Damián Akerman dijo adiós: se retiró el máximo ídolo del Deportivo Morón
Enzo Resino
Este domingo, en medio de ovaciones y muchas demostraciones de afecto, Damián Akerman jugó sus últimos 9 minutos con la camiseta del Deportivo Morón. El delantero de 42 años, máximo goleador histórico y jugador que más veces vistió la camiseta del ‘Gallito’, se retiró del fútbol profesional.
El día que los hinchas del Deportivo Morón nunca quisieron que llegue, finalmente llegó. Tocó ir a la cancha pero esta vez, a diferencia de otros partidos, no solo se iba a alentar al equipo. La cita del domingo, que culminó con un empate 1-1 ante Independiente Rivadavia de Mendoza en el Nuevo Francisco Urbano, congregó a los hinchas del ‘Gallito’ a aplaudir, ovacionar y despedir a su máximo ídolo: Damián Akerman.
El fútbol argentino suele tener de estas historias, que son para coleccionar, esparcidas por todo el país. La carrera de Akerman es una de estas historias, de las más lindas y conocidas en el fútbol del ascenso: nacer en Córdoba, debutar en Argentino de Rosario, pasar por el fútbol de Chile y Bolivia, y encontrar su lugar en el mundo en Morón. La gente del club lo integró, lo abrazaron al recién llegado, y este agradeció tanto cariño con lo que un delantero mejor sabe, con goles. Los números que marcan el paso imborrable de Damián Akerman por el Deportivo Morón, son de 431 partidos jugados y 130 goles convertidos con esta camiseta.
Eterna caminata: el momento en el que Damián Akerman salió del campo de juego
A los 9 minutos del primer tiempo, el cuarto árbitro levantó el cartel que indicaba el siguiente cambio: ingresaba Leonel Ramos y salía Damián Akerman. En ese momento, mientras el Nuevo Francisco Urbano no paraba de aplaudir y corear el nombre del histórico delantero, comenzó la larga caminata de Damián hasta el banco de suplentes.
Durante la caminata, desde el centro del campo de juego, hasta el banco de suplentes recibió el cariño de todos. Sus compañeros en cancha se acercaban a abrazarlo y lo mismo hicieron los jugadores de Independiente Rivadavia de Mendoza. La cancha era una fiesta y los aplausos no cesaban, mucho menos después de cada momento en el que el homenajeado aprovechaba para señalar y besarse el escudo de la camiseta. Todo era agradecimiento para con el socio y el hincha, alzando sus brazos y saludando a todas las tribunas. La caminata finalizó, Akerman se retiró y nació así una leyenda en Morón.