El vicio de escribir: Una charla con Marcelo Vallejos
Melina Alderete
“Hay toda una atmósfera o como un halo mítico alrededor de la figura del escritor maldito, ese que toma whisky en la cama y pide no recibir nadie, que está muy arraigada a la idea de los vicios de quien escribe”, comenta Marcelo Vallejos, escritor, profesor de literatura y coordinador de diversos talleres literarios.
En su paso por Socios a la fuerza, el programa conducido por Carlos Romero que se emite todos los lunes de 19 a 21 por Radio Kamikaze, el autor de “Bajo la luna negra” conversó con Romero y Nahuel Paz sobre el nexo entre los vicios y la figura del escritor, la fórmula rígida de los policiales negros y su último trabajo “Como un animal herido” que saldrá en las próximas semanas por la editorial Final Abierto.
Nahuel Paz: En el programa de Socios a la fuerza de esta semana, la temática que tratamos son Los Vicios y, en términos de literatura y escritorxs, a mí se me ocurrió que Juan Carlos Onetti y los vicios iban juntos. ¿Qué opinás de eso?
Bueno, me parece que la idea del vicio está más emparentada con el escritor que la obra, en el caso de Onetti. Vos pensá que él es un autor que, cuando recibió el Premio Cervantes y lo entrevistaron para ver qué modificación podía traer ese galardón a su vida, el tipo dijo que ahora iba a poder tomar mejores whiskies.
Así que, digamos, me parece que tiene que ver más con eso que con lo que escribió en sí porque, en su obra, el alcohol no tiene presencia como tema. Sí están presentes los vicios, de todo tipo y clase, en sus personajes, pero no como temática de la obra en general.
Además, hay toda una atmósfera o como un halo mítico alrededor de la figura del escritor maldito, ese que toma whisky en la cama y pide no recibir nadie, ¿viste? Esta fantasía se traslada también a los personajes, que quizás son leídos como grandes consumidores de sexualidad, alcohol, cigarrillos y que tienen cierto tipo de perversiones que corrompen la moral. En este punto, juega mucho también el ámbito en el que se mueven estos personajes más “oscuros”, digamos. Si están en un pueblito, por ejemplo, la historia se hace cada vez más turbia.
Volviendo a Onetti, esto de los personajes oscuros y la historia turbia puede verse en la novela corta “Los adioses”, en la que un hombre va a un pueblo en las sierras para curarse de tuberculosis y es visto como un bicho perverso que recibe cartas de dos mujeres distintas y se niega a entablar vínculos con la gente del lugar.
Carlos Romero: Enfocándonos en tu obra y en tu oficio de escritor, ¿cómo laburás las apariciones de imágenes fuertes o lugares comunes que pueden llegar a colarse en las tramas de tus novelas que juegan con lo policial y lo oscuro?
Es cierto que, el policial negro, tiene como una especie de fórmula rígida que se convierte, a veces en una atadura y otras en una suerte de descanso. Porque el que va a leer un policial negro va buscando, precisamente, encontrarse con los elementos que constituyen al policial negro. Ahora, respecto al devenir de la evolución del género, me parece que se construyó un tipo de lector muy específico, que está especializado en el reconocimiento de signos.
Me parece que, a este formato rígido, también es necesario romperlo para aportar una diferencia y así modificar, además, a quien lee. Por ejemplo, la novela que mencionábamos anteriormente, “Los adioses” de Onetti, no es una novela policial estrictamente, pero, sin embargo, tiene la lógica del género porque se construye sobre sospechas. Entonces, creo que lo que hay que trabajar, tanto cuando se escribe como cuando se lee una novela policial, es buscar y laburar sobre esas sospechas, ya sea para plantearlas como para resolverlas.
NP: En tu nueva novela “Como un animal herido” un poco rompés estas lógicas del policial, ya incluso a través del narrador y su forma de narrar la historia. ¿Qué podés contarnos de “Como un animal herido”?
Es una novela que cuenta la historia de un médico que es convocado a un pueblito para reconocer el cadáver de una chica a la que, presuntamente, estuvo vinculado. Y cuando llega, no la reconoce y, a partir de ahí, él comienza a dudar de su memoria y de sus certezas.
Respecto al narrador, “Como un animal herido” está narrada en segunda persona y en presente, y creo que eso genera una interpelación al que está leyendo y lo hace sentir más involucrado en el desarrollo de la historia.
CR: ¿Por qué elegiste ese título para tu nueva novela?
“Como un animal herido” es parte de un verso de Alejandra Pizarnik, de “Los caminos del espejo”, que dice: “Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones.” Y lo elegí porque me parece que se ajusta bien a lo que le pasa al protagonista.
CR: Volviendo a tu obra en un plano más general, ¿cómo funciona la conexión con la historia argentina en tu literatura? ¿Es algo que está presente a propósito, por ejemplo, la dictadura, el terrorismo de Estado y la violencia institucional? ¿O es simplemente algo que está dando vueltas en la obra?
La dictadura es algo que está bien presente siempre. A veces, a propósito, y otras porque simplemente por algún lado se filtró. En mi caso, la primaria y la secundaria la hice en tiempos de dictadura. O sea, fue un período que me afectó mucho y del cual no me deshago así no más. Me quedan los climas, las sensaciones de todo lo que se vivía. Entonces, había algo que se respiraba en el aire, y creo que eso fue absorbido por mí y ahora se plasma en mi literatura. Por ejemplo, en esta nueva novela, creo que hay un vínculo o lazos con el pasado de este médico que remiten a elementos de la represión.
La última novela de Marcelo Vallejos “Como un animal herido” de la editorial Final Abierto, podrá conseguirse en librerías en las próximas semanas de agosto.