Francisco Urondo, la historia del pionero educativo de Merlo

Francisco Urondo, la historia del pionero educativo de Merlo
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La educación pública y gratuita es, sin lugar a dudas, uno de los grandes activos que tiene en la actualidad nuestra sociedad. Motor de ascenso social e igualador de oportunidades, es sumamente relevante que se sostenga su financiamiento frente al avance de discursos que plantean recortes brutales en el ámbito público. Para entender lo que somos, es necesario recuperar parte de nuestra historia y, en este sentido, el municipio de Merlo cuenta con una larga tradición en materia escolar. Uno de los grandes responsables de que este proceso marche sobre ruedas fue, sin lugar a dudas, Francisco Urondo. En esta oportunidad, desde Diario La Ciudad, contaremos quién fue este hombre y cuál fue su rol en los primeros años de expansión demográfica de la localidad.


Francisco Enrique Urondo nació en la ciudad de Buenos Aires en 1895. Era hijo de inmigrantes españoles y tuvo una fuerte pasión desde que apenas era un niño por el estudio de diversos tipos de ciencias duras. Tanto es así que se egresó en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Buenos Aires, aunque poco tiempo más tarde trasladaría todo su conocimiento a la Provincia de Santa Fe, lugar en el cual junto a otros docentes le dieron forma a la Facultad de Ingeniería Química.


Fue allí que conoció al ingeniero José Babini, uno de los personajes más destacados de la historia de la ciencia nacional y residente del partido de Merlo. Luego de discutirlo con este hombre, Urondo decidió instalarse en el barrio ubicado en el conurbano bonaerense junto a su esposa e hij@s, más precisamente en una casa ubicada en la esquina de las calles Juncal y Suipacha.

Por aquel entonces, un grupo de vecin@s se había organizado en el incipiente municipio con el claro objetivo de crear un colegio nacional y se buscaba a la persona idónea para ocupar el cargo de rector. Fue así que Francisco fue convocado en 1950 y, pese a que su objetivo inicial era fundar un colegio técnico especializado en química y electrotecnia para el distrito, aceptó el cargo. En un principio, tanto él como el resto de l@s docentes y auxiliares no cobraron sueldo, por lo que lo hacían puramente por vocación por la educación, aunque tiempo más tarde se regularizó su situación.


Unos años después y por pedido expreso de la gobernación de la Provincia de Buenos Aires, Urondo pasó a dirigir la Escuela Técnica de Merlo y se vio en la necesidad de renunciar a su antiguo cargo. No caben dudas de que su influencia fue crucial en las primeras generaciones de personas que se recibieron en la zona, por lo que su legado quedará para siempre en la memoria colectiva.


El ingeniero Francisco Enrique Urondo falleció en diciembre de 1977 y sus restos, junto con los de su familia, descansan en el cementerio municipal de Libertad, en el municipio de Merlo. La autoridades locales y provinciales, mediante el decreto 5734/99, le dieron su nombre a la escuela técnica ubicada en Avenida Real al 161.

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