Björn Andrésen, el actor sueco considerado “el chico más bello del mundo” que cambió para siempre la industria del manga
Melina Alderete
El personaje más bello del manga que estás leyendo, o del anime que estás viendo sin parar, tiene raíces suecas. Sí, así como se lee. Aunque sea difícil de creer, existe una explicación posible, y todo se debe a Björn Andrésen, un actor oriundo de Estocolmo, Suecia que se convirtió en la inspiración de mangakas en cuanto a lo que un verdadero “chico lindo” de la ficción debía ser.
En los setenta, Björn Andrésen saltó a la fama a sus quince años tras interpretar el papel de Tadzio en la clásica película de Luchino Visconti, “Muerte en Venecia”. El film no fue exactamente un éxito de taquilla, pero logró encandilar a su público en Japón, en donde la belleza del joven Andrésen causó un gran impacto en mujeres y varones.
Tal fue el furor por el joven actor que, en varios países, se lo comenzó a conocer como “el chico más bello del mundo” debido a su rostro fotogénico, su piel pálida y sus ojos fríos. Y fueron precisamente esos rasgos los que sedujeron a artistas del manga para convertir a Björn Andrésen en un referente estético para sus personajes masculinos.
Una de las artistas del manga cautivadas por Andrésen fue Keiko Takemiya, autora de “Kaze to ki no uta” (La balada del viento y los árboles), el ya clásico manga shojo con orientación al Boys’ Love (amor de chicos) publicado por la editorial Shōgakukan en su revista Shōjo Comic desde 1976 a 1984.
En el manga, Takemiya se inspiró en Björn Andrésen para la creación de Gilbert Cocteau, un atractivo y perturbado joven de quince años y uno de los protagonistas de la mítica serie.
Algo similar ocurrió con el manga “La rosa de Versalles” de Riyoko Ikeda, publicado en 1972. En él, se puede apreciar la inspiración en el actor sueco en el personaje principal, Oscar François de Jarjayes (Lady Oscar).
Cabe destacar que, tanto la obra de Takemiya como la de Ikeda fueron mangas fundacionales en el género shojo (es decir, destinado a lectoras femeninas) y pusieron en la escena temas controversiales que no se habían tratado hasta el momento, como la cuestión sexual, el deseo, y la inversión de roles sociales establecidos, en tanto lo considerado “para varones” y “para mujeres”.
Así, la figura de Björn Andrésen es considerada no sólo la representación de lo bello en un hombre de carne y hueso, sino también el estándar estético de “la perfección masculina” en los personajes ficticios.