Un estanciero de la Sociedad Rural controlará el trabajo en negro del campo

“El RENATRE, que fue creado por los trabajadores, vuelve a manos de sus verdaderos dueños”, decía Gerónimo el “Momo” Venegas, secretario general de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) el 1 de enero del 2017, hace un año. “Esto demuestra que el país está en marcha: las instituciones funcionan y la legalidad tiene valor otra vez en la Argentina del cambio”. El Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (RENATRE) tiene, entre sus funciones, administrar el seguro de desempleo e inspeccionar el trabajo en negro en el sector rural.
La alegría duró poco. Aun cuando Venegas falleció hace unos meses, su sucesor frente al gremio Ramon Ayala fue notificado que frente al organismo estará Abel Gurrieri, un ganadero miembro de la Sociedad Rural.
Guerrieri es oriundo de Bradago, como hombre de Hugo Biolcatti, ex presidente de la Sociedad Rural, es miembro de la Mesa de Enlace de la Provincia de Buenos Aires. Como estanciero, es parte de un par de sociedades privadas que tienen como principal objeto la explotación agropecuaria y ganadera. Una de ellas es Agropecuaria Olascoaga SRL, y la otra, Los Dos Tordos SRL. Por otro lado, es uno de los propietarios de Bragado Deportes SRL, empresa dedicada a “la importación, exportación, compraventa al por mayor y/o menor y comercialización directa o no de ropas, calzados y artículos deportivos”
Tanto la Sociedad Rural, como la Mesa de Enlace, son entidades que representan a las grandes patronales del sector que, en definitiva, son las principales responsables del extendido trabajo en negro y esclavo que rige en el empleo rural. Según datos del mismo RENATRE el trabajo no registrado en el sector llega hasta un 70% duplicando el promedio general de la economía.
Si bien la conducción del sindicato en manos del “Momo” nunca se caracterizó por una política de confrontación con las patronales ni el gobierno, la designación de un miembro de la SRA representa un salto en calidad porque, como dice el refrán, a partir de ahora será el zorro quien cuide el gallinero.