Vadenuevo: La historia de uno de los bares de rock más icónicos del oeste

Vadenuevo: La historia de uno de los bares de rock más icónicos del oeste
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En Morón, por la Avenida Eva Perón al 1300, cerca del Cementerio, se encuentra Vadenuevo (ahora Vade) un bar con más de diez años de trayectoria en el oeste, donde tocaron bandas icónicas de la escena del rock local y nacional, tales como Vox Dei, Jaff, entre otras.

Vadenuevo fue, durante muchos años, el punto de encuentro de lxs aficionadxs al rock y el heavy metal, que todas las noches, en días de semana y findes también, se reunían en las puertas del local, en la luz tenue del anochecer, esperando entrar a ver alguna banda del momento, escuchar a sus amigos tocar, o simplemente pasar un buen rato entre gente como unx.

Con la pandemia, el icónico bar tuvo que cerrar sus puertas, pero no por mucho: En el 2021, Vadenuevo se reinventó, pasando a llamarse “Vade” y ofreciendo, no sólo un lugar para las bandas emergentes y nacionales, sino también un espacio abierto a toda la comunidad, con variadas ofertas gastronómicas.

La Ciudad reconstruyó la historia de Vadenuevo y conversó con Martín Serrano, Silvio Serrano y Natalia Sinisi, los dueños fundadores del bar como se conoció en la escena rockera local, acerca de los inicios del proyecto y algunas anécdotas del “antro” del oeste.

¿Cómo comenzó Vadenuevo?

Natalia Sinisi: El sueño de Martín y Silvio siempre fue tener un sistema de sonido para brindarle un espacio a las bandas emergentes y locales en sus shows en vivo. Después de varias charlas, viajes y nuevas experiencias, tomamos la decisión los tres de alquilar un espacio físico para montar nuestro sonido y organizar y producir recitales.

Martín Serrano: Fue en el 2010 que emprendimos, junto con mi hermano Silvio y mi cuñada Natalia, este proyecto dedicado a hacer recitales con el equipo de sonido que habíamos adquirido. Uno de los primeros recitales, lo hicimos en Vadenuevo que, en ese momento, estaba en manos de Pablo Tello, alias “El Chino”, a quien le alquilamos sus instalaciones para que produzcamos fechas de rock y metal. Con el tiempo, le compramos el bar y ahí empezó nuestra historia, con miles de facetas y épocas que se fueron sucediendo con el correr de los años.

¿Por qué el nombre Vadenuevo? ¿Tienen idea de cómo surgió?

Martín Serrano: El Chino me dijo alguna vez que todo surgió por un bar de pool que él ya tenía a mitad de cuadra de lo que hoy es Vadenuevo. Entonces, como quería armar un proyecto similar, en el sentido de que también era un bar, y estaba muy cerquita del otro, él siempre decía “Bueno, acá va de nuevo, arrancamos de nuevo”, y ahí quedó el nombre.

“La historia de Vadenuevo la hicieron los músicos y la gente”, afirman los ex dueños del bar. En foto: Una de las fechas con bandas tributo del Heavy Metal, en los primeros años de Vadenuevo.

¿Cómo vivieron la transformación de su sueño, en un espacio histórico y referente para la movida rockera local?

Natalia Sinisi: La verdad, nunca pensamos que eso podría llegar a pasar. Sucedió sin que nos diéramos cuenta. Nosotros, lo único que teníamos en mente, es mejorar y superarnos día a día, para brindarle siempre lo mejor a la gente y a las bandas. Porque, después de todo, la historia de Vadenuevo la hicieron los músicos y el público.

¿Cuáles fueron los momentos más locos que ha vivido el bar?

Silvio Serrano: ¡Muchísimos! Vivimos un montón de cosas, miles de momentos…Por ejemplo, recuerdo una fecha en los inicios del bar, en 2011 aproximadamente, en la que vino un grupo de rockeros medios punks, anarcos, o skinhead y empezaron a agitar todo.

