A 17 años de la sanción de la Ley de Educación Sexual Integral: ¿Qué es y por qué es tan importante su implementación?
Melina Alderete
Un día como hoy, pero del 2006, se sancionaba la Ley N°26.150 de Educación Sexual Integral (ESI), constituyendo una herramienta fundamental en todos los establecimientos educativos para la detección y prevención de los abusos sexuales y las violencias hacia niños, niñas y adolescentes.
En un nuevo aniversario de su sanción, distintxs profesionales de la salud y la educación, así como también diferentes agrupaciones feministas, sostienen la importancia de continuar implementando la Educación Sexual Integral y no retroceder ante la amenaza a los derechos conquistados, por parte de los movimientos de derecha.
Entre lxs defensores de la Ley de Educación Sexual Integral, se encuentra la docente Cristina Bronzatti, que se dedica a enseñar Lengua y Literatura en las escuelas secundarias y creó la comunidad ESI en Secundaria. A través de su cuenta de Instagram (que cosecha más de 32 mil seguidores) donde Bronzatti se define como “una militante de la ESI”, la docente se encarga de compartir contenido aplicable a las escuelas y talleres, ofreciendo recursos y herramientas para seguir garantizando el derecho a la educación sexual integral.
Según las estadísticas arrojadas por el Ministerio Público Fiscal, en Argentina, por cada 1.000 casos de abuso sexual, 100 son denunciados y tan sólo uno de ellos recibe condena judicial. Asimismo, se destaca que el 75% de los abusadores son de la familia y, en el 60%, son el padre o el padrastro de la víctima. Además, el 90% de los abusadores son varones.
¿Qué es la ESI?
En un contexto en el que “la ESI es cuestionada constantemente”, en palabras de Bronzatti, resulta especialmente necesario definir qué es la Educación Sexual Integral y por qué es tan importante su correcta implementación en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada.
La Ley N°26.150 de Educación Sexual Integral, sancionada en 2006, reconoce el derecho de las y los estudiantes a recibir ESI en todos los establecimientos educativos públicos. Esto incluye desde el nivel inicial hasta el nivel superior de formación docente y de educación técnica no universitaria, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal.
En el marco específico de los primeros años de inserción escolar, la Educación Sexual Integral constituye una herramienta clave para detectar casos de abuso y/o violencia sexual, además de facilitar a las infancias el conocimiento de sus derechos y la toma de decisiones informadas sobre el cuidado de su cuerpo y los cuerpos de lxs demás.
La escuela es el ámbito más indicado para habilitar a hablar de la Educación Sexual Integral. Cada docente tiene la obligación, como cualquier funcionaria o funcionario público, de acompañar y hacer una presentación ante el organismo correspondiente de llevar adelante una denuncia por la vulneración de derechos de niñas y niños.
María Inés Alvarado, periodista, feminista y educadora especializada en ESI y temáticas de género.
Dentro de los ejes que comprende la implementación de la Ley N°26.150 de Educación Sexual Integral en los espacios educativos, se encuentran el cuidado del propio cuerpo y la salud, la valoración de las relaciones interpersonales libre de discriminación, coacción y violencia, la equidad de género y el respeto de la diversidad, y el ejercicio pleno de nuestros derechos.
Para la aplicación de estos ejes, la propuesta educativa tiene en cuenta las etapas de desarrollo de las y los estudiantes, de acuerdo a su nivel educativo. Además, la aplicación de la ESI promueve el trabajo articulado del espacio de enseñanza con centros de salud, organizaciones sociales y familias.