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Hay mucha Incertidumbre en los trabajadores del plan FinEs

El Plan de Finalización de Estudios Primarios y Secundarios (FinEs) se diseñó específicamente para brindar a jóvenes y adultos que no han podido terminar su escolaridad el apoyo y las herramientas necesarias para culminar sus estudios. El 10 de diciembre, asumió la Presidencia de la Nación el ingeniero Mauricio Macri. Con su llegada, arribaron también los rumores en torno a la continuidad de los planes sociales que habían sido lanzados en doce años de gobierno kirchnerista.
El FinEs no escapó de esos rumores. Sin embargo, a principios de marzo llegó la noticia tan esperada por todos: “Las clases del FinEs siempre lograron empezar en marzo, junto con el ciclo lectivo de los nenes. Pero este año hubo muchos líos, porque no se bajaba el cronograma desde el Ministerio de Educación. Se atrasó mucho el inicio, y finalmente las clases comenzarán el 28 de este mes”, le contó Soledad Bormioli a La Ciudad, en un diálogo exclusivo.
Soledad Bormioli es de Ituzaingó. Ella, es una de los tantos talleristas del Ministerio de Desarrollo de la Nación que hasta hoy se cargaron el Plan FinEs al hombro. Aquí, en el distrito, es una de las regionales que “hace el trabajo territorial”, el de cara a cara, el de incentivar constantemente a muchos, el más importante y complicado.
Ella le explicó a este diario que los encargados de ejecutar este plan son el Ministerio de Educación, el Ministerio de Desarrollo Social, y la Dirección General de Escuelas. Tres patas fundamentales, ya que esta asistencia requiere no solo de los cronogramas formales de educación, sino también del trabajo social que implica reunir y acompañar a los jóvenes y adultos que no han podido finalizar sus estudios.
¿Siguen o no?
En Ituzaingó, son cinco los talleristas del Ministerio de Desarrollo que trabajan en el marco del Plan FinEs, y hay muchísimos más a lo largo de toda la provincia. Soledad afirmó que ellos como talleristas del Ministerio de Desarrollo se consideran trabajadores del Estado, ya que tenían contratos vía universidades, o a través de la prestación de servicios con el monotributo.
En relación a esto, la regional aseguró que “un ala del Ministerio de Modernización de Macri quiere derogar eso. Estamos esperando que los convenios con las universidades se renueven. Estamos esperando la pata del ministerio de desarrollo”. Están esperando que les den la oportunidad de seguir haciendo lo que vienen haciendo desde hace tanto tiempo, que le ha devuelto la educación y la dignidad a tantos jóvenes y adultos del país.
La preocupación es qué va a pasar con sus trabajos, si siguen o no: “Nosotros, la pata del Ministerio de Desarrollo, que más articula con el territorio, no estamos siendo contratados. Yo no tengo contrato, todavía. Ya está comenzando el programa, pero aún no nos pagaron ni enero ni febrero. Y achicaron los coordinadores administrativos en las provincias”.
A pesar de que su trabajo esté corriendo riesgo, Soledad tiene la esperanza de que el FinEs continúe aunque ellos no estén: “Es muy difícil dar de baja el FinEs, porque imaginate que tenés miles de personas que están estudiando, no pueden cerrarlo. Lo que yo sí creo es que quieren meterlo dentro del sistema educativo formal. Este plan lo que hace es meter la educación en los barrios, en los centros culturales, en las iglesias. Esto, con lo que quieren hacer, es desdibujarlo. Al menos esa es una impresión mía”.
Si bien ella, junto con sus compañeros del Ministerio de Desarrollo, tiene incertidumbre, sostuvo que de todas maneras están “muy contentos porque el programa arranque”. Es que la vocación, cuando está, es más fuerte que todo: “Imaginate los chicos de tercer año, este cuatri se van que recibir muchos y no aparecían los programas, estábamos preocupados”, agregó, quien contestó afirmativamente cuando fue consultada por su continuidad con el trabajo territorial en el caso de que no sea contratada nuevamente.
Porque la vocación, cuando está, es más fuerte que todo. Pero también es cierto que todo trabajo calificado debe ser rentado. Y también es cierto que este gobierno, que está cumpliendo hoy cien días, ha tomado medidas terribles en contra de los trabajadores del Estado –y también en contra de los pertenecientes al sector privado, ya que día a día aumentan los despidos a causa de las medidas económicas precoces que se están tomando.
Los talleristas del Ministerio de Desarrollo que están con el FinEs, esperan no tener que caer en la misma bolsa que expulsó de su fuente de trabajo a miles de trabajadores. Aunque recordando la célebre frase del Presidente -“El salario es un costo más”-, los pronósticos no son para nada alentadores.
Por Solange Gunning

Diario La Ciudad

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