Casa de la Memoria y la Vida: El espacio del oeste cumple 25 años
Melina Alderete
El 1 de julio del 2000 se inauguró la casa que se convirtió en el primer espacio de Latinoamérica en ser recuperado por un Estado local para ejercer la Memoria.

"Un cuarto de siglo reafirmando el compromiso con la Memoria, la Verdad, la Justicia y los derechos". Así celebran desde el Municipio de Morón el nuevo aniversario de la Casa de la Memoria y la Vida, el espacio ubicado en Castelar que se dedica a mantener viva la historia y la lucha por los derechos humanos en Argentina.
Inaugurada el 1 de julio del 2000 bajo la gestión del intendente Martín Sabbatella, la Casa fue el primer espacio en Latinoamérica en ser recuperado por un Estado local para ejercer la memoria colectiva y defender los derechos humanos.
En la actualidad, la Casa de la Memoria y la Vida funciona como un sitio para llevar a cabo distintos encuentros, charlas y actividades culturales, en un intento de apostar por un cambio de narrativa con foco en la resiliencia producto de la lucha de todos y todas.
Un poco de historia
La Casa de la Memoria y la Vida está ubicada dentro del predio de la Mansión Seré, que funcionó un centro clandestino de detención en el período comprendido entre febrero de 1977 y principios de abril de 1978.
En 1984, en el marco del juicio a las Juntas, el sitio fue reconocido por ex detenidos y detenidas ilegales y, en 1985, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires entregó el predio en comodato al municipio de Morón.
En 1997, el entonces intendente Rousselot mandó construir una casa de dos plantas para su uso personal, a metros de donde se encontraron los cimientos de la Mansión Seré. Cuatro años después, el chalet fue inaugurado como Casa de la Memoria y la Vida, y dispuesto para sede de la Dirección de Derechos Humanos como espacio dedicado a recuperar y ejercitar la memoria sobre la historia reciente, y a promover el ejercicio y la defensa de los derechos humanos.
El espacio del oeste fue declarado como lugar histórico nacional en el 2015 y, hasta el día de hoy, funciona como un punto de encuentro y referencia en el conurbano por la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia.
