Escritorxs del Conurbano: Hoy, Leónidas Castillo
Melina Alderete
“Históricamente, en el conurbano hubo poetas y editorxs que trabajaron mucho para generar las condiciones que hoy tratamos de seguir sosteniendo” relata Leónidas Castillo, escritor oriundo de San Miguel que sigue apostando por construir una literatura conurbana y disidente desde sus orígenes, a los que considera su lugar y los continúa eligiendo.
El escritor, que insiste en que el conurbano hay circunstancias “que son más complicadas que en otros lugares, pero también tiene cosas maravillosas”, está próximo a publicar su primer libro por la editorial La Imaginación. En esta nota, hace un repaso por su trayectoria en las letras, reflexiona sobre los espacios para la comunidad LGBT+ en los diversos ambientes literarios y la necesidad de construir una visión política y literaria sin tapujos ni caretas.
¿Cuándo empezaste a escribir? ¿Cómo fue ese inicio de relación con el mundo de la escritura?
Empecé a escribir de chico. En mi casa siempre fue una práctica que estuvo presente: mi mamá siempre escribió y mi hermano también escribe. Aunque ellos se dedican a otras cosas, tanto leer como escribir es algo que hacen en su cotidiano. Entonces, fue algo muy inconsciente y natural para mí. Tanto escribir cuentitos o poemas, como también leer en voz alta era algo que hacía. Por ahí venían a cenar los amigos de mi mamá y me hacían recitar un poema, y a mí me divertía.
Escribí intermitentemente hasta que me lo empecé a tomar más en serio cuando empecé a estudiar Literatura en la UNGS. Ahí me encontré con otras personas que tenían ese interés y se empezó a generar algo de leernos entre nosotres y corregirnos, hacernos comentarios… Algunas de esas personas que conocí en la universidad hoy son mis compañeres en la revista virtual y editorial de poesía Flor de Ave.
¿A quiénes consideras tus “referentes” en lo literario? ¿Cuáles son tus influencias?
Hay escritorxs que leí y leo mucho, como Fogwill, Fabián Casas, Laura Wittner, Camila Sosa Villada, Juana Bignozzi, Luciana Caamaño, Gabriela Bejerman, José Sbarra, Ioshua… Seguramente de algunes de elles voy sacando ideas, cosas que quedan. Pero a otres les leo solamente por placer, aunque hagan algo completamente diferente a lo que yo después termino haciendo.
Después, hay escritorxs de les que aprendí y aprendo, mis maestrxs: Paula Peyseré, I Acevedo, Eduardo Muslip, Gabby de Cicco. Y también me inspiro mucho escuchando o leyendo a mis amigues poetas: Antonella Vulcano, Gonzalo Montenegro, Nadia Sol Caramella, Ezequiel Bados, Inés Púrpura, P4uxxx.
Más allá de lo literario, igual, también hay otras influencias: mi barrio y los lugares que transito, la música, mis amigas más cercanas, amores, la política…
¿Qué pensas del ambiente literario del conurbano? ¿Crees que, en el mercado editorial, lxs escritorxs del conurbano están ganando terreno?
El conurbano es muy grande, pero por lo menos en el ambiente en el que me muevo hay mucha generosidad. Hay una cierta comunidad entre poetas, editorxs, libreres…
En cuanto al mundo editorial, hay una proliferación de editoriales independientes, tanto en el conurbano como en muchas otras partes del país, en las cuales se le da lugar a muchxs escritorxs que no se publicarían en las grandes editoriales. Muchas vienen trabajando hace años, como Editorial Mutanta, Escrituras Indie, y otras somos más nuevas, como Flor de Ave, Tutuca, Aguará Guazú, Patronus.
No sé si diría que estamos ganando terreno. Creo que, históricamente, en el conurbano hubo poetas y editorxs que trabajaron mucho para generar las condiciones que hoy tratamos de seguir sosteniendo.
¿Cómo ves la confluencia entre activismo y militancia disidente y la literatura conurbana? ¿Cómo se refleja esto en los distintos ambientes literarios, desde tu experiencia?
Creo que, a diferencia de Capital Federal u otras grandes ciudades, donde hay más espacios específicos para la comunidad lgbtiq, en el conurbano hay un poco más de convivencia entre distintos grupos, y en eso me parece que hay una potencia. Porque, de repente, te encontrás con un otro, que no necesariamente tiene la misma vivencia que vos, y eso tiene su riqueza.
