Maldita y desmemoriada justicia: Miguel Etchecolatz fue beneficiado con prisión domiciliaria en una causa
Enzo Resino
La Sala II de la Cámara de Casación Penal resolvió otorgarle el beneficio de prisión domiciliaria a Miguel Etchecolatz; medida adoptada en el marco de una causa en la cual se encuentra procesado por asesinato de un militante político en 1976. Esta decisión, tomada de forma unánime, también alcanza a los represores Luis Ángel Firpo y Mario Ocampo.
Se vuelve insoportable para familiares y sobrevivientes, como también para los organismos de derechos humanos tener que recordarle a la justicia que “el único lugar para un genocida es la cárcel común”. Pero aun así los actos desmemoriados de un sector de la justicia siguen ocurriendo. Como sucedió en 2017, cuando la Corte Suprema de Justicia intentó beneficiar con el “2×1” a genocidas represores de la última dictadura cívico-militar-eclesiástica.
El represor de 93 años, actualmente se encuentra internado en una clínica de la localidad de Merlo. El beneficio otorgado, se aplica en el marco de la causa en la cual Etchecolatz se encuentra procesado por el asesinato de Horacio Alejandro Benavides. Este eran un joven militante de 22 años que fue ejecutado por un grupo de represores de la Dirección General de Investigaciones, en septiembre de 1976, a metros de la Plaza Moreno de La Plata.
La decisión de los jueces Carlos Mahiques, Guillermo Yacobucci y Ángela Ledesma, se tomó en base a un informe del Cuerpo Médico Forense (CMF). Este mismo, elaborado en noviembre del año pasado, hablaba del deterioro en la salud de Etchecolatz, agravado por la edad. Vale la pena recordar que tanto en 2006 como en 2017 se le había concedido este beneficio; posteriormente revocado en ambas ocasiones.
El repudio de los organismos de derechos humanos
Ante esta noticia, diferentes organismos de derechos humanos y organizaciones políticas y sociales comenzaron a emitir comunicados repudiando el hecho. Desde la Asociación Civil Moreno por la Memoria repudiaron la decisión de Casación Penal “que concedió al menos tres prisiones domiciliarias a represores condenados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar, entre los que se encuentra el exdirector de Investigaciones de la Policía Bonaerense Miguel Etchecolatz”.
Desde la Federación Gráfica Bonaerense sostuvieron que la Sala II de Casación Penal “es la preferida de los represores” ya que los jueces Mahiques y Yacobucci “tienen inclinación a otorgar beneficios que favorecen a genocidas”. Además manifestaron que lo ocurrido es un ejemplo más de la necesidad “de avanzar en una reforma judicial”.
Por su parte desde la organización H.I.J.O.S. Capital señalaron que aquellos que resultaron beneficiados, no son vecinos que vuelven a sus hogares sino que son genocidas sueltos. Tanto Miguel Etchecolatz como Luis Firpo y Mario Ocampo son quienes cometieron “crímenes sistemáticos contra la humanidad”, sostuvieron. Dicho comunicado concluye con la afirmación recurrente ante hechos similares: “el único lugar para un genocida es la cárcel común”.