Una historia no muy conocida: el viejo aeropuerto ubicado en Parque Leloir
Diario La Ciudad
Buena parte del año, las aeronaves estaban afectadas a la campaña de reducción de plagas y regresaban únicamente para realizar tareas de mantenimiento a la base del conurbano bonaerense.
En los tiempos que corren, los aeropuertos se han convertido en un espacio habitual. Millones de personas alrededor del mundo toman un avión para trasladarse a diferentes rincones, ya sea por trabajo, por placer o para ver a un familiar que vive en otro país.
Durante la presidencia de Mauricio Macri, el conurbano bonaerense supo tener en su territorio el aeródromo de El Palomar, aunque esta no fue la única experiencia: en Parque Leloir, existió en el pasado una terminal más que importante. Las razones por las cuales el municipio de Ituzaingó tuvo la oportunidad de albergar una pista como ésta serán descubiertas en esta nueva nota.
De acuerdo a la investigación realizada por algun@s historiadores especializad@s en la aeronáutica, aglutinados en el sitio web “Aviones en Argentina”, funcionó en las instalaciones en las que hoy se encuentra el INTA, entre las décadas del 40 y 60. Su principal objetivo fue aglutinar a los aviones que proveían de fumigación a los campos del país, ya que por aquel entonces estaban amenazadas sus cosechas a raíz de la presencia de plagas e insectos.
Una de las grandes peleas con las cuales batalló por aquel entonces la Secretaría de Agricultura y Ganadería fue la langosta, una plaga que había tenido efectos sumamente perjudiciales en el norte del país. Doce aviones funcionaron en este aeroparque de manera constante y recorrieron buena parte de la Argentina, hasta llegar incluso a otros lugares de la región como Bolivia o Paraguay.
Cabe destacar que, de acuerdo a estos historiadores, el aeropuerto ubicado en el actual barrio de Parque Leloir permaneció la mayor parte del tiempo con mucha tranquilidad y en general con poca actividad. Buena parte del año, las aeronaves estaban afectadas a la campaña de reducción de plagas y regresaban únicamente para realizar tareas de mantenimiento a la base del conurbano bonaerense.
Los aviones forman parte del núcleo constitutivo de la zona oeste de la provincia de Buenos Aires. Es usual escuchar, al transitar las calles de los diferentes barrios que componen esta espacio geográfica, los ruidos de los motores en funcionamiento. En el municipio de Ituzaingó, más específicamente en Parque Leloir, se estableció durante dos décadas un aeropuerto que tuvo un rol central a la hora de pensar en las cosechas del país y que permitió combatir contra plagas históricas.