El teatro y la experimentación: Una charla con Alejandro Bilbao
“Durante la pandemia, entré en una especie de apertura y experimentación, de cosa más colectiva, que terminó reafirmando más mi ideología dentro del mundo del teatro”, afirma Alejandro Bilbao, escritor, dramaturgo y director teatral.
Bilbao, además, dirige un grupo de teatro independiente dedicado a la investigación teatral, Los Caravana Teatro, y encabeza un espacio cultural y teatral que se llama La Huevería.
En los inicios de la pandemia, comenzó a coordinar, junto con un montón de artistas, el proyecto “Micromonólogos infectados”.
En diálogo con Socios a la fuerza, el artista habló sobre la reinvención del teatro durante los primeros tiempos de la pandemia, la experimentación en la actividad artística y los proyectos desarrollados en los Micromonólogos y La Huevería.
¿Qué son los “Micromonólogos infectados”? ¿Cómo nacieron?
Arrancan como un juego, como algo mío, que yo ya estaba escribiendo cuando empezó la pandemia y que luego, de alguna manera se me ocurrió ponerle cuerpo, darle un formato.
En primera instancia, se lo mandé a mis amigos. Y, entre ellos, empezaron a darme una especie de visto bueno y a proponerme darle un encuadre más formal, comenzar a investigar qué estaba ocurriendo ahí.
Y lo que comenzó como un juego, a la semana de haber arrancado, ya se convirtió en un trabajo en equipo, de escritura y dirección teatral.
Tenemos ya realizados setenta y cinco micromonólogos, en los que participó gente de todo el país e incluso de Latinoamérica. Están todos disponibles en YouTube.
¿Cómo es la creación de un proyecto como el de los micromonólogos?
Es como un viaje, algo muy creativo, lleno de experimentación. Yo venía trabajando ciertas cosas, más o menos en mi línea. Pero, este año, me dediqué a experimentar dentro de la escritura. Casi todos los textos de los micromonólogos los hice yo, otros los trabajaron autores conocidos que ya saben, de alguna manera, como cómo transitar esos textos para este tipo de proyecto.
Dentro de tu disciplina, el teatro, ¿cómo entendés vos esa experimentación?
En mi caso, yo siento como que abro las cosas. Estoy permanentemente abriendo otras posibilidades. Por ejemplo, con la pandemia nos cambió todo, pero, de hecho, fue fascinante la experiencia. Porque uno venía más entrenado y acostumbrado a lo presencial y, de repente, vino una pandemia, y tuvimos que empezar a hacer un arte híbrido.
Fue como que entré en una especie de apertura y de cosa más colectiva, que terminó reafirmando más mi ideología dentro del mundo del teatro.
También, entramos en una especie de viaje a lo tecnológico y a la experimentación en ese campo, ¿no? Por ejemplo, los micromonólogos se hicieron con el celular como único soporte técnico.
Respecto al espacio teatral que dirigís, ¿qué es La Huevería? ¿Cómo surgió todo?
La Huevería (Joaquín V González 1583, casi esq. Camarones) es un espacio que funciona desde el 2001/2002. Con el grupo de teatristas Los Caravana Teatro, buscábamos un lugar donde ensayar y encontramos la oportunidad perfecta en el depósito de huevos de mi suegro, quien los vendía, y que había hecho ese espacio con la intención de, en algún momento, abrirlo al barrio como una especie de almacén. Pero, eso nunca pasó y, entonces, nosotrxs pensamos en comenzar a ensayar allí y, de alguna manera, todo empezó a tomar cuerpo.
Ensayábamos allí, y también empezamos a mostrar lo que hacíamos en La Huevería. Y así comenzó todo, pasando por diferentes etapas.
También hubo una cosa muy de convivir con lo que estaba, ¿no? Ensayar entre maples de huevos, bolsas…yo siempre digo: Para experimentar, tenés que tener condiciones, y yo soy como un agradecido de tener un espacio. Es como una especie de búnker propio.
Los trabajos artísticos de Alejandro Bilbao y Los Caravana Teatro pueden verse en el canal de YouTube, donde se alojan los “Micromonólogos infectados”.
