"Lu": Un libro sobre autismo, empatía y amistad

"Lu": Un libro sobre autismo, empatía y amistad
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“No hay nada más lindo que la creación colectiva”, afirma Mario Sánchez, ilustrador, profesor y licenciado en artes visuales de Lomas del Mirador quien, junto al escritor Cristian Bernachea, oriundo de San Justo, ha co-creado “Lu”, un cuento sobre autismo infantil, cannabis terapéutico y amistad, basado en la integración y la inclusión.

Con motivo del Mes del Autismo, celebrado durante todo abril a causa del Día mundial de la concientización sobre el autismo (2 de abril) La Ciudad charló con los autores de “Lu” acerca del libro realizado por dos artistas conurbanos que, hoy por hoy, está presente en distintos puntos del globo, desde Bolivia hasta Nepal.

¿Cómo llegaron a este proyecto en conjunto?

Mario Sánchez: Empezamos de a poco, haciendo prácticas, de dibujo en mi caso, y de escritura, en Cristian. Él fue quien me sumó al proyecto.

Cuando me envió el cuento, me encantó. Yo me dedico a la docencia y, que sea un cuento ambientado en ese marco, me llamó mucho la atención.

Cristian Bernachea: Yo me dedicaba a escribir otras historias. Mario me pidió, cuando fue papá, que escribiera algún cuento infantil, y decidí incursionar en el género. A él le gustó mi trabajo y, a partir de ahí, empezamos a trabajar juntos en la literatura infantil.

Respecto a la cuestión del cannabis medicinal, nos acercamos a él gracias a la lucha de las madres y padres de Mamá Cultiva. Vimos que hay mucho estigma a las familias que cultivan, y sentimos que hacía falta un apoyo.

A partir de eso, surgió la historia de Lu. Nos informamos respecto al tema del autismo y la utilización de la planta de cannabis en el tratamiento, y empezamos a mandar el material a distintas organizaciones orientadas a estas cuestiones, con mucho miedo, propio de alguien que es “de afuera”. Porque yo no tengo ningún pariente ni conocido con autismo ni que utilice la planta. Simplemente queríamos, con Mario, que se deje de pensar que el cultivo de cannabis es algo malo y que se tiene que esconder. Queríamos naturalizarlo.

Mario Sánchez: Sí, teníamos miedo de mandarlo a una sola organización y, de repente, teníamos a 130 organizaciones escribiéndonos por el cuento, diciéndonos que estábamos haciendo las cosas bien.

Siempre hablamos de cómo nos superó todo lo de Lu. Porque tiene que ver con un concepto, con algo muy simbólico y cultural, como lo es la cuestión de la estigmatización. Y quisimos abordarla desde nuestra óptica, sin ser unos estudiosos del tema que se reunieron un día a querer publicar una investigación sobre autismo y cannabis. Nosotros nos dedicamos a mirar esta temática desde un lado puramente empático.

¿Cómo fue la repercusión del cuento en las diversas organizaciones, cannábicas, dedicadas al espectro autista, a la cultura, la educación?

Cristian Bernachea: La repercusión fue instantánea. Casi que ocurrió por su cuenta. Nos contactamos con un par de organizaciones y, de repente, comenzaron a escribirnos desde Pinamar, Uruguay. Al final del primer día de contacto, ya habíamos hablado con gente de España.

Posteriormente, el cuento llegó a Japón, Nepal, Sudáfrica, Albania, Alemania, Bulgaria, y muchísimos países más. Y eso fue lo que nos superó. De Australia me escribían y me decían: “Mandame diez ejemplares en inglés para una clínica”. Y no lo podíamos creer.

“El derribamiento de los prejuicios se logra a través del intento de entender”, sostienen los autores de “Lu”. De izquierda a derecha, Mario Sánchez y Cristian Bernachea.

¿Cómo fue la edición y publicación del cuento?

Mario Sánchez: Desde el Ministerio de Cultura de la Nación nos dieron el visto bueno para editarlo y publicarlo y, a los tres días, ya estaba el libro impreso y distribuido en diversos organismos.

Y fue un orgullo para nosotros. Estamos súper agradecidos con cómo se gestionó todo, y ya estamos pensando en próximos proyectos. Lo que vendamos, por ejemplo, de esta primera tirada, lo vamos a invertir en una segunda edición. No hay ganancia. Es todo para que la historia se difunda.

¿Cómo es la circulación del libro en los espacios educativos?

Mario Sánchez: Queremos que el libro se distribuya en escuelas, pero nos da un poco de miedo pecar de ingenuos y que se nos pase algo por alto. Porque es una gran responsabilidad que el material esté presente en la educación formal.

Por eso, siempre estamos releyendo y reescribiendo, hilando fino. Estamos abiertos al cambio en el libro, teniendo en cuenta siempre a los chicos y chicas y lo que es más correcto para ellxs.

Cristian Bernachea: Sin embargo, el libro ya está en instituciones educativas, al menos en otros países. Por ejemplo, en México, una directora me contó que, apenas lo recibió, ya lo había puesto en marcha para que se pudiera usar en las escuelas. Y nos alivia muchísimo que Lu sea de utilidad en estos espacios.

¿Por qué creen que es tan importante hacer un trabajo como este?

Mario Sánchez: El propósito del libro es derribar mitos y prejuicios. El cuento trata de Cris, quien conoce en el jardín a Lu, quien podría ser un chico o una chica, que está atravesando una situación que quizás es desconocida para muchos. Es una historia súper sencilla pero que, a través de esta sencillez fundamental, logra transmitir muchas cosas, porque está basada en la empatía y en la amistad.

Cristian Bernachea: El derribamiento de los prejuicios se logra a través del intento de entender. Cris entiende que Lu es diferente, y así van creciendo los dos. Es una historia realista de dos amigos. Porque, a Cris le pasan cosas también, cosas buenas y malas, y ahí está Lu para él. No es que sólo trata la historia de Lu, el autismo y el cannabis medicinal.

Es una historia muy real y con situaciones cotidianas, que le pasan a cualquiera. Y lo importante es poder abrir los ojos, como nos pasó a nosotros cuando creábamos el libro, y darse cuenta de que cada uno es distinto y que tenemos que entendernos entre todos.

Hay mucha ignorancia. Y el libro intenta despejar esa ignorancia y ayudar a la gente a que sea más empática y observe más su entorno. Si Lu logra eso, entonces, misión cumplida.

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