De profesión, librero: La historia de Cristian

De profesión, librero: La historia de Cristian
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“Yo soy de Morón, aunque nací en Paternal”, afirma Cristian, quien tiene el corazón puesto en el oeste desde hace más de veinte años, cuando puso por primera vez su puesto de libros en la esquina de la estación de Haedo.

Cuando la crisis del 2001 lo golpeó fuerte, Cristian tomó lo más preciado que tenía, sus libros, y salió a buscarse el mango en las calles, vendiendo cultura a los transeúntes. Hoy, no abandona el oficio, y afirma que los textos son amigos a los que se acude hasta en los peores momentos.

¿Cómo fue tu primer acercamiento al mundo de los libros?

Mis viejos se separaron cuando mi hermana y yo éramos chicos, y nos fuimos a vivir a la casa de mi tía abuela, en Caballito, cerca del Parque Rivadavia, donde yo, a mis doce años, iba constantemente. Primero, como lector y, después, como vendedor. Me llevaba mi propia manta y vendía revistas y libros.

Ese fue mi primer acercamiento a la literatura. También, con mi vieja, gran lectora, íbamos a las librerías de usados de Corrientes y nos perdíamos por horas entre libros.

¿Cómo comenzó tu oficio como librero?

Empecé como librero en Floresta durante el 2001, luego de perder un trabajo tras la crisis. Agarré los libros que tenía en mi biblioteca y me fui a venderlos en una plaza cerca de casa. Con eso empecé, y de ahí ya no paré.

Después vendí libros en el centro, pero al tiempo me vine para el oeste porque mi vieja vivía en Morón. Y me enamoré de Haedo. Siempre lo veía pasando con el tren, pero nunca lo había recorrido. Hasta que un día bajé en la estación y dije, “A ver cómo es esto, cómo está la cosa”. Y me encantó. Al día siguiente, decidí empezar a vender mis libros ahí, humildemente, con mi manta, en la esquina en frente de la estación de Haedo. Y nunca me fui. Hoy por hoy, estoy en esa misma esquina hace veinte años, de 9 a 14 hs.

“Hay un mercado para el libro, a pesar de lo digital. La gente siempre vuelve a leer en papel”, afirma Cristian.

¿Qué significan los libros para vos?

Los libros, para mí, son mi vida. Me han ayudado, han cambiado mi manera de pensar y de ser. Creo que los libros pueden ayudar a las personas a ser mejores, aliviar sus preocupaciones, crecer, desarrollarse, convertirse en buenos seres humanos. Hay estudios científicos que incluso dicen que la lectura modifica la morfología del cerebro.

¿Cómo ves a los libros y a lxs lectores, hoy por hoy, frente al auge de lo digital?

No creo que el libro pierda valor frente a lo digital, al contrario. Un libro es algo que uno puede llegar a querer de una manera muy especial, llegando incluso a amarlos. No es lo mismo un PDF, leer en un teléfono o en una tablet, que leer en papel. No se genera ese vínculo tan íntimo y especial con el lector.

Un libro es un compañero. Es alguien a quien podés abrazar. Y está ahí como un testigo de lo que vas viviendo, es un amigo, te va transformando. Y, ante lo digital, hay cada vez más gente que se da cuenta de esto y recibe al libro en sus vidas, lo aprecia en su verdadera dimensión.

¿Qué consejo le darías a alguien que quiere ejercer esta profesión?

Principalmente, tiene que gustarle, estar metido en el tema. Y es un oficio que se disfruta. Ser librero, más que un trabajo, es un estilo de vida. Y, si te gusta, se puede vivir de esto. Porque afuera hay lectores, hay un público que se renueva, hay un mercado para los libros. Si hay alguien que piensa en dedicarse a esto, que no dude, que lo haga. Es una profesión hermosa.

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