Acceso Oeste, la historia de la autopista que conecta al conurbano con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Santiago Menu
¿Quién no ha tenido que atravesar en algún momento de su vida por Acceso Oeste ya sea para dirigirse hacia alguna localidad ubicada en la zona oeste de la provincia de Buenos Aires, para irse de vacaciones o incluso para realizar cualquier tipo de paseo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires? Esta ruta se ha establecido como una de las más transitadas y su relevancia fue en aumento a medida que pasaron los años. Más allá de que por sus carriles habitualmente pasan miles de vehículos, son muy pocos los que conocen realmente su historia. Es por esta razón que, en esta oportunidad, develaremos detalles sorprendentes del momento en el cual se tomó la determinación de comenzar con su construcción.
En la década del 50, se estableció un plan de Vialidad Nacional que tenía como objetivo avanzar en el desarrollo de una amplia autopista que conecte al conurbano con la capital federal. Sin embargo, una de las dificultades que contaban por ese momento tenía que ver la expropiación de alrededor de 2.500 viviendas en los partidos de Tres de Febrero y Morón.
En 1979 se declararon de utilidad pública los inmuebles necesarios para la liberación de la traza que resultarían afectados por la autopista. De esta manera, comenzarían con las obras para su posterior inauguración.
Fueron muchos los conflictos que tuvieron que atravesar las personas encargadas de comandar esta ruta para poder llegar al resultado final: organizaciones de vecinos de la zona se manifestaron en contra de esta infraestructura a partir del impacto que tendría no solo en el ambiente, sino también en su día a día.
En 1998 y tras más de 50 años de idas y vueltas, finalmente el Acceso Oeste quedó inaugurado oficialmente y transformó por completo el recorrido de millones de usuarios. En total, tan solo conecta 56 kilómetros de este a oeste, aunque de acuerdo a algunos datos oficiales da acceso a 4 millones de personas desde Ciudadela hasta Luján y desde la Avenida General Paz hasta la ruta 5.
Esta autopista identifica por completo no solo a la República Argentina, sino que también a toda la región. Millones de personas escogen este camino para desplazarse a diversos lugares y, pese a los problemas, lo reconocen como parte de su rutina diaria. Cada uno de los carriles de esta ruta relatan la historia de un mundo que comenzaba a imaginar un futuro marcado por los automóviles.