El cáncer infantil existe todo el año y la lucha es colectiva
María Josefina Severino
Si bien hay fechas en particular en las que se busca generar conciencia sobre el cáncer infantil, esta enfermedad existe todo el año. En este marco, hay personas que trabajan incansablemente para difundir la importancia de donar sangre y médula ósea.
Dos referentes de la zona oeste son María de los Ángeles Suárez, impulsora de la “La Carrera de Nahuel”, y Gabriela Peirano, fundadora de “El Ejército de Alejito”. Para saber más sobre la importancia de generar conciencia sobre el cáncer infantil y desmitificar cuestiones en torno a la donación de sangre y médula ósea, La Ciudad dialogó con ellas.
Respecto a la enfermedad, María comentó que, en general, “es como que no se quiere ver”. Por eso, en las fechas dedicadas a generar conciencia (como el Mes de Sensibilización sobre el Cáncer Infantil en septiembre o el Día Internacional contra el Cáncer Infantil el 15 de febrero) “tiene más repercusión”.
En el mismo sentido, Gabriela comentó que “es donde más se muestra digamos el cáncer infantil. Es muy triste, es algo que ojalá ni siquiera tuviera un solo día. Y se va a eso justamente, a sensibilizar y tratar de llegar a nuestros corazones y hacer más visible sobre todo la cantidad de casos”.
Sin embargo, más allá de las fechas conmemorativas, remarcó que la visibilización es un trabajo permanente, que excede a un día o a un mes en particular.
La posibilidad de donar vida
Además de generar conciencia sobre la existencia del cáncer infantil, tanto María como Gabriela trabajan a diario para promover la donación de sangre y de médula ósea. “Para mí más que nada hay que mostrar esto, la necesidad de la solidaridad”, comentó la fundadora de “El Ejército de Alejito”.
“Más allá de que pensemos que no tenemos nada para hacer, siempre hay un montón para hacer”, aseguró. En este sentido, remarcó que “la sangre no se fabrica”; y agregó: “Los que la tenemos somos nosotros. Y los que la damos con todo el amor del mundo tenemos que ser nosotros”.
Además, explicó que “de cada 10 personas, 9 van a necesitar en algún momento de su vida una transfusión de sangre”. Por eso, reflexionó: “Si vos la vas a necesitar, ¿por qué no la damos nosotros así al momento de necesitarla esa bolsita está esperando por nosotros y no nosotros esperando por la bolsita?”
A su vez, María se refirió a la necesidad no sólo de la donación sino también de promoverla. “A veces, aunque no podés donar, la importancia de poder compartir las campañas externas y siempre es importantísimo acercarse, sacarse las dudas”, expresó.
La donación de sangre está mucho más extendida y naturalizada que la de médula ósea, pero esta también es necesaria. Los requisitos son los mismos, a excepción de la edad, ya que para registrarse como donante de médula hay que tener entre 18 y 40 años. Mientras tanto, para donar sangre se puede tener hasta 65 años.
¿Cómo es la donación de médula ósea?
Sobre la donación de médula ósea, María mencionó los mitos que existen en torno a ella, como que “nos van a abrir al medio. Y la realidad es que es algo mucho más simple”.
El primer paso es donar sangre, ya sea en un centro de hemoterapia o en una hornada externa. Previo a la donación, la persona tiene que expresar que quiere ser potencial donante de médula ósea y luego completar y firmar un formulario.
Al respecto, Gabriela pidió: “Esa firma no tiene que ser con la mano, tiene que ser con el corazón. Porque una vez que uno firma ese papelito, a los meses pasás a estar en un registro mundial. Y si da el milagro que hay una persona compatible con vos y te llamen del INCUCAI, te dicen que podés salvar la vida de esa persona, el INCUCAI te vuelve a preguntar si estás seguro de que querés ser donante. Y lamentablemente hay muchas personas que en ese momento dicen que no. Yo justamente por eso perdí a mi hijo”.
A continuación, detalló que hay dos métodos para donar médula ósea. “Uno se llama aféresis, que es el que más se utiliza. Es lo mismo que donar sangre, nada más que una aguja en cada brazo”, explicó Gabriela.
Durante este proceso, se extrae la sangre de la persona donante, una máquina se encarga de separar las células madre, y el resto lo devuelve al cuerpo. “Son tres horas de tiempo, y previo a eso, a que vos vayas a estirar tus bracitos, tres días antes te aplican una vacuna por día, te la aplican o te la aplicás vos mismo. Lo que hace es que vos multipliques tus células para el momento de la extracción”, detalló.
El otro método es una punción en la cresta ilíaca, es decir, en el hueso de la cadera. Este procedimiento es en el quirófano y con anestesia, por lo que tampoco es doloroso. La diferencia es que “entran con la aguja adentro del hueso que es donde realmente está la médula ósea. O sea, que van derecho a donde está, la extraen del hueso”, explicó Gabriela.
Cabe mencionar que, más allá de recibir asesoramiento sobre el método que más le conviene, la persona que dona es la que decide cuál utilizar.
El deporte y la juventud: dos vías para generar conciencia sobre el cáncer infantil
Tanto María como Gabriela buscan generar conciencia y promover la solidaridad a través del deporte y de las y los jóvenes, respectivamente. En el primer caso, la impulsora de La Carrera de Nahuel se dedica a organizar eventos deportivos y, en el último tiempo, sumó las carreras barriales.
“Como la enfermedad es una enfermedad que no tiene un lugar, la idea es que también la carrera pueda circular y acompañar porque en todos lados hay pacientes”, explicó María.
Por su parte, Gabriela siempre apunta a la juventud. Por eso, se dedica a dar charlas en colegios, para que las y los propios adolescentes entiendan y transmitan la importancia de la donación. Respecto a este trabajo, recordó que es su forma de estar con su hijo y cumplir con su pedido: “ayudar y dar”.