Escritorxs del Conurbano: Hoy, Federico Ybañez Herrera
Melina Alderete
“Escribir también puede ser una postura política, y la periferia está más cerca de lo que se cree”, destaca Federico Ybañez Herrera, escritor oriundo de La Matanza, que ha participado de diversos concursos de cuentos, uno de ellos, el Haroldo Conti, del cual resultó ganador en su edición del 2020.
La Ciudad conversó con Ybañez Herrera acerca de sus inicios en la escritura, sus referentes literarios, los proyectos y algunos consejos para quien quiere dedicarse al oficio de escribir.
¿Cuándo empezaste a escribir? ¿Cómo fue ese inicio de relación con el mundo de la escritura?
Publiqué mi primer cuento a los 19. Estaba fascinado por Borges y Cortázar y escribía cosas de ese estilo, medio fantástico. Escribí dos cuentos y los mandé a un concurso que organizaba la SADE de Caseros. Uno quedó seleccionado. Era la primera vez que mostraba algo mío.
¿Cuál fue el primer libro que recordás haber leído? ¿Qué impresiones te llevas de ese primer encuentro?
Por alguna razón que desconozco, los primeros libros que leí tenían que ver con el ambiente selvático. “Cuentos de la selva”, de Quiroga y “The Riki Tiki Tave”, de Kipling. Eran historias en donde la muerte estaba muy presente, más allá de que todos los protagonistas eran animales. Los leía cuando tendría 8 o 9 años, aproximadamente.
¿A quiénes consideras tus “referentes” en lo literario? ¿Cuáles son tus influencias?
Leo muchos autores nacionales. Me gusta el trabajo de Samantha Schweblin, Mariana Enríquez, Ariel Bermani, Pablo Ramos, Federico Falco, Laiseca, sobre todo porque son autorxs que trabajan cuentos. También me gusta mucho el Stephen King de los 80, el rock… Las influencias van por ese lado.
“La antología ‘Contra Cielo Plomizo’, editada por Ediciones Bonaerenses, salió el año pasado, una edición muy linda. En ella también está Constanza Casagrande, otra colega del oeste”.
Federico Ybañez Herrera acerca de la antología de cuentos del concurso Haroldo Conti del que resultó ganador, junto a otrxs escritorxs.
¿Qué pensás del ambiente literario del oeste? ¿Crees que, en el mercado editorial, lxs escritorxs del conurbano están ganando terreno?
La movida literaria siempre estuvo en Buenos Aires, así que los de Provincia siempre tuvimos que movernos por aquel circuito. Más allá de eso, veo un muy saludable surgimiento de autores y editoriales emergentes que hacen pie de este lado de la General Paz. Indudablemente tiene que ver con el trabajo que hizo y hace gente como Leo Oyola, Juan Diego Incardona, Gaby Cabezón Cámara o, más recientemente, Dolores Reyes. Escribir también puede ser una postura política. Y la periferia está más cerca de lo que se cree.
¿Cómo fue la experiencia con el concurso Haroldo Conti? ¿Qué nos podés contar de ese momento, de la selección de tu material, del compartir espacio con otrxs autorxs de la zona en la antología “Contra Cielo Plomizo”?
Fue una hermosa experiencia. El concurso era en el 2020, pero quedó en un limbo por el tema de la pandemia. Imaginate que, una mañana, me llama Guillermo Korn y me dice que había quedado seleccionado como finalista. ¡Una alegría!
De tu propio material, ¿cuáles son tus escritos favoritos y por qué? ¿Cuál es tu último trabajo?
Siempre mi favorito es lo que esté escribiendo en el momento. Si bien tengo cariño por mis textos anteriores, prefiero leer cosas de otrxs.
Lo último que publiqué es un libro de cuentos que se llama “Plaza blanda” (E8L-Milena Caserola). Tengo un libro de poesía, y otro de cuentos ya terminados, pero son inéditos todavía. Actualmente estoy escribiendo un libro que se llama “Los sueños y las guerras”. Son textos cortos que salieron de la pandemia para acá. En eso estoy ahora.
¿Qué consejo le darías a unx escritorx del conurbano que quiere comenzar a publicar sus escritos?
Que escriba y lea mucho. Que vaya a talleres, a ferias, a lecturas; que se junte con colegas a compartir espacios. Que se anime a mostrar lo que hace. Los canales están abiertos y hay mucho material interesante circulando, muchas propuestas, editoriales copadas, revistas digitales, concursos todo el tiempo.
La escritura es un ejercicio solitario en primer término, pero, después, hay que salir, compartir, disfrutar, ¡sobre todo esto último!