Humor para todxs: Eli Trimarchi, una comediante que no se guarda nada
Melina Alderete
“¿Cómo va a animarse a exponerse en el escenario una persona a la que abajo ni siquiera le respetan el pronombre, o si el comediante anterior usó la palabra “travesti” como chiste? Yo intento que mi humor y el de quienes estudien conmigo no tengan como eje bardear o burlar minorías o individuos porque sí. La risa es poderosísima, pero también puede no valer nada. Si pongo en la balanza y me importa más que se hayan reído 3 personas mientras otra se va a casa sintiéndose mal ¿para qué hago esto?”, reflexiona Eli Trimarchi, comediante y host oriunda de San Justo que cuenta ya con casi diez años de trayectoria en el mundo del humor y ha compartido escenario con grandes referentas y referentes del stand up de nuestro país.
El año pasado, Trimarchi fue la host principal de la segunda edición de la Marcha del Orgullo de Morón y, en años anteriores, participó de grandes eventos del conurbano y también de CABA, como el Festival Provincia Emergente o las charlas TedX organizadas en la UNLaM.
La Ciudad conversó con Eli Trimarchi acerca de su trayectoria, sus inicios en los escenarios, el panorama actual del humor en los tiempos de Milei para las mujeres y disidencias, los futuros proyectos y el motor que impulsa su forma tan particular de hacer reír.
¿Cuándo comenzaste a dar tus primeros pasos en el mundo de la comedia y el stand up?
Mi primer curso lo hice en 2015 en Paseo La Plaza. Mis compañeras de trabajo en un call center me decian “tenés que hacer stand up vos” y yo no sabía lo que era. Venía de estudiar teatro en distintos talleres y en la escuela de actuación cuando, por cuestiones de laburo y plata, no me alcanzaba para seguir la carrera y veo que el curso inicial era corto. Me anoté, pero le tenía mucho miedo a estar sola en el escenario.
¿Qué te incentivó a dedicarte al humor?
El humor siempre fue donde me sentí libre. De chica era muy muy tímida, así que me costaba socializar. Pero en la secundaria, ya con otro grupo, era medio la payasa del curso. Encontraba mucha satisfacción en hacer reír y vengo de una familia muy jodona, donde crecí con más burlas que chistes, pero eso era el humor en ese entonces.
¿Cuál fue tu primer show en el que dijiste “sí, es por acá”?
Terminé el curso y empecé a presentarme en todos los lugares donde me llamaban. Me recorrí cada rincón del conurbano actuando igual para 5 o para 50. Pasó un año y, de repente, con una satisfacción enorme después de actuar dije “che, ¿qué onda acá? Esto me gusta en serio“. Así que me anoté en el nivel 2 y ahí hubo un click, porque ya tomé consciencia de qué era lo que quería comunicar, hice mi primer elenco con Deby Magallanes y Ángela Nahuz, hice cursos para presentadora y empecé a hacer un camino orientado más a lo profesional.
¿Cómo fue tu participación en las charlas TedX UNLaM del 2019 como co-conductora?
Fue hermoso porque, si bien no estudié en la UNLaM, soy de San Justo y crecí cerquita, yendo a andar en bici entre el Hospital Italiano y la parte de atrás de la facultad. Al evento de las charlas TedX, me convocó un amigo, que fue el conductor principal, Gabriel Martins y hacer ese tipo de laburos con amigues tiene otro plus. Fue toda una experiencia presenciar las charlas de lxs participantes y acompañarlxs en ese momento.
¿Y en el Festival Provincia Emergente en el 2018 y 2019 en el Estadio Único de La Plata?
¡Fue la primera vez me quedé sin voz el día anterior de los nervios! Actué haciendo muchísima fuerza para que salga la voz, me quedaba sin aire. Casi no se nota en el video del evento, pero me costó muchísimo y, cuando bajé del escenario, automáticamente me volvió la voz. Es increíble como el cuerpo habla por nosotres. Lo disfruté muchísimo igual, no te voy a mentir: Te subís a un escenario con esa cantidad de gente y te sentís una rockstar. Pero tenés que saber bajar un cambio y tener registro, porque sino, haces cualquiera.
A la segunda edición del Festival Provincia Emergente fui con nervios al casting, porque no suelen permitir comediantes en años consecutivos, y me avisaron que iban a ser más estrictos conmigo por ese motivo. Teníamos solo 4 minutos para audicionar. ¡Muchísima tensión! Pero quedé seleccionada y lo pude disfrutar mucho más que la primera vez.
