Un vecino de Morón, diagnosticado con Parkinson, busca desesperadamente un trabajo

Un vecino de Morón, diagnosticado con Parkinson, busca desesperadamente un trabajo
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En muchas ocasiones, la falta de información y los prejuicios que subyacen sobre las personas que padecen de una discapacidad no permiten que las sociedades puedan avanzar hacia un mundo cada vez más justo. Más allá de la enorme historia en materia de reconocimiento de derechos que tiene la Argentina, existen grupos que aún reclaman por una mayor atención. Adrián Peralta, un vecino de Morón que fue diagnosticado con Parkinson cuando apenas tenía 20 años, es un claro ejemplo de la pocas oportunidades con las que cuentan ciertos sectores de la comunidad. Su historia de superación es digna de ser narrada y su lucha debe servir para visibilizar estas dificultades.

“Me diagnosticaron Parkinson a los 24 o 25 años aproximadamente, de muy joven con una vida deportiva muy movida. Siempre fui de ir mucho al gimnasio. Nunca entendí bien por qué me pasó esto y me preguntaba: ¿por qué a mí?. Las emociones estuvieron siempre en un sube y baja”, expresó Adrián en una charla exclusiva con Diario La Ciudad.

Los oficios que tuvo en el pasado

En el pasado, el gran deseo de este hombre era ser futbolista profesional, aunque producto de algunos inconvenientes se vio en la necesidad de abandonar la práctica. “Me preparé mucho para eso pero no lo pude cumplir. Tiempo más tarde, me dedique al mantenimiento, albañilería, plomería. Ingrese al servicio penitenciario a los 20, 21 años y complete la carrera de suboficial allí”, reconoció.

Como a muchas familias que viven en el conurbano bonaerense, la crisis económica le pega de lleno y es por esta razón que se ve en la necesidad de salir a buscar un empleo. “Mi situación económica actual es bastante compleja al no poder acceder a ningún trabajo. Tengo una mujer y una hija a la cual mantener”, sostuvo.

Por otra parte, las limitaciones físicas y emocionales que presenta hace que no pueda acceder en las mismas condiciones que cualquiera al mercado laboral. Ante esto, Adrián manifestó que “ahora no sé a qué dedicarme, no sé si mis limitaciones físicas me van a impedir desempeñarme en algún empleo. Siento que hoy en día podría enfocarme en la informática, en la computación a raíz de mi enfermedad”.

Sin lugar a dudas, la falta de información hace que la exclusión sea cada vez mayor. “Hay una falta de conocimiento en cuanto no solo a mi enfermedad sino a muchas que se dan en la rutina diaria y, a propósito de esto, el Estado sigue sin brindar soluciones para muchas personas”, concluyó.

Más allá de la enorme cantidad de barreras que la vida le pone, Adrián Peralta no se rinde. Su gran objetivo es poder otorgarle a su familia un poco de todo lo que le dieron a él. Su caso es uno de los millones que se presentan a lo largo y ancho del país. El fin último de este vecino de Morón es poder conseguir un trabajo que le devuelva parte de lo que la vida le quito, ya que su deseo principal es “disfrutar y ser feliz”.

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