La historia del Obelisco de Ituzaingó que nunca llegó a construirse
Santiago Menu
El Obelisco de Buenos Aires, instalado en la intersección de las avenidas 9 de Julio y Corrientes, se ha convertido en un punto de referencia al interior de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Millones de turistas elijen pasar por este fabuloso monumento para conocerlo y sacarse una fotografía. Sin lugar a dudas, es una de las postales clásicas con las que cuenta Argentina. Hace casi 100 años, el conurbano bonaerense, más precisamente en la localidad de Ituzaingó, estuvo muy cerca de elaborar una réplica, aunque nunca llegó a concretarse del todo. Los detalles acerca de este proyecto majestuoso y las razones por las cuales no pudo llevarse a cabo, serán relatados en esta fantástica historia.
De acuerdo al escritor local Alberto Guercio, la idea de la elaboración de este Obelisco estaba relacionado con la conmemoración de la Batalla de Ituzaingó y la llegada de los 40 años de la fundación del municipio. En marzo de 1911, en las hectáreas pertenecientes a la Plaza San Martín, se llegó a colocar la piedra fundamental del monumento. Como si esto fuera poco, los laterales se habrían adornado con diferentes escudos patrios nacionales, como así también de la provincia de Buenos Aires.
En relación a las dimensiones que tendría este Obelisco instalado en el centro del conurbano bonaerense, los relatos de la época señalan que habría ostentado un alto de once metros y se elaboraría a partir de la utilización de granito. A su vez, la estructura se soportaría por cuatro ménsulas y columnas de bronce.
Pese a todos los preparativos y a la expectativa que generaba en la población una construcción de tamaña magnitud, nunca llegó a concretarse. Al parecer, la falta de apoyo oficial para la financiación de la obra fue crucial para su postergación. No obstante, existen algunos mitos urbanos que manifiestan que la construcción se desarrolló, aunque estaría establecida por debajo de la tierra. Hasta el momento, ningún equipo arqueológico develó este misterio.
No caben dudas de que la presencia de un Obleisco en el municipio de Ituzaingó habría transformado por completo la dinámica del barrio. Afortunadamente, el conurbano bonaerense cuenta con espacios emblemáticos que lo pintan a la perfección. ¿Tendremos en algún momento la posibilidad de ver con nuestros propios ojos una obra similar por fuera de la Ciudad de Buenos Aires? No lo sabremos. Sin embargo, Ituzaingó ya sembró bases históricas al respecto.