La Tucumanita, los pochoclos que enamoran a todo Ituzaingó

La Tucumanita, los pochoclos que enamoran a todo Ituzaingó
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Las plazas se establecen como los espacios predilectos para muchas familias que desean compartir un momento al aire libre. El intercambio y la conexión de la comunidad es moneda corriente en las diferentes ciudades que componen a la zona oeste de la provincia de Buenos Aires. En el municipio de Ituzaingó, más precisamente en la plaza 20 de Febrero, se ubica desde hace varios años un carrito que enamora tanto a grandes como a niñ@s: La Tucumanita. Este pequeño comercio que vende pochoclos ya se ha hecho parte significativa de la vida de todas aquellas personas que circulan habitualmente por allí.

“Mi viejo es el que creó todo esto, andaba con una moto haciendo todos los barrios y terminaba acá, hasta que después decidió instalarse directamente en la plaza. Él paraba con un puestito cuadrado que no era carrito ni nada. Con un banquito y una copera arriba, comenzó con el negocio. Tiempo más tarde se puso a crear un trencito, lo hizo todo a mano”, señaló Martín, quien actualmente se encuentra al frente del negocio familiar junto a su hermana y buscan continuar con su legado, en una entrevista que le concedió hace algunos meses a la municipalidad de Ituzaingó en el marco de los festejos por los 150 años de la fundación de la ciudad.

Este puesto tiene la particularidad de tener forma de tren y, además de producir este alimento característico de las salas de cine, se especializa en garrapiñadas, algodones de azúcar, paletas, entre otros productos que elaboran de manera artesanal.

“Nuestra infancia la desarrollamos en la plaza de Ituzaingó, para nosotros este barrio es todo y no lo cambiamos por nada. El carrito hoy en día es la vida de la plaza”, señaló este hombre en relación a la importancia que tiene el distrito a lo largo del camino que realizó tanto él como el resto de su familia.

Más allá de que poseen importantes caudales de venta a lo largo de todo el año, el día de las infancias y las vacaciones tanto de verano como de invierno son los momentos en los cuales la afluencia es mayor producto de la gran concurrencia que tiene el sitio.

“La plaza 20 de febrero es la segunda casa de mi papá y hoy es mi vida. Siempre lo recordamos porque fue el creador de todo esto y nosotros somos parte de la plaza de Ituzaingo. Caminamos con el pecho bien en alto a todos lados porque es algo extraordinario lo que logró mi viejo y continuamos sus hijos, soy el hombre más orgulloso del planeta”, señaló entre lágrimas Martín. Hoy, su carrito de pochoclos se establece como uno de los lugares más característicos que se pueden encontrar en el barrio.

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