“Rapiña, un golpe letal”: Una obra de teatro sobre la crudeza de la trata y la resiliencia capaz de matar al horror
Melina Alderete
El proyecto, con una gran impronta conurbana, se enmarca en la Semana Internacional Contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas y retrata el vínculo entre dos mujeres en cautiverio que se apoyan la una en la otra para sobrevivir.
“La trata de mujeres, niñxs y adolescentes con fines de explotación sexual es uno de los delitos más aberrantes que podemos imaginar, que violenta los derechos humanos, la dignidad, la integridad y la libertad de las personas a un punto irreparable. Asumimos una responsabilidad sí, porque nos sentimos interpelados y carentes de respuestas”, afirman desde el equipo de Rapiña Teatro acerca de la obra homónima que se propone visibilizar, a través de la ficción, el crudo relato de dos mujeres en medio del horror de la trata.
“Rapiña, un golpe letal” se presenta como una creación bien conurbana, con la participación del director moronense Albino de la Puente y las actrices Alejandra Di Ricci, oriunda de San Antonio de Padua y María Eugenia Agesta de Bahía Blanca. El proyecto teatral, que se puede ver durante los últimos días de septiembre y en octubre en el Teatro Brilla Cordelia (Juan Domingo Perón 1926, Congreso, CABA) llega justo a tiempo a la Semana Internacional Contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas, una problemática mundial que no solo vulnera los derechos fundamentales, sino que perpetúa la violencia, la perversión y la pobreza por medio de un delito completamente deshumanizante.
Con esto último en claro, el equipo de “Rapiña” decidió abordar poéticamente y con altura la historia de dos mujeres que encarnan el relato y la experiencia de miles alrededor del mundo. La Ciudad pudo dialogar con el grupo de trabajo detrás de la obra acerca de los orígenes del proyecto, la responsabilidad de la temática y su nexo con las actrices que ponen el cuerpo por las que ya no están.
¿Por qué decidieron crear "Rapiña, un golpe letal”? ¿Cuáles fueron las premisas? ¿Por qué ese nombre tan preciso?
Comenzamos el proceso sin saber exactamente de qué íbamos a hablar. Con la única premisa de convocarnos a un trabajo de actuación y dramaturgia conjuntas.
Somos dos amigas que nos conocimos allá por 2013 en un Entrenamiento para actores que dictaba Rita Cortese y equipo, en el espacio Pata de Ganso. Luego se sumaron al proceso Albino de la Puente en el rol de la Dirección y Julián Ekar, en la Asistencia y el Diseño de luces.
Cuando comenzamos a pensar Rapiña en 2018 teníamos una primera idea plasmada en un texto con una sola voz de una mujer boxeadora que estaba en la cárcel por haber matado a su abusador. De ahí comenzamos a tirar hasta que apareció el universo de las dos mujeres encerradas.
El nombre “Rapiña” surgió a mitad de camino, cuando descubrimos cuál era el tema que iba a mover nuestro trabajo, y por una cuestión de registro, luego agregamos, “un golpe letal”.
¿Cómo fue la construcción de la historia sobre dos mujeres víctimas de trata? ¿Pudieron hablar con organizaciones, familiares de víctimas? ¿Se nutrieron de investigaciones y/o archivos?
El tema llegó como una pulsión, una necesidad que estaba alojada en alguna capa de nosotras, aunque no lo tuviéramos tan claro, a priori. Comenzamos la escritura desde el cuerpo, no desde el papel. Por un lado, el descubrimiento de la temática nos instaló en un espacio de pregunta e investigación acerca de situaciones de cautiverio, explotación sexual y trata, mediadas por archivos, notas, entrevistas, referencias visuales y sonoras, y por otro, de indagación en un universo escénico y poético que nos permitiera encontrar una voz desde dónde contar una historia, que no es la historia de nadie, pero es la historia de muchas, y que nos conmueve hasta la médula.
¿Cómo surgieron los personajes y sus historias personales, como mujeres? ¿Cómo las fueron moldeando con el paso del tiempo?
Los personajes se nutrieron de nosotras y nosotras de ellos. Nos vamos moldeando en el hacer. Cada ensayo, cada función es un descubrir constante.
La historia está atravesada por un vínculo de hermandad que les permite a los personajes apoyarse en la historia de vida en común, a pesar del contexto. Aparecen flashes de la infancia, los recuerdos, los deseos cumplidos y no cumplidos; aparece la permanencia del amor, un lugar a donde fugarse cuando no es posible huir. Ese lazo atávico también nos une a nosotras, como mujeres y actrices, por la vida transitada juntas durante todo el proceso de construcción de la obra y, además, por toda la coyuntura actual, que nos interpela y nos empuja a todo el equipo a hacer “Rapiña”.
Estamos en la Semana Internacional Contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas, ¿cómo toman la responsabilidad de contar la historia de miles de mujeres alrededor del mundo?
La trata de mujeres, niñxs y adolescentes con fines de explotación sexual es uno de los delitos más aberrantes que podemos imaginar, que violenta los derechos humanos, la dignidad, la integridad y la libertad de las personas a un punto irreparable. Asumimos una responsabilidad sí, porque nos sentimos interpelados y carentes de respuestas. Y pudimos asumir el riesgo de adentrarnos en este mundo teniendo en claro que estamos haciendo ficción, y que es una manera de visibilizar, pero no es un relato lineal, ni una crónica y que el material, finalmente, tiene un objetivo estético, aunque nos comprometa socialmente.
¿Qué repercusiones creen que ha tenido la obra en los espacios feministas?
Recién hemos transitado nuestra cuarta función desde el estreno y tuvimos diversidad de espectadores que la han recibido muy bien, pero no hemos contado aún con la presencia de ningún espacio ni organización puntual o grupalidades que tengan contacto directo con la temática. Esperamos ansiosamente poder compartir con ellos esta experiencia teatral.
¿Dónde puede verse la obra y por cuánto tiempo?
Las funciones son todos los domingos de septiembre y los domingos 6, 13 y 27 de octubre a las 18 en el Teatro Brilla Cordelia, ubicado en Juan Domingo Perón 1926, Congreso, CABA. Las entradas, con un valor de $10.000, se consiguen a través de Alternativa Teatral. La obra es apta para mayores de 16 años y tiene una duración estimada de 50 minutos.