La igualdad de los chicos se hace entre todos

Se promulgó la Ley antibullying en la provincia de Buenos Aires. La misma, se pondrá en marcha para mejorar la salud de los alumnos que la sufren, y preparar a aquellos que deben garantizar su aplicación en territorio bonaerense. A continuación, a qué apunta en el ámbito educativo esta nueva legislación.
Según un artículo del precepto antibullying, éste consiste en “toda conducta, trato o práctica, generalmente reiterada en el tiempo, consistente en agresiones verbales, físicas y/o psicológicas, o bien ofensas, vejaciones, chantajes, escarnios y burlas, o bien en intimidación o amenaza, o bien en acciones de discriminación, segregación o exclusión, que se realizan en el ámbito escolar por parte de uno o más alumnos en contra de otro u otros que es o son víctima de su hostigamiento, sustentándose en un sentimiento de superioridad”.
Desde el nivel inicial de colegio, pasando por la primaria y la secundaria, los chicos están en una etapa de sus vidas que los marcará para siempre. Es importante erradicar todo lo que pueda ser perjudicial para su salud durante esa etapa de su crecimiento. A esto se apunta con esta legislación antibullying: estar cerca de los problemas que puedan surgir para ellos en el cotidiano escolar y acompañarlos. Como lo comentaba el diputado del Frente para la Victoria (FpV) y autor del proyecto, Marcelo Feliú: “La Ley prevé un abordaje integral desde la etapa inicial hasta el nivel secundario; mientras que hasta ahora solo se hacía en el nivel secundario. A partir de esta norma los docentes deberán trabajar en las aulas. Cada establecimiento educativo deberá tener su propio acuerdo de convivencia”.
Luego de un tiempo de ser tratada y aprobada, la medida buscará combatir la discriminación y la violencia física y psicológica en el ámbito escolar, tanto el público como el privado. Según La Secretaría de la Niñez y la Adolescencia, el 45% de los casos de bullying es padecido por chicos de entre 13 y 14 años, lo que deja en claro que los menores deben recibir no solo la ayuda de su familia, sino además contención en el colegio, y contar con el asesoramiento de profesionales en pedagogía, psicología, sociología, y trabajo social. Es muy importante el accionar de todos los trabajadores del ámbito educativo, desde los directivos hasta los auxiliares.
La diputada Mara Brawer del FpV explicó que la nueva normativa “no se enfoca en el individuo como víctima o victimario, sino que pone el acento en el contexto en que se dan las interacciones. Es un enfoque relacional que explica los comportamientos violentos en la interacción colectiva. Cuando se generan situaciones de violencia en una escuela, los conflictos no son únicamente de un alumno ni responsabilidad de un solo docente, sino de todos los miembros que integran esa comunidad educativa. Los episodios disminuyen un 70% si la escuela tiene políticas de convivencia”.
También busca preparar a los docentes para mejorar la prevención, tolerancia y la convivencia a través del dialogo con los jóvenes. Por eso se los capacitará con distintos cursos y pautas de cómo actuar en casos de maltratos, como se decía ya en 2013 desde el Ministerio de Educación, y se les entregará esa información a los maestros y profesores. Buscará crear equipos de trabajo en las escuelas para llevar la norma promulgada adelante. En las instituciones educativas como eje principal, llegar a una estabilidad de tolerancia social en ellas es fundamental. Tal como se lee en otro artículo de este estatuto: “El personal técnico-administrativo, profesional, auxiliar y de servicio de la educación de la provincia de Buenos Aires, recibirá una capacitación gratuita, a cargo de personal idóneo, que les permita tener conocimiento de la problemática de la violencia escolar para posibilitar la detección de casos, y abordar las diferentes situaciones de violencia”.
Según la UNESCO 4 de cada 10 estudiantes secundarios en Argentina admite haber sufrido acoso escolar.
Las formas de acoso más vistas en el país son: Sobrenombres 20%, exclusión 7%, golpes 5%, decir mentiras 10%, romper cosas 3%, amenazar 3%, burlas físicas 11%, burlas sexuales 4%, agredir con mensajes de texto (Whatsapp si lo pensamos en Smartphones) e internet 3%.
En la Argentina hoy, Frente al bullying, el 16 % son víctimas, el 4% agresores y el 6% víctimas/agresores.
Otro punto principal es el de la creación de una línea telefónica gratuita y de acceso rápido para brindar contención de las víctimas. Así como también una página de internet que brindara información y asesoramiento para quienes lo necesiten y para los que quieran informarse para colaborar, pero también será un canal para hacer denuncias de abusos. Con esto se busca tener distintas maneras de que el que sufre este problema busque ayuda cuando la necesite, así como también que sus tutores de turno sepan visualizar el problema y cómo encarar su solución, porque a veces los que sufren ataques de bullying por miedo o vergüenza no lo hacen personalmente.
La educación es elemental en todos los aspectos de la vida de un menor que está en pleno desarrollo de su personalidad. Quizás cuando más vulnerable es un niño o un adolescente a esos acosos físicos y verbales, es mayor la necesidad de una buena formación educativa que le permita estar preparado ante los posibles ataques de bullying. Pero si a eso se le suma que los encargados de educarlos y contenerlos cuentan con todas las herramientas pedagógicas necesarias y una normativa que los avale, la igualdad se hace ver. Así, la discriminación, la violencia y la exclusión en las escuelas será solo un fantasma del pasado.
Por Mauro Paré