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La Casona Gotter, la historia de una de las mansiones más recordadas de Morón

En los diferentes barrios que componen al municipio de Morón existen una enorme cantidad de casas que dan cuenta de cómo era el estilo de vida de la zona en las décadas pasadas. Grandes hectáreas compuestas por mansiones elaboradas por la elite de Buenos Aires eran moneda corriente en esta localidad a mediados del siglo XX. Con el paso del tiempo, estos lugares quedaron en el pasado aunque se mantienen intactos en la memoria de todas aquellas personas que tuvieron el placer de verlas en su esplendor. En esta oportunidad, vale la pena detenerse a contar la historia de Gotter, una de las viviendas más esplendorosas que pasaron por este distrito.

Entre las calles Carlos Casares y Sarmiento, en el bonito barrio de Castelar, esta casona supo deleitar a tod@s l@s vecin@s que solían atravesar el lugar. Se ubicaba a tan solo seis cuadras de la estación de tren y fue furor en la década del 40, momento en el cual las casas quintas se replicaron en este espacio geográfico.

De acuerdo al Instituto y Archivo Histórico Municipal de Morón, esta mansión fue construida por Antonio de Marco como regalo de bodas para su hija en 1944. Sin embargo, de manera sorpresiva a los ocho días de haberse casado, la pareja decidió separarse y la mansión quedó prácticamente abandonada.

En 1954, los Gotter, una familia de ascendencia italiana que habían llegado al municipio de Morón para instalar un pequeño comercio de ramos generales, la adquirieron y le dieron una nueva vida. Algunos relatos de la época señalan que el propio padre de la familia era quien se encargaba del cuidado de su jardín.

Con techo un techo alto y empinado, esta casona se convirtió en una de las más importantes del municipio. A su vez, con el paso del tiempo, incorporó nuevos espacios para el disfrute de los momentos de ocio, tales como una glorieta, frontón, pileta, cancha de fútbol, cancha de croquet y una cancha de pelota paleta. Por otra parte, buena parte de sus salones fueron utilizados para fiestas de familiares.

Pese al glamour de su construcción y los lujos que tenían en su interior, la casa fue vendida en 1991 y desde aquel momento nada volvería a ser igual. Luego de que no hayan prosperado varios proyectos inmobiliarios, sus partes fueron desmanteladas y vendidas por separadas. Hoy en día, la casona Gotter forma parte de un pasado esplendoroso en el cual las quintas abundaban la zona.

Santiago Menu

Lic. en Comunicación Social, recibido en la Universidad Nacional de La Matanza.
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8 COMENTARIOS
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Jacinto
Jacinto
9 meses hace

Uno de los errores más graves del municipio de Moron. Permitir la venta y desmantelamiento de esa casona fue amputar el patrimonio cultural. El otro grave error fue dejar morir por ignorancia, negligencia e impericia el ombú que estaba el la plaza de Moron. Error y horror gratis imo de Sabatella

Cata
Cata
9 meses hace

Hoy es un asco destruido con veredas rotas.

Mónica Cristina Fernández
Mónica Cristina Fernández
9 meses hace

Qué encantó tenía la zona cuando estaba la casona de Carlos Casares, siempre la conocí abandonada, pero era una hermosura, desde chica me atrajo mucho , gracias por compartir la historia

Valeria
9 meses hace

Hola Santiago Menu. Mi nombre es Valeria Mallo. Soy arquitecta y quería saber si tenes los planos de la casa. Me gustaría muchísimo verlos. Saludos !
Valeria

Gustavo
Gustavo
9 meses hace

Destruyeron patrimonio arquitectónico a cambio de nada! Una estupidez más digna de un país hecho trizas!

Zulma Olmedo
Zulma Olmedo
9 meses hace
Responder a  Gustavo

Una pena. Recuerdo bien esa Casona y me apenó mucho cuando la.desmantelaron…para nada como dice Gustavo

Roberto
Roberto
8 meses hace

Iba al Instituto Inmaculada de Castelar, a pocas cuadras de esta fantástica casona.
Era paso obligado para nosotros.
Según comentarios de la época, la casa la compró alguien que al no poder pagar la hipoteca, desmanteló la casa para vender sus hermosas aberturas de madera y solo quedó el esqueleto, que después de muchos años se demolió y en el lugar se desarrolló un emprendimiento comercial que duró muy poco.
Hoy en día, en reemplazo del esqueleto de la casona, están los restos del restaurante que habían abierto.
Una verdadera lastima.

Rolando Gandolfo
Rolando Gandolfo
8 meses hace

Ignacio Gotter, era vendedor de la Cerámica de mi familia,en Chivilcoy, y siempre nos visitaban y nosotros los visitabamos a ellos y en esa vi televisión por primera vez en mi vida,Gratos recuerdos de esa buena gente

Última edición 8 meses hace por Rolando Gandolfo
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