Participaste como host y comediante en diversos eventos dedicados a las mujeres y las disidencias. ¿Cómo dialogan las luchas feministas y LGBT+ con tu laburo en el escenario?
Busco activamente participar de nuestras luchas desde donde sé aportar. De hecho, hace poco estuve hosteando el cierre del Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias en Bariloche y fue una de las mejores noches de mi vida, actuando por lejos, pese a que hacía un frío de locos.
Además, hay muy pocas disidencias en los escenarios. Un poco porque no es un formato de humor que estemos acostumbradxs a consumir, y otro poco porque todavía hay una bajada de línea muy machirula dentro del ambiente del stand up, cosa que hace que, mayoritariamente, las disidencias no puedan sentirse cómodxs ni siquiera como público. Pero hay gente piola que hace cosas increíbles y me encantaría que podamos ver más diversidad, no sólo identitaria sino también discursiva.
¿Cómo fue tu participación en la Marcha del Orgullo de Morón del 2023?
Las pibas de la organización fueron un amor. Fue una marcha muy amena y, lo más importante en este contexto, es que se esté visibilizando. Siempre que esté a mi alcance, me van a ver agitando y haciendo el aguante en las calles. Hostear la Marcha del Orgullo de CABA es uno de mis objetivos por cumplir a futuro.
Hoy en día hay grandes referentas del humor, como Agustina Aguilar, con quien has compartido escenario. ¿Cómo ves el ambiente del humor para las mujeres? ¿Y para las disidencias?
Agus es una genia. He compartido escenario con gente muy talentosa, sea o no sea famosa. Agus, por ejemplo, la pegó en redes hace muy poco y se lo merece hace muchísimo. La realidad es que hay que tener tiempo, plata y constancia, porque parece una boludez, pero lleva mucho trabajo las redes y crear material. De hecho, a mí todavía me cuesta muchísimo ponerle onda a las redes. Pero a donde sea que caigo, generalmente alguien me vio en otro momento. Estoy presente ya con 8 años de carrera.
Respecto a la presencia de las mujeres, hay muchas más hoy en día en el escenario, pero pocas dando clases y falta mucha deconstrucción. Había un ciclo hermoso que se llamaba “Kweens”, producido por Ana Fainberg, que era el único ciclo exclusivo de mujeres y disidencias. Lamentablemente no se retomó después de la pandemia y Ana, por el momento, no está haciendo más stand up, pero fue una referenta que peleó muchísimo para que las mujeres tengan más lugar en los escenarios.
No es necesario bajar línea, pero los discursos a veces son tremendos y tiene un poco que ver si donde estudiamos cómo hacer un chiste no tiene un gramo de perspectiva de género. ¿Cómo va a animarse a exponerse en el escenario una persona a la que abajo ni siquiera le respetan el pronombre, o si el comediante anterior usó la palabra “travesti” como chiste?
Yo intento que mi humor y el de quienes estudien conmigo no tengan como eje bardear o burlar minorías o individuos porque sí. La risa es poderosísima, pero también puede no valer nada. Si pongo en la balanza y me importa más que se hayan reído 3 personas mientras otra se va a casa sintiéndose mal ¿para qué hago esto? No le vas a caer bien a todo el mundo ni les vas a gustar a todxs, pero se puede reír desde un lugar que construya, al fin y al cabo, todxs vivimos momentos duros y todxs somos boludxs en algo.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Voy a estar dando clases de stand up particulares de nivel inicial. Los cursos iniciales siempre son grupales y, si bien tiene sus ventajas, creo que el uno a uno con quien estudia hace que se genere un espacio seguro, con otro tipo de registro de trabajo, se crea un ambiente medio terapéutico y se llegan a cosas muy copadas gracias a esa intimidad. Por ejemplo, no hacemos muestra anual. Si lxs estudiantes desean subirse al escenario, trabajamos para ir juntxs a un micrófono abierto. Pero el objetivo no es sólo habitar el escenario, sino el género humorístico y animarse.
Desde la segunda quincena de enero van a empezar las clases particulares de nivel inicial, tanto presencial en CABA como virtual. No es necesario tener experiencia en artes escénicas ni es obligatorio subir al escenario. Lxs invito a que vengan a divertirse y, como nadie sabe qué va a ser de nuestra vida el próximo año, me pueden seguir en Instagram @elitrimarchi para ir enterándose las fechas.