Construir la educación del porvenir: Una charla con Miguel Duhalde
Melina Alderete
“Para nosotros, el gran desafío sigue siendo la defensa de la educación pública y las condiciones de trabajo de los trabajadores y trabajadoras, para que esa educación pública sea de calidad y se pueda lograr que el sistema sea realmente inclusivo”, sostiene Miguel Duhalde, Secretario de Educación de CTERA, miembro de la Red Latinoamericana de Estudios sobre el Trabajo Docente, docente e investigador sobre Formación, Trabajo Docente y Políticas Educativas en la Universidad Autónoma de Entre Ríos.
En una charla con Carlos Romero en Socios a la fuerza, el programa que se emite todos los lunes de 19 a 21 en Radio Kamikaze, Duhalde reflexionó sobre el rol docente en la actualidad, los cambios en la educación tras la pandemia, la importancia de la figura de Paulo Freire y los desafíos para construir la escuela del porvenir.
¿Cuáles son hoy en día, desde tu mirada, los desafíos más urgentes que tiene la comunidad docente?
El acontecimiento de la pandemia movió muchos esquemas con los que veníamos trabajando y nos convocó a repensar un poco lo que es el trabajo docente y cómo lo veníamos haciendo. Pero lo que quedó muy en evidencia son las grandes dificultades que tenemos para trabajar en contextos tan desiguales, en donde no todos tienen las mismas condiciones, posibilidades o condiciones materiales y subjetivas para llevar adelante los procesos de enseñanza. Vemos que es muy grande la diferencia en las posibilidades de cada uno de los estudiantes y, en ese contexto, se debió implementar una intensificación del trabajo docente. Porque no se trabaja con un “estudiante ideal”, sino que hay condiciones concretas que inciden en la tarea docente.
En el trabajo cotidiano, uno planifica, piensa una clase y prepara materiales. Y a veces te encontrás con situaciones que te llevan a reconfigurar todo lo que habías pensado. Porque te encontrás con el pibe que no tiene el material o que no se pudo poner a investigar. O el que no tiene posibilidad de haberse alimentado adecuadamente.
Durante la pandemia, los docentes tuvimos que, de un día para el otro, reconfigurar todo el trabajo, planificar de manera distinta, de manera diversa, conformándonos en el uso de estrategias digitales y buscar nuevos materiales. Muchas actividades para las cuales no tenemos todo el tiempo que se necesita para poder hacerlas. Porque estamos desbordados en nuestros puestos de trabajo. Hay compañeros y compañeras que tienen que hacer dos turnos o tener dos cargos para poder llegar a fin de mes y entonces eso dificulta toda la tarea de preparación de trabajo.
Así que creo que el eje de las condiciones laborales es fundamental. Hay que repensarlo para ver cómo construir la escuela del porvenir y ver cuáles son las condiciones necesarias para para poder pensar esa nueva escuela.
¿Por qué pensás que, en estos últimos tiempos, los docentes y las docentes vienen siendo objeto de asedio por parte de determinadas propuestas políticas más relacionadas a la derecha?
Ocurrió algo muy interesante para analizar en todo este tiempo, porque veníamos de la última restauración conservadora que tuvimos durante el macrismo. Para ser concreto, fue fuertemente atacada la docencia, la escuela, el sindicalismo en general, los dirigentes sindicales e incluso padecimos persecuciones, hostigamiento, hasta la clausura unilateral de la periferia nacional docente durante ese período. Un ataque directo a la escuela, al trabajo docente.
Y durante la pandemia, paradójicamente, ese mismo sector que atacó, criticó ycuestiono siempre la escuela y este trabajo, fue el primer sector que salió a pedir que se abran las escuelas y a hablar de la importancia de las escuelas, de las clases presenciales y de reconocer el trabajo docente, aun cuando corría riesgo la vida de los estudiantes.
Lo que sentí entonces es que, esos mismos que criticaron históricamente la escuela y el trabajo docente, durante la pandemia y empezar a pedir a gritos que abramos la escuela y que trabajemos en cualquier condición.
Nosotros, quienes pertenecemos a los sindicatos, a la organización sindical, a los movimientos sociales, hemos valorado históricamente la escuela y el trabajo docente y siempre sostuvimos la importancia de la escuela y de la escuela pública como un como un lugar de contención, como una institución de la democracia. En nuestro país, la docencia es uno de los gremios altamente sindicalizados, a diferencia de otros países, y aquí por eso se ataca directamente a la docencia, a través de los ataques a la organización docente.
