Ángel, la historia del perro de Martín Coronado que esperó a su dueño fallecido en la estación de tren durante 6 años
Santiago Menu
Los animales son los mejores amigos de los seres humanos, de eso no hay ningún tipo de dudas. Por lo general, las familias suelen adoptar a una mascota para que los acompañe en su día a día. Su cercanía y su amor generan una conexión casi inquebrantable, a tal punto de llorar las partidas físicas. Este fue el caso de Ángel, un perro criado en el barrio de Martin Coronado por un dueño que falleció hace tiempo atrás. Pese a su ausencia, el cachorro no dudó ni un solo segundo en esperarlo en la estación correspondiente al tren Urquiza durante más de seis años. Esta historia emocionante merece ser relatada una vez más para todas aquellas personas que no la conozcan.
Una de las grandes tradiciones que tenía el perro Ángel era acompañar a su dueño hasta las vías del tren, quien luego se dirigía rumbo al trabajo. Por las tardes, cuando este hombre regresaba, el animal estaba en el mismo lugar esperándolo y con ansias de regresar a su hogar junto a su gran amigo.
Sin embargo, en 2011, este sujeto falleció a causa de un ataque al corazón y transformó por completo la vida de Ángel. Desde aquel momento, la estación de Martín Coronado se transformó en su hogar y las personas que pasaban por el lugar comenzaron a descubrir parte de su historia.
A través de las redes sociales, en 2017, algun@s vecin@s del partido de Tres de Febrero se unieron con tan solo un fin: encontrarle un nuevo hogar al perro y, de esta manera, sacarlo de las penosas condiciones que le proporcionaban las personas que trabajaban en Metrovías por aquel entonces.
De acuerdo a algunas versiones, el personal de gendarmería que custodiaba los trenes se encariñó con el animal y no dudó en poder adoptarlo. Desde aquel momento, dejó de esperar a su dueño en la estación para ser amado y respetado por otras personas.
Ángel, el cachorro que esperó todos los días por más de seis años a su dueño fallecido, encontró una nueva vida. Los animales merecen recibir el cariño de las personas que estén dispuestas a darlo y, por ende, abandonar los lugares en los cuales sufren. Este sabueso se convirtió en un emblema no solamente de la localidad de Martín Coronado, sino también de toda la zona oeste de la provincia de Buenos Aires. Donde quiera que esté, su dueño original seguramente esté contento.