Martín Serrano: Era un grupo chico de pibes, que entraron al bar cuando ya la fecha estaba arrancada, estaban tocando las últimas bandas. Pero los tipos estaban muy manijas. Hacían un pogo muy sacado, se empezó a poner muy heavy la cosa. Entonces, desde el personal del bar, intentamos sacarlos para que se vayan del local.

En ese entonces, las puertas eran todas de vidrio. Y, en el revoleo de gente, piñas y descontrol, uno de los pibes del grupo este, le da con todo a los dos vidrios y explotaron. La gente quería llamar a la policía, los pibes nos querían tirar cadenazos, los vidrios ahí estallados en medio de todo… ¡Una locura!

“Estaba este prejuicio de que pensaban que el bar era ‘un antro’. Muchos nos catalogaban de esa forma, pero esa idea era algo que, tarde o temprano, nosotros íbamos a cambiar”, sostienen Martín, Silvio y Natalia.

Silvio Serrano: También está la anécdota cuando casi se nos vuela el techo en ese tornado de abril que vivimos en el 2012.

O cuando quedó un chico ebrio adentro del baño del bar. ¡Quedó ahí toda la noche! Y el tipo salió a la mañana siguiente, de una forma muy de película, pateando la puerta de seguridad…Fue muy loco.

Martín Serrano: Yo estuve de sonidista y encargado la noche del pibe en el baño. Había sido una fecha grande y, al terminar, todo era un desastre. Antes, en otros tiempos, todo era siempre un gran bardo… Y cerramos, como de costumbre, tipo cinco de la mañana.

Alrededor de las nueve de la mañana, Nino, el dueño de la florería de al lado de Vadenuevo, nos llama diciendo que escuchó ruidos saliendo del bar, y que vio las puertas de seguridad abiertas y a un pibe corriendo en la calle.

Cuando llegamos al local, vimos el baño todo vomitado, el documento del pibe tirado en el piso. Claro, el tipo quedó durmiendo ahí, todo borracho, y se despertó desesperado y dijo “¿Ahora cómo salgo de acá?” Y bueno, se las ingenió.

Natalia Sinisi: Además de los momentos con la gente, también tenemos los momentos con las bandas. Recuerdo cuanto tocaron Helker, Plan 4, Vox Dei, Demente, Jaff, Cabezones, Serpentor. O los festivales Trasher y Feel The Metal. ¡Fueron fechones!

En los años en los que ustedes iniciaron con Vadenuevo, ¿se han enfrentado a prejuicios y/o problemas con la comunidad de Morón?

Natalia Sinisi: Sí, en los primeros años de Vadenuevo tuvimos muchas quejas y denuncias por el tema de los ruidos molestos, porque la gente no estaba acostumbrada a un espacio de ese estilo en la zona.

Martín Serrano: Además, estaba este prejuicio de que pensaban que el bar era “un antro”. Muchos nos catalogaban de esa forma, pero esa idea era algo que, tarde o temprano, nosotros íbamos a cambiar.

¿Por qué decidieron cambiar de dueño? ¿Cómo fue ese cambio de etapa?

Martín Serrano: Natalia y Silvio fueron mis socios desde el principio, hasta el 2017/2018, cuando ambos se fueron por cuestiones personales. Posteriormente, me quedé yo trabajando solo hasta el 2020.

Ese año, cerramos festejando los 10 años de Vadenuevo. Luego, vino la pandemia y, a fines del 2020, me di cuenta que estaba trabajando como podía, y, por una cuestión de salud, decidí venderle el bar a Ariel Castro, que también está en la movida de la música.

Natalia Sinisi: Fue una etapa y una decisión muy difícil de tomar. Vadenuevo es nuestro gran amor.

Silvio Serrano: Sí, es un proyecto que nos da mucha nostalgia…

Martín Serrano: Como verán, todavía seguimos compartiendo millones de anécdotas, con alegrías por todo lo que vivimos.

Y la historia continúa…

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