Para visitar a sus hermanas el Papa viajaba en tren, se bajaba en la estación y caminaba unas 10 cuadras hasta la casas de sus hermanas" asegura una vecina del barrio que conoció también al papa y a toda su familia. "Venía seguido".
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Ituzaingó para el fallecido Papa Francisco no era una ciudad más. A nuestra ciudad Jorge Bergoglio la conoció muy bien, era uno de los lugares que solía visitar con frecuencia. Los motivos: María Elena Bergoglio y Marta Regina Bergoglio sus únicas hermanas mujeres, son y fueron vecinas de Ituzaingó. Marta ya fallecida, vivió sobre la calle Darragueira y María Elena, hoy hospedada en un hogar de ancianos, vivió también en Villa Norte, a unas cuadras de su hermana
Las jóvenes hermanas de Francisco, junto a su familia
En Ituzaingó también se criaron sus sobrinos, hijos e hijas a ambas hermanas. Un sobrino Jesuita, un profesional miembro de la comisión de Paz y Justicia, otra sobrina que supo ser novicia en las Esclavas del Sagrado Corazón y José "Pepe" Bergoglio, hijo de María Elena, hasta hace unos meses titular de la sede de la ANSES en nuestro municipio y otrora presidente de la fundación "haciendo Lio" una ONG dedicada a la ayuda de familias socialmente vulnerables.
"Para visitar a sus hermanas el Papa viajaba en tren, se bajaba en la estación y caminaba unas 10 cuadras hasta la casas de sus hermanas" asegura una vecina del barrio que conoció también al papa y a toda su familia. "Venía seguido".
Otro contacto con nuestra ciudad, se dio cuando siendo siendo arzobispo de Buenos Aires, lo acompañó como obispo auxiliar el padre José Gentico. El "Gallego" Gentico, un cura emblemático de nuestra ciudad, párroco de San Judas Tadeo y rector del seminario San José, fue uno de los obispos mas cercanos de Bergoglio. Ituzaingó lo recuerda inclusive en una de sus calles de Villa Udaondo.