Walter Lezcano y “La conquista del desierto”: Un poemario sobre separaciones y otras masacres
Melina Alderete
“Un primer amor que se destruye es algo inolvidable por todas las buenas y malas razones”, definió alguna vez el escritor Walter Lezcano, cuando se refirió a aquellos primeros tiempos en los que la poesía asomaba a su vida a principios de la adolescencia.
Hoy, su nombre suena fuerte en el mundo de la poesía conurbana, y sus versos se destacan por una sinceridad y un trabajo estético reconocibles en cualquier ámbito.
Autor de “Humo”, “Luces Calientes”, “Calle”, entre otros trabajos, en el 2022 apuesta a un nuevo proyecto, su poemario “La conquista del desierto”, editado por Caleta Olivia, que saldrá a la luz en marzo.
La Ciudad conversó con Walter Lezcano acerca de la gestación del nuevo material, la relación de la política con la poesía y el desamor, y los procesos de curar una herida a fuerza de trabajo y tinta.
¿Cómo surgió el poemario? ¿Por qué lleva ese nombre?
Se llama “La conquista del desierto” porque es un libro que aborda la separación de pareja. Necesitaba algún concepto donde pudieran expresarse poéticamente esas ideas de tristeza, desolación, angustia, absoluto desinterés por el futuro, etc. Y la idea del desierto me pareció muy atractiva para poder reflejar todo esto, con una palabra-territorio, un imaginario poético.
Además, siempre me interesó el aspecto político de la poesía, por fuera del lado panfletario. Tomar la peor masacre que hubo en la historia argentina, esta “conquista” del desierto, y trasladarla a lo poético para hablar de una separación de pareja, me pareció algo emocionante a nivel estético. Sentí que se podía generar algo que tuviera múltiples sentidos, que sea sugestivo, erótico, que arrastre nuevos pensamientos sobre la cuestión.
¿Cómo es eso de la unión entre lo político, la poesía, el desamor? Esta relación entre una separación y la “conquista” del desierto…¿Se podría decir que son dos masacres, similares, aunque diferentes?
Sí, totalmente. Hay algo de “masacre” pero también de la posibilidad de vislumbrar alguna suerte de recomposición, de entender los procesos y meterse con ese caos absoluto que es el paso del tiempo y cómo funciona en estos estadios de separación, donde la cronología se desbarata completamente.
En ese sentido, desde lo poético, podría verse de qué forma influye este paso del tiempo, la aceptación de la ausencia, la creación de fantasmas, ese hueco, esa cosa incompleta que queda en el cuerpo frente a esta ausencia del otre, que está ahí quemando la piel y marcando el territorio.
Allí, lo político se puede insertar desde la intervención de la propia vida, a partir de esta incompletud, de esta nueva soledad, de que la vida se vive de otro modo.
Esta idea del desierto refiere también a de qué forma se expone la piel, en este contexto de masacre y destrucción, preguntándose si hay vida del otro lado, si la vida se podrá volver a vivir, en algún momento, con ese nivel de intensidad y felicidad.
¿Cómo fue el proceso de gestación de estos poemas que conforman “La conquista del desierto”?
Fue casi como drenar una herida. Porque, cuando uno escribe un libro de poesía que intenta entender algún tipo de “tragedia existencial”, no quiere que quede como una catarsis o un diario íntimo, ni cargarlo de esos componentes que se alejan de la puesta estética. Por eso, fue un trabajo de muchos años, en los que la escritura tenía que tener esa cercanía con el artefacto estético y polisémico, con la generación de conceptos móviles.
Además, llega un momento de ese proceso en el que uno tiene la suerte de despegarse de ese inicio relacionado con lo autobiográfico, y es entonces cuando la obra empieza a activarse, a tener un corazón, un cuerpo y un esqueleto.
Pero la búsqueda de las palabras es un trabajo muy jodido, muy peligroso, de “prueba y error”. No hay ningún tipo de “iluminación”, es una búsqueda constante.
“La conquista del desierto”, el nuevo poemario de Walter Lezcano, editado por Caleta Olivia, saldrá en marzo y estará disponible en librerías y tiendas online.