A siete días de que Diego Aljanatti fuera atropellado en un confuso episodio por un móvil del Comando de Prevención Comunitaria de Ituzaingó, sus familiares y amigos se reunieron para caminar pacíficamente alrededor del boliche Club Leloir, en donde sucedió el hecho, y clamar por justicia.
Decenas de personas se hicieron presentes en el sitio, como así también medios locales y nacionales. Al pedido de “Justicia por Dieguito”, los padres del joven de 13 años exigieron que se juzgue y condene a Graciela Noemí Basualdo, la oficial que manejaba el móvil que terminó con la vida del menor.
Basualdo fue desafectada del servicio, y actualmente es la única imputada en la causa por el delito de “homicidio culposo”. Cristián Aljanati, padre de Diego, le contó a La Ciudad que desde el Municipio de Iuzaingó únicamente le brindaron “asesoramiento legal y contención psicológica”, mientras que los responsables de la disco Club Leloir le ofrecieron dinero a cambio de que “no haga quedar mal al boliche”.
La movilización comenzó en la puerta de la matiné, que en el día de hoy no abrió sus puertas. Los amiguitos de Diego realizaron grafittis en el sitio reclamando justicia. La multitud caminó alrededor de la manzana en la que está emplazada la matiné: los padres y hermanos de Diego adelante, y detrás de ellos los vecinos, amigos y demás familiares. Por momentos coreaban el nombre de Diego, por momentos hacían palmas, y en más de una oportunidad el silencio de apoderaba de la masa.
Hacia la culminación de la marcha, Cristián Aljanati, quebrado, agradeció a todos los presentes por el apoyo. Los familiares y amiguitos de Diego dejaron carteles y velas encedidas en la puerta del boliche, y gran parte de la multitud continuó su recorrido hacia la Comisaría 3º de Las Cabañas, para terminar de manera pacífica con su reclamo de “Justicia por Dieguito”.
Por Solange Gunning
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