Ituzaingó: "Festival Solidario" para salvar a las familias de Ascensores Cóndor

Sin cobrar sus salarios desde hace cuatro meses, los empleados de la empresa ituzainguense organizan un evento popular con juegos y buffet para resistir el cierre inminente y la incertidumbre.

Ituzaingó: "Festival Solidario" para salvar a las familias de Ascensores Cóndor
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El corazón industrial del oeste bonaerense late con dolor, y su pulso se siente con especial dramatismo en Ituzaingó. Ascensores Cóndor, la histórica firma con más de 50 años de trayectoria que supo ser sinónimo de producción nacional y empleo local, enfrenta hoy una encrucijada crítica que amenaza con silenciar definitivamente su legado. En medio de un contexto económico adverso y ante la sombra de un "vaciamiento patronal", los últimos 40 trabajadores de la planta ubicada en Miravé al 1463 han decidido no bajar los brazos y transformar la impotencia en acción comunitaria.

Este viernes 12 de diciembre, la lucha por la supervivencia de estas familias tendrá un capítulo de solidaridad. Los empleados, que arrastran una deuda salarial de cuatro meses, convocan a un Festival Solidario, a partir de las 17:30hs, en las inmediaciones de la planta. Más que una protesta, el evento es un grito de auxilio y una muestra de resiliencia frente al abandono que denuncian.

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La convocatoria está pensada para toda la familia y busca, a través de la venta de productos, obtener fondos para paliar la desesperante falta de ingresos. Habrá juegos para los más chicos, inflables, metegol y un buffet popular que ofrecerá clásicos como empanadas, choripanes y bebidas, además de atractivos sorteos. La jornada es una invitación directa a los vecinos y a toda la comunidad del conurbano oeste a mostrar su apoyo y empatía.

De emblema industrial a un estado de crisis terminal



La situación de Ascensores Cóndor es una postal dolorosa de la crisis que flagela al sector industrial local. Fundada en la década del 70, la empresa llegó a ser el hogar de entre 180 y 200 trabajadores. Hoy, solo quedan 40, quienes ven cómo la producción se estanca por falta de insumos y cómo sus salarios se volatilizan por la inflación sin siquiera haberlos cobrado.

La combinación de una caída en la demanda, el aumento feroz de los costos y la falta de políticas de respaldo ha generado un cóctel explosivo. La planta, que alguna vez instaló ascensores en edificios emblemáticos de Buenos Aires y el conurbano, vive actualmente en una parálisis casi total.

Los sindicatos han alzado la voz, denunciando abiertamente el "vaciamiento patronal" y señalando que la empresa ha evitado incluso asistir a las audiencias convocadas por el Ministerio de Trabajo, una clara señal de desinterés y abandono. La impotencia de los trabajadores no es solo por la pérdida de una fuente de empleo, sino por ver cómo se derrumba un símbolo de la industria local.

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