Las historias de los estudiantes desaparecidos en "La Noche de los Lápices" de Ituzaingó
Enzo Resino
Así como ocurrió en la ciudad de La Plata, con el operativo conocido como “La Noche de los Lápices”, las juventudes estudiantiles de Ituzaingó también sufrieron el accionar de la última dictadura cívico-militar-eclesiástica. En esta nota repasaremos las historias de aquellos jóvenes estudiantes ituzainguenses detenidos-desaparecidos en este distrito del oeste del conurbano bonaerense.
La última dictadura cívico-militar-eclesiástica desplegó un plan sistemático de persecución, secuestro, tortura y exterminio; las juventudes organizadas -en agrupaciones y centros de estudiantes- no se vieron exentas al salvajismo del terrorismo de Estado durante aquellos años. El operativo desplegado durante la madrugada del 16 de septiembre de 1976 en La Plata, conocido como “La Noche de los Lápices”, no fue el único de este tipo.
El proyecto de la última dictadura, sostenido con la violencia y la represión clandestina, era el de una sociedad despolitizada, sumisa y permeable al neoliberalismo salvaje. Para eso era necesario disciplinar, a través del miedo, a todos los sectores sociales que contaban con organización política, sindical y social.
Una por una, las historias de los estudiantes de Ituzaingó desaparecidos en “La otra Noche de los Lápices”
En Ituzaingó, al igual que en La Plata u otras ciudades, el terrorismo de Estado fue tras los pibes y las pibas de guardapolvo blanco. Tal es el caso de Marcelo Moglie, secuestrado por un grupo de militares el 19 de septiembre de 1977. Esta fue la segunda vez que detenían a Marcelo -detenido anteriormente en octubre de 1976 durante siete días, en donde fue víctima de tormentos- un joven comprometido con su entorno. Este nació el 18 de abril de 1959, quien realizó sus estudios primarios en una escuela de Villa Udaondo y cursó la secundaria en el colegio Nuestra Señora de Lourdes. Siempre participativo y solidario, Marcelo Moglie ayudaba en el barrio y militaba en la UES.
El terrorismo de Estado llegó a la casa de Sonia Von Schmelling -joven que estudiaba en el Instituto Nuestra Señora de Lourdes de Villa Udaondo- el 28 de septiembre de 1977. Ella militaba en su barrio, el cual no disponía de muchos recursos, tanto con su padre como con otros vecinos y compañeros (como lo era Marcelo Moglie). De hecho, ellos y tantos otros levantaron los cimientos de lo que hoy es la “Unidad Sanitaria 17 de Octubre”, ubicada en Del Rancho 3710. También militaba en la UES y era parte de la Juventud Peronista. Tras su secuestro se supo que pasó por la Brigada de San Justo junto a otros estudiantes y militantes desaparecidos; lamentablemente al día de hoy no se sabe que ocurrió con su cuerpo.
Los casos de Juan Alejandro y Jorge Luis Fernández no son tan diferentes a los anteriores. Estos hermanos crecieron y vivieron buena parte de su vida en el barrio Los Cardales. Hicieron la primaria en Nuestra Señora de Lourdes, pero la secundaria en el colegio San Francisco Solano. Los dos tenían un fuerte compromiso social y barrial; de hecho, daban una mano en la Escuela 103 de Villa Ángela a través del apoyo escolar. Lamentablemente aquel 19 de septiembre de 1977 ambos serían secuestrados. Era de noche, cerca de las 23:00hs y se comenzaron a escuchar ruidos en el patio. Un grupo de tareas había rodeado la casa de los Fernández e instantes después ingresaron a la misma. Primero se llevaron a Juan Alejandro (17) y minutos más tarde hicieron lo mismo con Jorge Luis (16). Aún siguen desaparecidos.
La suerte de Gabriel Lázaro Gutiérrez no fue diferente a la del resto. Este joven, que tenían apenas 18 años, fue secuestrado y baleado el 18 de septiembre de 1976. Este militaba en la UES -estudiaba en la escuela Manuel Belgrano de Ituzaingó- y también formaba parte de la JP y Montoneros.
Este tenía 18 años al momento de su secuestro y asesinato. Fue víctima de un grupo de tareas que, con total impunidad, lo interceptaron a poca distancia de su casa, en la calle Cadetes Argentinos. Trató de huir de la emboscada, pero ya herido no logró escaparse ni llegar a su hogar.