El Palomar del Colegio Militar abrirá sus puertas para tod@s: conoce cuándo
Santiago Menu
Uno de los grandes monumentos históricos que forman parte del municipio de Tres de Febrero es, sin lugar a dudas, el palomar ubicado al interior del Colegio Militar. Este tradicional espacio, que se ha convertido en uno de los símbolos más característicos del distrito, es poco visitado habitualmente a raíz de la gran cantidad de permisos que se deben realizar en pos de su preservación. No obstante, las autoridades locales anunciaron una jornada en la cual se abrirán sus puertas de par en par y toda aquella persona que desee conocer un poco más respecto de la maravillosa historia de este establecimiento podrá vivir en carne propia una experiencia inolvidable.
Este jueves 12 de mayo desde las 9 hs, l@s vecin@s de Tres de Febrero y aquellos interesad@s en poder presenciar este lugar tendrán la oportunidad de disfrutar en vivo y en directo del palomar y la Casa de Casero. Se prevé que, para esta fecha, l@s participantes cuenten con la presencia de guías turísticos, quienes permitirán realizar no solo un tour por este espacio, sino que también narrarán momentos trascendentales que transcurrieron allí.
Cabe destacar que, para participar de este proyecto, no es necesario solicitar un turno previo, sino que simplemente hay que presentarse en la puerta del colegio militar para disfrutar de una experiencia que muy pocas veces se dan en Tres de Febrero. Uno de los sitios históricos abre sus puertas y promete impactar a tod@s.
La historia del palomar
El palomar que se encuentra instalado actualmente en el colegio militar fue construido en 1788 por Diego de Caseros, el dueño por aquel entonces de estos terrenos. De acuerdo a los historiadores, las personas más adineradas por aquella época solían construir esta clase de estructuras, ya que la cantidad de palomas que se poseía marcaban a las claras la posición social que tenían.
La arquitectura que se vislumbra es sumamente especial, ya que cuenta con dos pisos circulares y uno interior independiente que sobresale de la torre. En su interior, fue formado por cuatro grandes ladrillos superpuesto como pilares y dos atravesados, que servían de techo y piso al nido superior.
Por último, es importante mencionar que muchas personalidades del país por aquel entonces solían acudir a este lugar y realizaban paseos por las enormes hectáreas que formaban parte del terreno del propietario inicial. Sin lugar a dudas, esta construcción es sinónimo de tradición para el municipio de Tres de Febrero.