Lunes 9:53 hace 22 años

En 1991 el presidente Carlos Menem, de ascendencia árabe y religión musulmana, sin autorización del Congreso Nacional, ordenó la participación de Argentina en la Guerra del Golfo, enviando dos fragatas a combatir contra Irak bajo las órdenes de Estados Unidos.
Dos años antes del atentado a la AMIA, y menos de uno desde el envío de las fragatas al medio oriente, la sede de la Embajada de Israel fue el blanco de un primer acto terrorista que causó 22 muertos y 242 heridos, el presidente de la Argentina en ese momento el Dr. Carlos Saúl Menem admitió, por cadena nacional, que la falta de esclarecimiento de este atentado habría generado las condiciones para este segundo.
En el año 2001 se inició un juicio oral contra 22 acusados de ser la conexión local y haber facilitado la camioneta con explosivos, entre ellos el ex comisario de la Policía Bonaerense Juan José Ribelli y Carlos Telleldín.
El 2 de septiembre de 2004 el tribunal dictó sentencia absolviendo a todos los acusados argentinos del juicio oral, ordenando investigar a Carlos Telleldín, acusado de cobrar una recompensa de 400 mil dólares para involucrar a los policías bonaerenses. Telledín permaneció encarcelado. Dicho tribunal también solicitó investigar las irregularidades de algunos funcionarios y dirigentes, entre ellos el ex presidente Carlos Menem, el ex ministro del interior, Carlos Corach, el ex jefe de la SIDE, Hugo Anzorreguy, el juez Juan José Galeano, por haber habilitado el pago a Telleldín, el presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), Ruben Beraja, y el comisario Jorge “Fino” Palacios.
El plan de encubrimiento fue pensado por el mismo presidente Menem, quizás para desligarse de su fatal decisión colaboracionista, en el marco de las “relaciones carnales” con los Estados Unidos. También hay otras hipótesis, como la conexión siria. Carlos Escudé, un intelectual argentino doctorado en Yale, sostuvo que fue un atentado contra el presidente Carlos Menem al cancelar el proyecto de venta de reactores nucleares a Siria y del proyecto Cóndor, que fue vendido a Egipto y que, según Escudé, habría indicios que apuntan a Siria como país planificador del atentado a la AMIA.
Cuando se anula el juicio, en el año 2004, el caso queda en manos del fiscal Alberto Nisman, que en base a los datos que proporcionó Jaime Stiuso acusó a siete iraníes como planificadores del atentado. El estado argentino se hizo eco de este pedido y el 25 de octubre de 2006 la fiscalía, con el nuevo fiscal y nuevas pruebas, volvió a acusar al gobierno de Irán y al Hezbolá como el ejecutor del atentado, solicitando al nuevo juez de la causa la renovación de los pedidos de captura, extendidos ahora a cinco funcionarios iraníes y un ciudadano libanés. Pero siete años después acusó de encubrimiento al gobierno de Cristina Kirchner que había asumido 13 años después del atentado.
Para peor Nisman murió 4 días después del anuncio de esa denuncia que, más adelante, fuera desechada por la propia justicia.
Nisman también acuso a “Fino” Palacios de destruir las pruebas estando al frente de un allanamiento realizado el 1 de agosto del 94, al allanar la casa de Kanoore Edul, acusado de comprar la camioneta bomba. Palacios llegó a las 8 de la mañana pero el allanamiento se inició a las 5 de la tarde, además se registraron dos llamados del celular de Palacios a la casa donde debía realizar dicho allanamiento.
Años después Mauricio Macri designó a Palacios al frente de la nueva Policía Metropolitana, por recomendación de los servicios de inteligencia israelíes y la propia CIA, el “Fino” tuvo que renunciar cuando fue acusado de pinchar los teléfonos de los familiares de las víctimas de la AMIA.
Al día de hoy el ex senador radical por la provincia de Chubut, Mario Cimadevilla, que está al frente de la unidad especial de investigación del atentado a la AMIA, opina que Argentina debería plantearse la posibilidad del juicio en ausencia, que aún no está regulado, lo que implicaría una nueva dilación en el esclarecimiento.
De los fiscales que acompañaban a Nisman, cuya causa de muerte aún se desconoce, sólo quedan Sabrina Namer, Roberto Salum. Patricio Sabadini fue reemplazado por Leonardo Filippini por fuertes diferencias en la investigación con sus colegas. Y del atentado a la Embajada de Israel hace 24 años atrás, la causa fue investigada por la Corte Suprema de Justicia, sin que hasta 2016 haya elevado la causa a juicio.
Por Héctor Duso