Se puede dar algo un poco más interseccional, una red que tiene que ver con formas de ver el mundo y también con formas de hacer en la literatura, en la poesía, y que no necesariamente están mediadas solamente por la cuestión de género.
Por otro lado, en general, las personas lgbtiq del conurbano, también enfrentamos dificultades para encontrarnos. Por dar un ejemplo, en San Miguel no hay ni un bar o boliche gay. Entonces, eso también es un problema, porque nos tenemos que hacer un lugar en los lugares pakis, o crear nuestros propios eventos, o irnos a Capital. Y me imagino que, seguramente, para las generaciones más jóvenes debe ser peor, porque da la sensación de que lo lgbtiq sólo está en Capital.
Sin embargo, yo me tomo el colectivo o el tren y veo travas, travos, maricas, tortas, bisexuales… Pero quizás hay más posibilidades de entablar un diálogo con esas mismas personas en algún evento de Capital que acá.
En cuanto al ambiente literario, hay mucho tokenismo. Te invitan a leer porque ya no pueden hacer un ciclo, un festival o un evento donde no haya ninguna persona trans. Entonces, te invitan a cubrir el cupo, pero después se siguen reproduciendo lógicas pakis, y esto les pasa también a las mujeres, a las lesbianas, a lxs racializadxs, a lxs villerxs.
Pasa también en relación con invitar a poetas del conurbano, o de otras provincias, porque manejamos otros códigos y quizás a veces en algunos lugares de Capital nos encontramos con un ambiente despersonalizado o directamente hostil. Después, también hay mucha gente que está trabajando desde otros lugares, por suerte, más conscientes, donde realmente hay un interés, una curaduría, una visión política y literaria.
De tu propio material, ¿Cuáles son tus escritos favoritos y por qué? ¿Cuál es tu último trabajo?
Estoy trabajando en mi primer libro que va a salir este año por la editorial La Imaginación, que es una editorial independiente que a mí me gusta mucho. Hacen libros con funda de látex, con un diseño muy cuidado, me parece una fantasía hermosa. También me gustan mucho los libros que editaron anteriormente, entonces me parecía que tenía sentido sacar mi libro con ellas. A la editora, Mariana Terrón, la conocí en un taller de escritura y también me parece muy bueno su trabajo como poeta, entonces me cerró por todos lados.
Este año también publiqué un poema en el libro “Campo”, que es una antología federal y diversa de 100 poemas sobre la tierra de 100 poetas argentinxs, de la editorial Camalote, de Paraná. Fue una total alegría participar porque compartí edición con poetas que admiro y que me gusta mucho lo que hacen, como Diana Bellessi, Carlos Battilana, Washington Atencio, Gabriela Álvarez, Lena Díaz Pérez, Patricio Foglia, entre muchxs otrxs.
Ferny Kosiak, que es el editor, viene haciendo un trabajo muy interesante y este es el tercer libro de una serie que empezó con las antologías “Flotar” y “Jardín”.
En cuanto a mis escritos favoritos, por lo general son los que estoy trabajando en el momento, o los más recientes. Supongo que tiene que ver con que siento una mayor conexión, porque hablan de cosas que estoy pensando o sintiendo en el presente. Pero también debe tener que ver con que me voy sintiendo más cómodo con cómo los voy trabajando, con cómo voy encontrando mi voz.
¿Qué consejo le darías a unx escritorx del conurbano que quiere comenzar a publicar sus escritos?
Que la poesía es un trabajo que lleva mucho tiempo, pero que económicamente no te reditúa nada, o muy poco. Lo que sí tiene de bueno la literatura, a diferencia de otras artes, es que es un poquito más democrática por el hecho de que no se necesita demasiado: con un papel y una lapicera o un celular, podés escribir, es accesible.
Después, me parece que es importante el diálogo con otrxs poetas, escuchar, leer, que te lean. Creo que la publicación es lo último que hay que pensar, y tampoco es imprescindible. Por otro lado, hay mucha variedad de editoriales independientes a las cuales se les puede mandar material. También, más allá de los libros, hay algunas revistas o espacios que se dedican a la difusión de nuevxs poetas, como Más Poesía, Escrituras Indie, Flor de Ave.
Fotografía de portada por Cabri Lynch.