“Paulo Freire, para nosotros, es tan valioso, no como algo meramente simbólico, sino porque representa todo un ideal pedagógico y político para nuestra América, a tal nivel que se instituyó la figura de Freire en el Ministerio de Educación de la Argentina.”
Miguel Duhalde acerca de la figura del pedagogo brasileño.
Claro, para la derecha es un paso necesario el de doblegar a lxs docentes y sus derechos adquiridos, para luego ir por la educación pública como institución…
Sí, hay algo que tienen la derecha y el pensamiento reaccionario de cuestionar y tratar de liquidar todo lo público en general. Ahí es donde entra la escuela pública como un bastión fundamental, especialmente en Argentina, que es un referente regional.
Por eso, dentro del ataque de lo público, la escuela es la principal institución a denostar, degradar, a destruir. Lo que plantea la derecha, como principio, es la privatización. Entonces, este avance que ellos pretenden hacer justamente en contra de lo público, es para garantizar esta tendencia privatizadora y mercantilista.
Muchos gobiernos hablan de la importancia de la educación, la tienen como slogan y se llenan la boca hablando de la educación, pero no de la educación pública, sino de aquella a la que pocos pueden acceder y a la que llegan quienes la pueden pagar, claramente.
Metiéndonos un poco con lxs referentes de la educación como la entendés vos, ¿qué lectura tenés de Paulo Freire? ¿Cómo creés que sus ideas pueden servirnos para para poder asumir este momento?
El legado de Paulo Freire forma parte de la manera de pensar la educación que tenemos en nuestra organización (CTERA), en la que se entiende a la educación como una práctica para la liberación que contribuya a terminar con un sistema de opresión. Pero no desde la idea de “cambiar de bando”, de dejar de ser oprimido para pasar de ser opresor, sino que el objetivo final es, en realidad, terminar con el sistema de opresión en general.
En ese sentido, nosotros conmemoramos el año pasado los 100 años de Freire, porque nos sumamos a la campaña mundial que hubo desde la Internacional de la Educación para conmemorar el legado de pensadores y pedagogos latinoamericanos. Además, en un contexto donde justamente en el país de Freire, en Brasil, la derecha intentó destruir todo su legado y declararlo enemigo público.
Y cuando decimos Freire no es la persona solamente, sino todas sus ideas. Por eso, para nosotros es tan valioso, no como algo meramente simbólico, sino porque representa todo un ideal pedagógico y político para nuestra América, a tal nivel que se instituyó la figura de Freire en el Ministerio de Educación de la Argentina.
Además, Freire va en consonancia con lo que vos mencionabas de pensar la educación del porvenir, ¿no? Porque hace que unx, como docente, se cuestione su propio rol, que es fundamental.
Exacto. Y su planteo, para eso, es que el docente debe ser rigurosamente curioso y no pasar de la simple curiosidad a una rigurosidad epistemológica. Por eso es muy necesario preguntar, porque la pregunta es la que organiza nuestro pensamiento. Nosotros necesitamos docentes y estudiantes que pregunten, no que respondan a la prueba PISA, sino que sepan preguntar, no que sepan responder lo que quiere escuchar el poder hegemónico. Por eso nos oponemos a este sistema de prueba estandarizada, de los modelos de las competencias y de la individualidad.
¿Cuáles son los desafíos que están por delante, en lo inmediato, para el movimiento organizado de docentes?
Para nosotros, el gran desafío sigue siendo la defensa de la educación pública y las condiciones de trabajo de los trabajadores y trabajadoras, para que esa educación pública sea de calidad y se pueda lograr que el sistema sea realmente inclusivo.
Porque, en todo este tiempo de pandemia, hubo muchos pibes y pibas que quedaron desvinculadxs, no solamente porque dejaron de ir, sino que, aun yendo, no tienen las condiciones para poder sostener un aprendizaje de manera adecuada, de calidad.
Actualmente, estamos discutiendo acerca de qué es docencia en estos tiempos, cuál es la docencia más adecuada para la escuela que nosotros pensamos. Necesitamos ver cómo encarar estos tiempos tan difíciles, de crisis, con muchos pibes afuera, con mucho ajuste y con escasas condiciones de trabajo.
Entonces, estamos pensando hoy qué escuela construir. Y es un gran reto que tenemos como organización, pensándolo todo en las dimensiones constitutivas de nuestro puesto de trabajo, que son la dimensión del puesto de trabajo concreto, el lugar donde trabajamos, pero también la dimensión institucional: en qué escuelas, en qué instituciones trabajamos, y la dimensión curricular, es decir, el debate sobre qué enseñar y que aprender en cada contexto histórico.