Caso Lucas Verón: A dos años de su asesinato a manos de la policía, familiares y amigxs exigen justicia
Melina Alderete
En julio del 2020, Lucas Verón fue asesinado por la policía cuando circulaba en moto junto a Gonzalo, su amigo, en González Catán. Los efectivos Cintia Duarte y Ezequiel Benítez persiguieron a los jóvenes desde un patrullero les dispararon. Una de las balas impactó a Verón y lo mató.
Actualmente, Duarte y Benítez están detenidos esperando el juicio de un caso que se suma a la lista larga de los asesinatos cometidos por el gatillo fácil. Ambos fueron imputados por el delito de homicidio agravado por ser miembros de la fuerza policial, por el asesinato de Lucas, y por homicidio agravado en grado de tentativa, por los disparos hacia Gonzalo. Además, los dos policías fueron desafectados de la fuerza.
La causa se encuentra dividida en tres, comenzando por el homicidio de Verón, el encubrimiento por parte de la cúpula policial de González Catán hacia los efectivos y la investigación sobre la actuación del fiscal Juan Pablo Tahtagián.
A dos años del asesinato de Lucas Verón, familiares, amigxs y organizaciones sociales convocan a una marcha en Ruta 3 y Federico Russo (Calderón) en González Catán para este sábado 9 a las 10 para exigir justicia y un adecuado juicio y castigo para los responsables y encubridores.
La reconstrucción de los hechos
El 10 de julio del 2020, Lucas Verón celebraba su cumpleaños número 18 en el barrio de Villa Scasso, ubicado en González Catán, Partido de La Matanza. Alrededor de la una de la madrugada, él y su amigo Gonzalo partieron en moto rumbo a un kiosco situado en las calles Calderón De La Barca y La Bastilla a comprar unas gaseosas.
En el trayecto hacia el kiosco, un patrullero con las luces y sirenas apagadas comenzó a perseguir a los jóvenes y, los policías Ezequiel Benítez y Cintia Duarte, sin dar la voz de alto, empezaron a dispararles. En la esquina de Achegas y Llerena, el vehículo policial embistió a Lucas y Gonzalo por detrás, provocando que ambos cayeran al suelo y, al levantarse, comenzaran a correr.
El efectivo Ezequiel Benítez disparó al menos dos veces y una de las balas atravesó el pecho de Lucas y lo mató. Ante el hecho, los policías huyeron de la zona sin dar aviso, dejando a Lucas sin vida y a Gonzalo gritando que la policía les había disparado.
Vecinxs y familiares llevaron a Lucas Verón al Hospital Simplemente Evita, pero el joven ya había fallecido. Posteriormente, comenzó una serie de traslados, toma de declaraciones y diversos accionares policiales que estuvieron plagados de irregularidades y violencias. Según consta en los archivos de la Comisión Por La Memoria, organismo que está acompañando a la familia Verón, la policía estuvo a cargo de las primeras diligencias judiciales y fraguó, alteró y ocultó pruebas.
Además, según el propio organismo, los testigos fueron hostigados para que no contaran la verdad. La policía insistía en insertar una versión de que los jóvenes Lucas y Gonzalo “venían de robar en algún lugar”, intentando desviar la investigación y justificar su accionar. El propio Gonzalo fue amenazado para autoincriminarse, además de haber sido interrogado sin la presencia de un abogado ni ninguna persona mayor, siendo que él era menor de edad.
La familia de Verón e incluso un tío de Gonzalo fueron amenazados y hostigados, tanto por parte de la policía como por el fiscal Tahtagián, quien convalidó el accionar policial e intentó encubrir el crimen.
Hoy en día, a dos años del asesinato de Lucas Verón en manos de la policía, familiares, amigxs y organizaciones sociales exigen justicia y se reunirán para marchar por el joven este sábado 9 a las 10 en González Catán.