Todas las veces que Diego Maradona jugó un picadito en zona oeste
Quizá no muchos recuerden que Diego Maradona, entre tantas de esas apariciones mitológicas que solo él sabía realizar, jugó un partido en un potrero de Merlo y en una cancha de Fútbol 5 en Hurlingham.
Enero podría ser catalogado como un mes "maradoneano" para la zona oeste del conurbano y esto se debe, principal y específicamente, a que el mismo Diego Armando Maradona se calzó los botines e hizo rodar la pelota en estas tierras bonaerenses. Así es, el "Diego" participó de un picadito en Merlo y en Villa Tesei; en el primero a penas tenía 18 años y en el segundo ya era un hombre de 57 años que cargaba con el título de ser "el mejor jugador de todos los tiempos".
Recién asomaban los primeros días de enero, era 1979, y Marcelo Fabián Bachino -en ese entonces compañero de la Selección Juvenil- invitó a Diego Maradona a pasar un día en su casa. Este vivía en Constitución, casi esquina Cervantes, en el partido de Merlo. Fue en aquel domicilio donde, ante la sorpresa de vecinos que transitaban por la zona, estacionó un Fiat 125 rojo y de ahí mismo bajó Diego.
En principio el plan era sencillo: disfrutar de un asado, pasar el día y luego prepararse para viajar al Campeonato Sudamericano de Uruguay con la Selección Juvenil. A poco tiempo se pisar suelo merlense, los vecinos de Barrio Argentino -antes conocido como Barrio Irlandés- corrieron la voz y todos se enteraron rápidamente que "pelusa" estaba allí, a pocas cuadras de la Estación del Tren Sarmiento.
A penas pudieron disfrutar del asado, entre brindis y achuras, preparado por Don Julio -padre de Marcelo Bachino- ya que fuera del domicilio, poco más de 300 fanáticos aguardaban por ver aunque sea un segundo a quien años más tarde levantaría la Copa del Mundo en México '86. Fue así como surgió la idea, propuesta por un amigo de Marcelo, de jugar un "picadito" en lo que llamaban "el campito" que hoy en día se conoce como la Plaza de la Pirelli. Así fue como vecinos de Merlo pudieron disfrutar de la magia del 10 en aquella tarde del 6 de enero de 1979.
La segunda historia que une a Maradona con zona oeste y un "picadito" de por medio nos remonta al 2017. Tal vez esta, a diferencia del recordado partido en Merlo, no resulte tan épica y esto se debe a que la misma pasó -ante los ojos del público y de las cámaras- de forma casi desapercibida.
Esta vez la magia sucedió -durante la noche de un 4 de enero- en las canchas de Fútbol 5 que se encuentran ubicadas dentro del predio del Carrefour de Villa Tessei, partido de Hurlingham, sobre la siempre transitada Av. Vergara. La locación fue elegida por Rocío Oliva -en ese entonces pareja de Maradona- quien, siendo oriunda de dicho distrito, aprovechó el momento para jugar un distendido partido junto a Diego y sus hijos Diego Junior y Jana.
