Flow y otakus: Así se vivió el festival intercultural que nucleó a lxs jóvenes en el oeste
Melina Alderete

Este domingo, más de 1000 personas participaron de “Flow de Barrio” y “Festival Otaku”, la propuesta cultural por partida doble, organizada por el área de Juventudes del Municipio de Morón y por el proyecto Oeste Otaku. La jornada unió, en el Auditorio Oeste, a dos grandes corrientes artísticas que nuclean a fanáticxs de todas las edades: El freestyle y el mundo del manga y anime.

En la entrada al Auditorio, se ingresaba a un mundo en el que las diferentes aficiones confluían, a pesar de ser, a primera vista, elementos tan dispares como el agua y el aceite. En el escenario principal, mientras se preparaban lxs freestylers, chicxs y adolescentes disfrutaban de los diversos emprendimientos relacionados al merchandising otaku: Tazas, remeras, figuras coleccionables y hasta comida japonesa, todo con la pista para improvisar rimas de fondo.

Durante toda la jornada, que comenzó a la 15 y se extendió hasta las 20, se mezclaron cosplayers de todas las edades y jóvenes aficionadxs al rap. Las cosas incluso llegaron a mezclarse aún más: Había grandes y chicxs que, mientras se hacían de sus figuras coleccionables favoritas, alentaban a lxs raperxs del barrio y gritaban eufóricamente cuando alguien, desde el escenario principal, hacía referencia a Morón o Ituzaingó.
Mientras tanto, en otro de los sectores del Auditorio Oeste, se encontraba otro escenario y muchos stands con emprendimientos varios. En esta ocasión, los artistas del segundo escenario correspondían no al mundo del rap, sino al mundo otaku: Cantantes y músicos con sus mejores cosplays tocaban y entonaban openings y endings de los animes favoritos de la gente, que cantaban a todo pulmón mientras los sonidos se mezclaban con las rimas de barrio del escenario vecino.

Además de las bandas otakus y de los freestylers que brillaron en los distintos escenarios, la jornada que unió al Flow de Barrio y al Festival Otaku contó con un concurso de cosplay, una zona gamer para jugar a los juegos más nostálgicos de los noventa, y un sector informativo sobre salud sexual, menstruación, género e identidades.
