Escritorxs del Conurbano: Hoy, Rosmary Rosolen

Escritorxs del Conurbano: Hoy, Rosmary Rosolen
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Creo profundamente en el potencial del escritor del conurbano”, sostiene Rosmary Rosolen, poeta oriunda de Moreno que también se dedica a la música y a la docencia.

La Ciudad conversó con Rosolen acerca de sus primeros pasos en la literatura, sus referentes, la relación entre la música y la escritura, y su próximo poemario, pronto a salir, titulado “Mientras mueren las abejas”.

¿Cuándo empezaste a escribir? ¿Cómo fue ese inicio de relación con el mundo de la escritura?

Siento que escribo desde niña. De hecho, le escribía poemas a mi maestra de primer grado y se los daba en cartitas. Ahora, si me pongo a pensar en otro tipo de escritura, fue bastante posterior. Mis primeros escritos fueron letras de canciones porque yo siempre tuve relación con la música, y soy profe ya jubilada de ese arte.

En el año 2012 comencé a participar de un taller de poesía acá en Moreno, y ahí, digamos, arrancó otra etapa, descubrí otro panorama, se abrieron otras puertas con respecto a la escritura poética.

¿Cuál fue el primer libro que recordas haber leído? ¿Qué te llevas de ese primer encuentro?

En cuanto a la lectura, recuerdo que leía textos que muchas veces no entendía. Supongo que lo hacía porque se producía en mí un bienestar que tenía que ver más con el hábito de leer que con la comprensión del texto.

El libro que recuerdo con mucho amor es “Platero y yo”, simplemente porque fue el primer libro que me emocionó.

¿A quiénes consideras tus “referentes” en lo literario? ¿Cuáles son tus influencias?

Al estar ligada todo el tiempo a la música, tengo referentes que pasan por lo musical. También porque su poesía me parece maravillosa, como el trabajo de Silvio Rodríguez, Violeta Parra, Teresita Fernández, Víctor Jara, Viglietti, el queridísimo Flaco Spinetta, y podría seguir enumerando grandes cantautores de poesía maravillosa…

En cuanto a escritores, amo la poesía de Gelman, la de Santoro, la de Parra, la de Szymborska. También amo leer a mis contemporáneos, como Fabián Chazarreta o Gabriela Yocco.

Tené en cuenta que, si bien venía con alguna lectura poética (no puedo dejar de nombrar a Pizarnik, Vallejo, Guillén), mi recorrido poético más profundo comenzó en el 2012. Si lo mirás hacia atrás, no es tanto tiempo.

¿Qué pensas del ambiente literario del conurbano? ¿Crees que, en el mercado editorial, lxs escritorxs del conurbano están ganando terreno?

Creo profundamente en el potencial del escritor del conurbano. Creo que la buena poesía debe estar al alcance de todas y todos, y que hay jóvenes y adultos con necesidad y deseos de escribir.

A ellos les diría que se acerquen a talleres gratuitos, como el de Cultura en Moreno para encauzar la escritura. Muchas veces, escribir es un acto solitario, pero si uno lo comparte con otros y otras, se aprende. Por lo menos eso es lo que me pasó a mí. Aprendí mucho de las sugerencias de mi maestro Eduardo Espósito, tanto a escribir como a escuchar poesía. También aprendí a leer mucho, y muy buena poesía.

En cuanto a la edición de literatura conurbana, muchas veces se hace difícil por los costos, pero también veo el surgimiento de editoriales jóvenes que quizás (y es un deseo) sean el refugio de quienes tengan pensado editar sus poemarios.

Mi próximo proyecto literario tiene que ver con la publicación de mi primer poemario ‘Mientras mueren las abejas’.”

Adelanta Rosmary Rosolén en exclusiva a La Ciudad.

¿Cómo ves la literatura escrita por mujeres? ¿Crees que el pinkwashing influye en el mercado a la hora de vender libros de autoras?

Pienso que ojalá toda esta marea feminista, tan a flor de piel y con la que estoy de acuerdo, sea un pasaporte, un puntapié para animar a escritoras.

Más allá de eso, y aunque piense que está bueno conocer datos del escritor que estoy leyendo, lo que en mí produce la poesía es comparable a la plástica o a la música: Me gusta o no me gusta, es algo que pasa por otro lugar, un lugar más subjetivo.

Me pregunto: ¿la poesía tiene género? Y creo que sí, que hay poemas que son más femeninos que otros y viceversa. Ahora, si me preguntas si eso influye al momento de elegir un poema por su belleza, ahí estoy segura, por lo menos para mí, que la respuesta es no.

¿Cómo es el nexo de la literatura con la música? ¿Cómo vivís esa confluencia de artes?

Con respeto a la música, es el ambiente de donde yo vengo. Trabajé de eso, me permitió viajar y vivir en cierta medida, amando lo que hacía. Aún hoy sigo tocando en un dúo de charangos y participando en una banda de sikuris “América Unida” de la ciudad de Rodríguez.

Si bien hay ciertas diferencias, también hay un parentesco entre un buen poema y una buena letra de una canción.

De tu propio material, ¿cuáles son tus escritos favoritos y por qué? ¿Cuáles son tus próximos proyectos en lo literario?

En cuanto a mis propios escritos, me gustan mucho los que tienen que ver con lo cotidiano, con lo de todos los días, con lo que se vive en el conurbano.

Como siempre pienso, disfruto mucho de los poemas que hablan de las señoras que todas las mañanas salen de sus casas con la bolsa de las compras.

Mi proyecto literario tiene que ver con la próxima edición de mi primer poemario, que ya tiene nombre: Se llamará “Mientras mueren las abejas”, un dato que comparto con ustedes a modo de primicia, ¡porque no lo saben muchos! El proyecto comprende poemas desde el 2012 hasta llegada la pandemia.

¿Qué consejo le darías a unx escritorx del conurbano que quiere comenzar a publicar sus escritos?

A todos y todas que deseen publicar, les diría que se acerquen a algún taller o a algún/a poeta del conurbano que los orienten.

Escribir es un ejercicio, lleva tiempo y trabajo, esfuerzo y lectura. También mucha pasión, y es muy lindo sentirse orgulloso de ver nuestro trabajo plasmado en un libro. Eso es lo que espero que me pase a mí con mi primer poemario, pronto a salir.

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