia ediciones tiene algunas fotografías de mi amiga Vanesa Pozo en las que unimos nuestras pasiones. “Mujeres en un cuaderno borrador” (2011) también de Macedonia ediciones, es muy querido porque tuve buenas críticas.

Con el libro recién editado fui al XIX Encuentro de Poesía Mujeres en el País de las nubes, en México y ese fue un viaje inolvidable, traje muchas experiencias, el compartir la palabra y la convivencia con mujeres, tan distintas y tan parecidas a la vez. El cuarto libro “Entonces mi padre” (2016) de ediciones El mono armado es un libro dedicado a mi papá. Lo empecé a escribir al lado de su cama mientras estaba enfermo y sabía que se moría, luego lo seguí y terminé. Aunque nunca se termina de escribir un libro así.

“Con hilván simple” (2011) de ediciones Ombligo cuadrado es el último. Le tengo el cariño de lo nuevo, de que lo presenté solo de manera virtual y ahora tengo ganas de hacerlo presencial. Y algo de eso ya va a pasar este domingo 24/4 en una muestra de artes plásticas, música y literatura en CC Macedonia en Sarmiento 3632, CABA.

En cuanto a las antologías, participé de varias, pero destaco “Alto guiso. Poesía matancera contemporánea” (2017) de la editorial Leviatán. Este libro nos abrió las puertas a otros países, a que nos lean y nos conozcan.  Además de contar con el prólogo de Luisa Futoransky, el estudio histórico de Martín Biaggini y la crítica literaria de Fabián Banga, ¡todo de lujo!

¿Qué consejo le darías a unx escritorx del conurbano que quiere comenzar a publicar sus escritos?

El consejo que le daría a un escritor/a del conurbano que quiere publicar es que lea mucho. Especialmente del género que le gusta escribir. Pero que lea todo: a los grandes y clásicos de la poesía, a lxs novelistas y a lxs cuentistas. Que no se apure. Que comparta lo escrito, lo socialice con gente que sabe o tiene más experiencia. Que si nunca fue a un taller literario lo haga, es un buen lugar para escuchar otras voces y ser escuchado. Que acepte las críticas, siempre que estén hechas con respeto. Que no se apure. Que deje que el tiempo y las correcciones maduren sus textos.

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